El jard¨ªn del fiscal

El fiscal general, C¨¢ndido Conde-Pumpido, se meti¨® en un jard¨ªn (de plantas carn¨ªvoras) cuando, el jueves, en un coloquio p¨²blico, desliz¨® dudas sobre si la fiscal¨ªa no hab¨ªa ido demasiado lejos al impugnar tantas de las listas con que Batasuna intentaba burlar la Ley de Partidos. "Es posible que nos hayamos pasado, pero ha colado", dijo como si estuviera en una barra de bar.

Es un mensaje que corta por los dos lados: por una parte se da una alegr¨ªa a los que suelen dar por supuesto (en sus comunicados) que la aplicaci¨®n o no de la ley es algo que est¨¢ a disposici¨®n de la voluntad del poder pol¨ªtico; por otra, se desliza la idea de que alguien ha conseguido enga?ar al Tribunal Supremo y al Constitucional. Se comprende por ello la irritaci¨®n que esa ligereza ha provocado en medios jur¨ªdicos y pol¨ªticos. Pero quien m¨¢s ha levantado la voz, Batasuna, es quien menos razones ten¨ªa para hacerlo.

No tuvo su mejor d¨ªa el fiscal general, pero no es cierto que dijera que la Ley de Partidos sea "un Guant¨¢namo electoral", sino que lament¨® que haya personas que la interpreten en esos t¨¦rminos. Es una norma cuya constitucionalidad fue avalada por el Tribunal Constitucional. Y la "actitud fascista y totalitaria" que el portavoz de Batasuna atribuy¨® al fiscal es m¨¢s bien la de quienes pretenden (bajo amenaza de "grav¨ªsimas consecuencias") que deje de aplicarse la norma que proh¨ªbe participar en la competici¨®n electoral a un partido que avala el derecho que ETA se atribuye de eliminar a los candidatos y representantes de los dem¨¢s partidos.

Ninguna consideraci¨®n sobre los dilemas que plantea la aplicaci¨®n de la Ley de Partidos deber¨ªa dejar de mencionar que ese fue el motivo que hizo necesaria su aprobaci¨®n.