Un plato de lentejas
La pieza de compromiso ideada por el Gobierno para prohibir y autorizar a medias las 256 candidaturas presentadas a las elecciones del 27 de mayo por Acci¨®n Nacionalista Vasca (ANV) -un partido fundado en 1930 como escisi¨®n modernizadora del PNV pero aliado con Batasuna desde 1978- ha sido rechazada por tirios y troyanos. Mientras las 123 listas de hecho permitidas son interpretadas por el PP como la se?al de la vuelta de ETA a las instituciones, las 133 listas judicialmente anuladas han incrementado las protestas de la izquierda abertzale y la kale borroka de sus organizaciones juveniles. Batasuna no ha hecho sino revelar el secreto de polichinela con su p¨²blico respaldo a las listas de ANV; como los futbolistas que terminan perdiendo el bal¨®n a fuerza de querer regatear a todos los contrarios, el fiscal general se ve ahora comprometido por su imprudente anuncio de la ilegalizaci¨®n de ANV si Batasuna hac¨ªa campa?a en favor de esas siglas.
Est¨¢ fuera de cualquier duda razonable que ANV era la marca de reserva del brazo pol¨ªtico de ETA para el supuesto de que le fallaran las alternativas previas: es decir, la tercera trinchera -o el Plan C- de una estrategia que intent¨® primero inscribir Abertzale Sozialista Batasuna (ABS) en el registro de partidos y urdi¨® despu¨¦s 252 agrupaciones de electores unidas por el r¨®tulo com¨²n de Abertzale Sozialistak. Recurrida la inscripci¨®n de ASB ante el Supremo y anuladas judicialmente por el mismo tribunal las 252 agrupaciones feudatarias de Batasuna, el desaf¨ªo de las listas de ANV concluy¨® la semana pasada con un empate t¨¦cnico promovido por el Gobierno con la f¨²til esperanza de no irritar demasiado ni al PP ni a la izquierda abertzale. Las demandas del abogado y del fiscal general del Estado -las dos ¨²nicas instancias legitimadas procesalmente en este g¨¦nero de pleitos- pidieron la nulidad de s¨®lo 133 candidaturas de las 256 presentadas. Aunque dieran la raz¨®n a los demandantes, el Supremo y el Constitucional rechazaron su pretensi¨®n de utilizar la v¨ªa del recurso contencioso electoral, reservado a las agrupaciones de electores. El cauce procesal adecuado es la ejecuci¨®n de la sentencia ilegalizadora de Batasuna de 2003: la continuaci¨®n en fraude de ley de un partido disuelto a trav¨¦s de otro inscrito en el registro. Pero los dos altos tribunales no se limitaron a descartar el procedimiento escogido por los solicitantes -un tir¨®n de orejas m¨¢s que merecido- sino que adem¨¢s recordaron el papel pasivo de los jueces en la causa: el principio dispositivo procesal atribuye a la actividad de las partes la fijaci¨®n del objeto del pleito.
As¨ª pues la limpieza por exclusi¨®n de las 123 candidaturas y del propio partido ANV que quedaron a salvo de la anulaci¨®n judicial es obra exclusiva del Gobierno y del fiscal general. El Supremo ya hab¨ªa dejado claro que no pod¨ªa pronunciarse sobre las listas de ANV no impugnadas, "ni mucho menos a¨²n" sobre la ilegalizaci¨®n del partido. El Constitucional tambi¨¦n subray¨® su obligaci¨®n de circunscribirse a las 133 listas citadas en la demanda "sin que podamos hacer consideraciones respecto al partido ANV en su conjunto, ni tampoco sobre las candidaturas que, al no ser impugnadas, quedan fuera del objeto propio" del amparo. De ah¨ª que roce la malicia las declaraciones de algunos portavoces socialistas, seg¨²n los cuales las resoluciones de los dos tribunales habr¨ªan construido por su cuenta y riesgo -dando as¨ª la raz¨®n al Gobierno- la muralla de china que separa las 133 listas negras de las 123 listas blancas de ANV: en realidad los magistrados se limitaron a desempe?ar el papel de comensales invitados a degustar el men¨² corto y hondo de un plato de lentejas cocinadas por el Gobierno y servidas por el fiscal general sin m¨¢s opci¨®n que dejarlas en la mesa o com¨¦rselas.
En cualquier caso, las resoluciones anulatorias de las 133 candidatas negras -en discriminatorio contraste con la presencia intangible y no impugnada de las 123 candidaturas blancas y del partido ANV que ha confeccionado unas y otras- recurren para fundamentarlas a tortuosos razonamientos dignos de los debates bizantinos sobre el sexo de los ¨¢ngeles. Sirva como ejemplo la hip¨®tesis del Constitucional seg¨²n la cual las 133 candidaturas negras estar¨ªan "dotadas de autonom¨ªa" frente a ANV o ser¨ªan "sencillamente un nuevo partido de facto".
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