El camino recto y la determinaci¨®n propia
El primer y ¨²nico acto electoral de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en la campa?a municipal vasca se celebr¨® ayer en Vitoria con un formato bastante inhabitual: una reuni¨®n relativamente peque?a con cargos y candidatos de su partido a ayuntamientos y juntas generales, abierta a los medios de comunicaci¨®n y convocada con ciertas prisas (en el ¨²ltimo minuto se suprimi¨® una fila de sillas vac¨ªas) y bastante solemnidad.
Zapatero, que habitualmente asiste a los actos electorales con una indumentaria informal, acentu¨® en esta ocasi¨®n su imagen de presidente del Gobierno, con traje oscuro y corbata, para volver a hablar de pol¨ªtica antiterrorista, algo de lo que no es frecuente o¨ªrle debatir en los ¨²ltimos tiempos.
No introdujo novedades, pero s¨ª volvi¨® a remachar en lo que insistentemente calific¨® de "camino recto": nada, absolutamente nada, es posible en democracia con violencia, "ni con respaldo, justificaci¨®n o explicaci¨®n de la violencia". Zapatero utiliz¨® su tono m¨¢s solemne para exigir, "hoy, ante vosotros", que el Partido Popular "vuelva a la unidad y la lealtad con el Gobierno de Espa?a". No adelant¨® qu¨¦ instrumentos piensa utilizar para ello, pero insisti¨® en que la lucha contra el terrorismo debe ser una pol¨ªtica de Estado en la que no cuenten "los colores pol¨ªticos".
Rodr¨ªguez Zapatero tiene claro que su deber "m¨¢s grande" como presidente del Gobierno es acabar con la violencia y restablecer la paz en el Pa¨ªs Vasco, algo a lo que, proclam¨®, va a dedicar "toda su determinaci¨®n". Su voluntad personal es tan decidida que figura, incluso, entre lo que el propio Zapatero denomina las "cuatro ideas b¨¢sicas" de todo el proceso: imperio de la ley, apertura de di¨¢logo si existe abandono de la violencia, oferta de un gran acuerdo de convivencia y "determinaci¨®n propia".
La reuni¨®n se desarroll¨® en t¨¦rminos que una de las asistentes calific¨® de "correct¨ªsimos", pero sin alcanzar los niveles de entusiasmo que suelen rodear los m¨ªtines m¨¢s cl¨¢sicos del presidente del Gobierno, con militantes y simpatizantes. La convocatoria lleg¨®, quiz¨¢s, algo inesperadamente, cuando ya parec¨ªa que Zapatero no har¨ªa campa?a en el Pa¨ªs Vasco. De hecho, algunos cargos de su partido ya ten¨ªan elaborada su propia agenda y no pudieron desplazarse a Vitoria. Es el caso, por ejemplo, del incombustible alcalde de San Sebasti¨¢n, Od¨®n Elorza, que ayer se encontraba en Ly¨®n (Francia) asistiendo a una feria internacional.
Los responsables socialistas en el Pa¨ªs Vasco esperan aumentar en t¨¦rminos generales su n¨²mero de concejales, tal y como asegur¨® ayer su secretario general, Patxi L¨®pez. Pero no parece probable que se produzcan grandes cambios en las poblaciones m¨¢s importantes de Euskadi, excepci¨®n hecha, precisamente, de Vitoria.
La capital alavesa, que gobierna actualmente el PP, puede cambiar de manos y muchos dan ya por seguro que existir¨¢ un pacto entre el PSE y el PNV para que los socialistas se hagan con la alcald¨ªa y los nacionalistas con la presidencia de la diputaci¨®n. Los acuerdos ser¨ªan m¨¢s f¨¢ciles, sin embargo, si los socialistas, que ahora son la tercera fuerza en discordia, por detr¨¢s de populares y PNV, lograran quedar, por lo menos, en segundo lugar.
Esa necesidad de reacci¨®n explicar¨ªa la inesperada presencia de Zapatero en Vitoria. Otra raz¨®n ser¨ªa la preocupaci¨®n de los dirigentes socialistas ante la posibilidad de que sus seguidores no se movilicen en suficiente n¨²mero, es decir, el miedo a la abstenci¨®n que suele perjudicar especialmente al PSE.
En Euskadi, en contra de lo que sucede en el resto de Espa?a, la crispaci¨®n no surge cuando el PP se enfrenta al PSOE sin cuartel, sino cuando se produce un enfrentamiento radical entre el PSOE y el PNV, como ocurri¨® en convocatorias anteriores. La falta de relaciones entre los dos partidos suele provocar no s¨®lo un gran desquiciamiento social, sino tambi¨¦n una mayor movilizaci¨®n en cada uno de sus caladeros electorales. Ahora, ante el d¨ªa 27, la placidez de las relaciones entre el PSOE y el PNV puede actuar en sentido contrario.
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