Todos hablan
Todos hablan y nadie escucha. Ahora, con los ordenadores, t¨² les hablas y ellos siguen mirando los ordenadores. Se ha sincopado la comunicaci¨®n: "Aqu¨ª, all¨ª, no, s¨ª, d¨¦jame en paz"..., monos¨ªlabos enigm¨¢ticos acaban con todo. Se ha establecido en la sociedad la t¨¦cnica de la adivinanza.
Antes te miraban mientras te escuchaban, y eso te daba una pista sobre lo que estaban pensando. Ahora las miradas van a un punto fijo, y t¨² no te enteras de nada.
En las campa?as electorales es donde esto se da de manera m¨¢s dram¨¢tica: todos miran a un punto fijo, el contrario, a ver c¨®mo lo tumban. Y lo tumban a veces con palabras. Un candidato dice de otro lo que nunca pensar¨ªa de su peor enemigo, pero est¨¢ en campa?a electoral, y el insulto est¨¢ escrito en los prontuarios. S¨®lo miran a los ojos desde las vallas electorales, y a veces ni eso: miran a la urna.
El otro d¨ªa me fij¨¦ en un caso extremo de incomunicaci¨®n, en Madrid, en el debate televisado de los candidatos a la alcald¨ªa de la ciudad. Sebasti¨¢n, el candidato socialista, se sinti¨® impelido a entregarle un papel a Gallard¨®n, su oponente popular, que ya parte con la ventaja de ser alcalde. Sebasti¨¢n agarr¨® el papel, lo ponder¨® en el aire y se dirigi¨® a pie a su adversario; ¨¦ste, a todas luces irritado por esta irrupci¨®n extempor¨¢nea en el aire que respiraba, le indic¨® con sequedad visible a su interpelante que deb¨ªa dirigirse al moderador: "Para que ¨¦l reparta ese papel". De su contrincante, ni el aire, y no s¨®lo ni el aire, ni la proximidad m¨¢s remota.
Despu¨¦s aparecen en fotos, se saludan, se dan la mano, pero cuando tienen ocasi¨®n les niegan hasta la recogida del folio.
Hay un libro magn¨ªfico (Sobre la lentitud, Pierre Sansot, Tusquets) que ilustra bien sobre esta interrupci¨®n conversacional (?conversacional?) que padecemos. Dice Sansot: "Recibir, mostrarse capaz de recibir, requiere tanta iniciativa y generosidad como dar, hasta el punto de que los ego¨ªstas, los enfermos del intercambio, no sabr¨¢n nunca escuchar".
Nos forrar¨ªamos si pusi¨¦ramos una escuela de escuchar.
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