Salto al vac¨ªo
Una chica se pasea insegura en la plataforma de un trampol¨ªn, sin decidirse a saltar, mientras que la gente alrededor de la piscina la mira expectante. La duda vital que expresa el v¨ªdeo de Johanna Billing, incluido en la exposici¨®n Electrones Libres, ya no parece afectar a Tabacalera, el nuevo Centro Internacional de Cultura Contempor¨¢nea (CICC) de Donostia/San Sebasti¨¢n. Tras un arranque dificultoso, Tabacalera da inicio a su nueva etapa como "f¨¢brica de cultura" bajo la direcci¨®n de Joxean Mu?oz, con esta exhibici¨®n, la primera de producci¨®n propia, que re¨²ne doce obras audiovisuales de artistas internacionales, seleccionados por Carolina Grau, en los fondos de la colecci¨®n de Isabelle y Jean-Conrad Lema?tre. Sin embargo, aunque esta pareja de incansables viajeros, apasionados del v¨ªdeo, empez¨® a adquirir obras en Espa?a, la selecci¨®n no incluye a ning¨²n artista nacional.
ELECTRONES LIBRES
Centro Internacional de Cultura Contempor¨¢nea (CICC)
Calle Duque de Mandas, 52
San Sebasti¨¢n
Hasta el 17 de junio
Empezar con una muestra de v¨ªdeo es una declaraci¨®n de intenciones y a la vez una necesidad, ya que el espacio mantiene inalterada la arquitectura de la manufactura de tabaco que fue hasta 2003 y, por tanto, hasta que se acometa su rehabilitaci¨®n, no re¨²ne ninguna de las condiciones clim¨¢ticas y de seguridad, que muchas obras de arte requieren. Las pantallas rompen el oscuro vac¨ªo con im¨¢genes que son como rel¨¢mpagos. En su mayor¨ªa se trata de v¨ªdeos de corta duraci¨®n, aunque para verlos todos ¨ªntegramente ser¨ªan necesarias casi tres horas.
Como los electrones libres vagan al azar, hasta ser transformados en corriente el¨¦ctrica por la acci¨®n de una fuerza externa, estas obras cobran sentido a trav¨¦s de la mirada del espectador, encargado de completar las narraciones con su esfuerzo imaginativo. De la misma forma en que la c¨¢mara de Ulla von Brandenburg, en el micrometraje Around, va grabando a un grupo de gente de espaldas, que se gira lentamente al comp¨¢s del objetivo, frustrando los esfuerzos de la artista para capturar sus rostros, las obras invitan al p¨²blico a interrogarse sobre su significado, a descubrir si se trata de situaciones reales o historias ficticias, si han sido interpretadas o si el artista las ha captado casualmente. Imposible dejar de preguntarse por qu¨¦ los adolescentes filmados por Laurent Montaron se ayudan a perder mutuamente el conocimiento y qu¨¦ es lo que pasa por la cabeza de los j¨®venes chinos, grabados por Yang Fudong, mientras llevan a cabo acciones cotidianas que oscilan entre los rituales tradicionales y los valores hedonistas contempor¨¢neos.
El extra?o lugar y la oscuridad envolvente contribuyen a amplificar las sensaciones que los artistas intentan transmitir: la tensi¨®n de un grupo de personas que escenifica el drama de la incomunicaci¨®n, grabado por Aernout Mik; la explosi¨®n de energ¨ªa de 200 pospunkis bailando en completo silencio, del v¨ªdeo de Fabien Giraud, o el aburrimiento e incomprensi¨®n de un grupo de perros encerrados en una severa iglesia holandesa, captado por una c¨¢mara oculta emplazada por el artista serbio Bojan Sarcevic. As¨ª como Christoph R¨¹timann recorre con una videoc¨¢mara en mano un paisaje de tuber¨ªas y barandillas o Steve McQueen sigue por las calles de Londres a dos misteriosos hombres con sombrero y gabardina, que cargan grandes palmeras en tiestos, en el recorrido de Electrones Libres no se trata de llegar a un destino final, sino tan s¨®lo de disfrutar del viaje.
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