Bush pacta con el Congreso regularizar a 12 millones de indocumentados

Dem¨®cratas y republicanos en el Congreso alcanzaron ayer un trascendental acuerdo entre s¨ª y con la Casa Blanca para sacar adelante una nueva Ley de Inmigraci¨®n que permitir¨ªa sacar a la luz, sin amnist¨ªa, a los 12 millones de inmigrantes ilegales en este pa¨ªs. La ley de regularizaci¨®n servir¨ªa, adem¨¢s, para crear nuevos programas de trabajo temporal sin renunciar a un aumento de la vigilancia policial en las fronteras y otras medidas represivas contra aquellos que sigan intentando en el futuro la entrada clandestina en Estados Unidos.

Esta f¨®rmula, que tiene que ser a¨²n votada en ambas C¨¢maras del Congreso y firmada por el presidente antes de convertirse en ley, tiene ya la virtud de haber puesto de acuerdo a figuras tan antag¨®nicas como el senador dem¨®crata Edward Kennedy o el republicano John McCain, que ayer elogiaron la capacidad de todos de ponerse de acuerdo para "reconstruir un sistema roto".

Pese a que los dem¨®cratas tienen actualmente mayor¨ªa en las dos C¨¢maras, el acuerdo alcanzado ayer recoge muchas de las propuestas hechas en los ¨²ltimos meses por el presidente George W. Bush, que ayer reaccion¨® con entusiasmo ante lo que posiblemente sea su ¨²ltima gran aportaci¨®n legislativa antes de abandonar la Casa Blanca. "Aplaudo a los senadores que trabajaron con esp¨ªritu bipartidista durante meses para conseguir este acuerdo, de importancia capital para los ciudadanos norteamericanos", dijo.

La ley, que seguramente se tendr¨¢ todav¨ªa que enfrentar a los sectores m¨¢s extremistas de los dos partidos, incluye un complejo sistema de medidas destinadas a sacar de la clandestinidad a los ilegales, garantizar los derechos de todos los trabajadores extranjeros en EE UU y acabar con esta forma de econom¨ªa sumergida. "Oportunidades como ¨¦stas no se presentan muy frecuentemente", declar¨® Kennedy, con la experiencia de quien es senador desde hace 45 a?os.

La filosof¨ªa es tratar de sacar de las sombras a los trabajadores sin papeles sin darles ventajas ni premiarles por haber entrado ilegalmente en este pa¨ªs. No hay amnist¨ªa. Todos los trabajadores ilegales que pretendan regularizar su situaci¨®n tendr¨¢n que regresar a sus pa¨ªses y cumplimentar all¨ª la documentaci¨®n exigida para regresar. Se les obliga, adem¨¢s, a pagar multas y a compensar de alguna forma al Estado por el periodo en el que han vivido en EE UU sin pagar impuestos.

Hasta que obtengan un permiso de residencia permanente -la famosa green card-, se les da la posibilidad de seguir viviendo en el pa¨ªs acogi¨¦ndose a programas de trabajo temporal, que les permiten ser legales antes de ser ciudadanos norteamericanos.

La ley intentar¨¢ responder a las necesidades de reunificaci¨®n familiar de muchos trabajadores ilegales, sin permitir que se convierta en una forma encubierta de entrar ilegalmente. En el sistema que se pretende implantar, a¨²n pendiente de reformas, se evaluar¨¢n por puntos las aptitudes de un trabajador extranjero para obtener un permiso. La reunificaci¨®n familiar representar¨¢ un importante porcentaje de esos puntos, pero tambi¨¦n contar¨¢n las necesidades de mano de obra en ciertos campos y la formaci¨®n. El propio Bush dej¨® ayer claro que el conocimiento del ingl¨¦s, o su aprendizaje, es uno de los objetivos de la futura ley.