Los candidatos crispan el final de campa?a en Vigo
La alcaldesa Corina Porro es la ¨²nica que confiesa sertirse ya "un poco aburrida"; a los dem¨¢s la campa?a les carga de energ¨ªa
Corina Porro, alcaldesa y candidata a renovar el cargo por el PP, pone tambi¨¦n aqu¨ª la excepci¨®n. Se declara ya "un poco aburrida" de la campa?a electoral y de los debates a que obliga. Los dem¨¢s, por lo que dicen, se lo pasan pipa d¨¢ndole al pico con el vecindario. A Abel Caballero, el candidato socialista, incluso le fastidia un poco la inminencia del final, a fecha fija. "Es muy entretenida, me divierte". El nacionalista Santi Dom¨ªnguez la vive como un reconstituyente y el incombustible Manoel Soto tambi¨¦n siente que le rejuvenece.
A la alcaldesa le mola m¨¢s serlo que el papel de aspirante. "Mi campa?a la empec¨¦ el d¨ªa que tom¨¦ posesi¨®n, es la gesti¨®n de estos tres a?os y medio, que a la vista est¨¢; ya entonces lo calculamos todo, lo que hemos hecho y lo que nos queda por hacer. No necesito hacer malabarismos, como otros, para que me crean: ah¨ª est¨¢. Ahora necesito cuatro a?os m¨¢s para acabarlo y tal vez lo consiga, porque siento la complicidad de la ciudad conmigo. Ya est¨¢ dicho casi todo y ya nos conocen a todos. Mi campa?a refleja lo que soy y mi compromiso. Y seguir¨¦ gobernando hasta el ¨²ltimo d¨ªa", promete.
"Corina Porro est¨¢ desesperada. No tiene otra explicaci¨®n", replica Abel Caballero
"Tiene unos ramalazos machistas insultantes", acusa la alcaldesa al candidato socialista
Los otros trasladan tonos menos dr¨¢sticos, m¨¢s l¨²dicos. El saco cargado de promesas que pasean de la ceca a la meca viguesa no les pesa: les ilusiona vaciarlo y contarlas, hacerlas tan veros¨ªmiles para el vecindario como para ellos mismos y declararlas realizables con los votos que piden. El efecto que causa en el auditorio el despliegue de su inventario es lo que enciende la chispa que les da a ellos la energ¨ªa para aguantar el tir¨®n de la campa?a e incluso pedir m¨¢s madera. Corina languidece en este escenario como una dama de las camelias.
La alcaldesa, cuando le desfallece el ¨¢nimo, ataca un paquete que lleva a mano con chocolates, aceitunas y coca-cola. "Dulce o salado, depende de d¨®nde venga o ad¨®nde vaya, depende del estado de ¨¢nimo que me produzca". No es dama de las camelias, tan viguesas, por preferir las palmas en sus humanizaciones. Ha puesto a Vigo en camino de palmeral. Primero fue el color amable de los pensamientos -"mira los pensamientos de Corina", se?alaban las mujeres desde el autob¨²s-, por Urzaiz y la Gran V¨ªa. Ahora ha oxigenado con palmeras toda calle humanizada, no ejemplares como los que se ven en las casas de indiano, sino un palmeral arbustivo, salteado y bons¨¢i que se ha tragado los pensamientos.
"Begonias, petunias y alegr¨ªas, que recuerde ahora", explica Manoel Soto, que en las anteriores elecciones reparti¨® 18.000 plantas entre el vecindario y en esta campa?a espera llegar a las 30.000. "No veas t¨² el ¨¦xito que tienen", r¨ªe el viejo zorro de la pol¨ªtica local. Es una carga a?adida de su saco de campa?a. A cuatro repartos diarios, tantos como actos en cada jornada electoral. Para compensar la falta de medios en otra propaganda.
"Yo no me canso, todo lo contrario. El contacto directo siempre me gust¨® mucho", asegura. Fue alcalde de Vigo en los primeros tres mandatos, "y siempre en minor¨ªa, ?eh! Hay que dialogar, no como ¨¦stos", dice por Porro y Caballero. ?Con qui¨¦n prefiere pactar? "Me sale del coraz¨®n", responde raudo: "?con ninguno!". Poder hacerlo, sin embargo, probar¨ªa su ¨¦xito electoral.
Soto y Santi Dom¨ªnguez, el candidato del BNG, confiesan que la mayor fatiga de la campa?a se la producen las peleas de Corina y Abel en los debates cuyo cartel comparten y que ser¨¢n m¨¢s de media docena cuando la campa?a concluya. Ya van a ellos, en una ciudad tan poco taurina, como los toros resabiados, a embestir no tanto al trapo que se les tiende como al cuerpo del contrincante, a la yugular preferentemente.
"Tanto debate no ayuda", dice Dom¨ªnguez, "es ir a la contra del oponente, antes que a exponer y contrastar los programas. Me parecen m¨¢s interesantes los foros para explicarlos". "Es que ¨¦sos est¨¢n permanentemente a la gre?a, yo el otro d¨ªa en Localia ya me enfad¨¦", completa Soto.
Corina Porro y Abel Caballero empezaron hace unos meses, cuando ya era p¨²blica su rivalidad pol¨ªtica, dej¨¢ndose fotografiar juntos en una cama desde la que se ve¨ªan las estrellas, y lo que m¨¢s se ve¨ªa era el abismo entre ellos dos, el rechazo corporal mutuo, la postura forzada de sus piernas y trajes. Saltaba a la legua su falta de qu¨ªmica; ahora estalla como una ruina de matrimonio imposible, que comienza peleando por las cl¨¢usulas de separaci¨®n. Menos mal que no tienen mayor cosa que pactar. "Es un machista", dice Corina de Caballero, "el campe¨®n del curr¨ªculo maravilloso". "Los otros dos son normales, pero ¨¦l tiene ramalazos insultantes para todas las mujeres de Vigo. Habla desde la prepotencia y el machismo: representa lo antiguo, no se lo merece el PSOE, y menos las mujeres de ese partido".
"A defender la mujer nadie me gana", replica Caballero, digno y un tanto perplejo por la acusaci¨®n que le traslada el periodista. "He trabajado siempre con mujeres, las he elegido como colaboradoras de la mayor confianza, y lo sigo haciendo. Corina est¨¢ desesperada, no tiene otra explicaci¨®n. Por eso lo dice, por desesperaci¨®n, porque nada hay m¨¢s lejos de la verdad".
A Santi Dom¨ªnguez, totalmente recuperado del accidente que le dobl¨® el estern¨®n justo al comienzo de campa?a, su desarrollo se ha devuelto una agilidad de boy-scout. Empez¨® invitando al p¨²blico a sumarse a la revoluci¨®n y ¨¦l mismo ha descubierto que la revoluci¨®n estaba en la campa?a. "Est¨¢ sirviendo para animarnos, para darnos m¨¢s ilusi¨®n cada d¨ªa viendo la receptividad que tenemos en la gente". Pero ya llega, afirma, con lo que queda de campa?a ya llega. "Se entiende nuestro mensaje y nuestro talante. Es la campa?a m¨¢s moderna. Nosotros somos modernos y lo trasladamos, todo es coherente y natural", dice todo entusiasmo.
El verde pistacho, que es el color de la infanter¨ªa nacionalista, compite equilibradamente con el naranja y pop de las camisetas estampadas con la efigie de Corina, como un trasunto de la Marilyn de Warhol. La propia Corina le reconoce los m¨¦ritos: "el globo, los igl¨²s...". Caballero no quiere hablar ni de una ni de otra. "La modernidad est¨¢ en los contenidos, y los nuestros son los m¨¢s modernos", reclama. A Corina, la campa?a socialista le parece "antigua", "desfasada", y la popular a Caballero, "con mucha parafernalia y estridente. Se nota que est¨¢n nerviosos".
O Calvario: dicha urbana y feria electoral sin Corina
La humanizaci¨®n de O Calvario, ¨²ltimo tramo de la calle de Urzaiz, le cost¨® dios y ayuda al BNG, que la promovi¨®. El PP vot¨® en contra, hubo manifestaciones airadas, los comerciantes tem¨ªan la ruina de sus negocios con la peatonalizaci¨®n. Pionera y pol¨¦mica, ahora nadie la discute. Dio la pauta a todas las que la sucedieron como una actuaci¨®n totalmente acertada, de dicha urbana. Ayer a?adi¨® la intensa feria pol¨ªtica de la campa?a a su traj¨ªn peatonal m¨¢s habitual.
Alumnos de la Escuela de M¨²sica de A Coru?a ofrec¨ªan un concierto de aires dixieland, sentados entre dos vacas de la cow parade frente al edificio del mercado, el epicentro de esa dicha urbana. M¨²sica amable en vivo, el sol de la ma?ana, las terrazas y el ajetreo del personal con las bolsas de la compra. Iba a llegar Corina.
Ya estaba en las camisetas pop de su infanter¨ªa, que repart¨ªa propaganda y caramelos. Ya estaba tambi¨¦n la de Manoel Soto, vaciando de una furgona macetas para las amas de casa. El stand de Santi Dom¨ªnguez, por su traza, parec¨ªa ofertar al personal irresistibles complementos de moda, pero s¨®lo eran m¨¢s caramelos, bolis, chapas del candidato, m¨¢s propaganda. P¨¦rez Leira, dirigente de Vigo de Esquerdas, paseaba sonriente esta feria, seguramente pesaroso de no llevar siquiera una pancarta. Desde el balc¨®n de la sede viguesa del PSdeG, en la misma calle, los altavoces anunciaban en grabaci¨®n sinf¨ªn el mitin de hoy, con la presencia estelar de Rubalcaba, y a pie de calle otros peones mov¨ªan los lotes de propaganda. ?Y Corina?
El remolino de c¨¢maras se?al¨® su llegada: pantal¨®n negro, camisa blanca, la rubia melena y los p¨®mulos subidos de colorete. La presi¨®n del p¨²blico la empuj¨® hacia la furgoneta de su comitiva. En la confusa pi?a (una docena de fans), dos jubilados se enzarzan: "??Facha yo?!", grita uno. "?Me ha llamado facha!". No pasa nada. Y Corina sale a buscar votos.
Caza a un jubilado justo detr¨¢s de la orquesta y conversa con ¨¦l un minuto, sobre la m¨²sica dixie y observada por el auditorio que forma semic¨ªrculo en torno a los m¨²sicos y que ni se inmuta. Est¨¢ desembarcando otra infanter¨ªa, la de la FPG: "Ocupa o Concello", pregona su propaganda. Y en ¨¦sas desaparece Corina. Vista y no vista. La reclamar¨ªan asuntos de gesti¨®n. O de digesti¨®n. La feria sigui¨® sin ella y sin periodistas.
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