Parecidos y pareceres
Nos ha dicho Victor Hugo que "el estilo es la forma de lo ideal"; "ritmo es el movimiento", agrega despu¨¦s. ?Qu¨¦ estilo es ¨¦ste, nos preguntamos nosotros, que en el toreo, como en cualquier obra de creaci¨®n, nos lleva a esa diferencia esencial de la expresi¨®n en todo decir art¨ªstico de lo personal, lo individual, lo ¨²nico? Preguntado Joselito, poco antes de su cogida mortal, por el estupendo escritor y periodista de su ¨¦poca Parmeno, sobre su forma de torear, contesta "el sabio": "Crea usted que, menos el estilo que uno trae al mundo, se aprende todo". Es ese estilo, "vuelo de la gaviota", siempre misterioso pero definitivo y rotundo, el que precisamente, seg¨²n nuestro parecer, hace que de los grandes toreros el parecido no sea precisamente lo que parece y nos permita ver la gran diferencia. Me interesa hablar ahora de toreros muy recientes que, entre ellos, pueden confundir hoy a muchos espectadores, porque en algunos casos su actitud vital y mortal... sea parecida, pero no su forma profunda de hacer y decir el toreo. Una actitud ¨¦tica que suele llegar a tocar lo est¨¦tico. Es mejor verlo con ejemplos concretos. Durante la permanencia en los ruedos de Jos¨¦ Tom¨¢s empez¨® a hablarse mucho -lo que hac¨ªa tiempo que no ocurr¨ªa- de ese torero absolutamente excepcional que se llam¨® Manolete. No cabe duda de que hab¨ªa algo en Tom¨¢s que a muchos recordaba al torero cordob¨¦s. M¨¢s que una cuesti¨®n del terreno que pisaba Tom¨¢s, el parecido estaba en la actitud fundamental de Jos¨¦ ante la vida, frente a la vida y la muerte, una actitud ¨¦tica, tenemos que repetirlo, que le obligaba cada tarde a entregarse a s¨ª mismo, no ya por ser el primero, porque no se trataba de una barata ambici¨®n de escalaf¨®n, sino de vida, de vida creadora y de presencia mortal. Y Manolete fue eso, y m¨¢s que nada eso. Con su estilo, el suyo propio, que lo llev¨® a ser la figura torera m¨¢s importante despu¨¦s de la ausencia de Jos¨¦ y Juan hasta nuestros d¨ªas. La m¨¢s importante sin ninguna duda, ya s¨¦ que para muchos no la mejor. Pero s¨ª la m¨¢s importante, por una cuesti¨®n de estilo que le hizo alcanzar "la forma de lo ideal", y que sigui¨® vivo despu¨¦s de su muerte. Tambi¨¦n entrar¨ªa aqu¨ª el valor del "ritmo y movimiento". Manolete no hac¨ªa -aunque pudiera a veces parecerlo- un tancredismo de la quietud, la suya era una quietud, valor fundamental en su toreo, que se correspond¨ªa a su propio estilo, a su forma de entregarse, a dejar como pendiente de un hilo su expresi¨®n, la misma que le hac¨ªa salvarse y diferenciarse de todos. La suya fue una quietud r¨ªtmica y viva, dentro y fuera de la plaza. Lo de Jos¨¦ Tom¨¢s, felizmente pronto otra vez en los ruedos, es lo mismo pero sin el m¨¢s m¨ªnimo parecido imitativo, sino toreando de manera opuesta, diciendo el toreo y haci¨¦ndolo de otra forma. La misma quietud con su propio estilo, pero con una misma ¨¦tica de vida, con el mismo sentimiento de las cosas. Llegamos as¨ª al extra?o y sorprendente toreo m¨¢s reciente de Alejandro Talavante, aparici¨®n que a todos nos ha llenado de esperanza sosegada, sentida como en la belleza de la penumbra... de la luz y la sombra. Tambi¨¦n se est¨¢ diciendo: Talavante imita a Jos¨¦ Tom¨¢s. Otro gran disparate. Volvemos a la misma quietud para otra forma de torear diferente. Podemos aplicar a Talavante la misma reflexi¨®n que hac¨ªamos con el toreo de Tom¨¢s y Manolete: todo es cuesti¨®n de estilo y de actitud frente al riesgo de la vida y la muerte. Como podemos aplicarlo en otro sentido al toreo grande de Morante de la Puebla y la figura torera de Rafael de Paula. Porque tambi¨¦n quieren verles parecidos, "la influencia de Rafael". No es verdad, son laberintos y barroquismos diferentes, pero en este caso con un mismo sentimiento del toreo. El sentir "jondo y gitano de Rafael. La gracia honda y sevillana de Morante. El mismo sentir rompe el parecido. Todo esto nos permite acabar estas l¨ªneas recordando -despu¨¦s de varios a?os de falta total de estilo y monoton¨ªa casi generalizada en el toreo- la frase de Brodsky: "Porque la belleza es segura, la belleza es consuelo... En la belleza el ojo descansa".
Fernando Bergam¨ªn Arniches es escritor y articulista taurino.
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