"Regularizar casas ilegales acaba con la esencia del urbanismo"
El fiscal de Medio Ambiente de C¨¢diz, ?ngel N¨²?ez, saluda en su memoria de 2006 la llegada de la primera orden de derribo en una sentencia de la Audiencia Provincial sobre construcciones ilegales. En su resumen de 2005 alertaba de que la ausencia de estas decisiones por parte de los jueces favorec¨ªa las actuaciones irregulares de particulares. N¨²?ez se vuelca ahora en denunciar la pasiva actitud de las administraciones, sobre todo las locales, para poner fin al descontrol urban¨ªstico.
Pregunta. ?Cu¨¢l es el motivo de la incapacidad de las administraciones para hacer cumplir con la legalidad urban¨ªstica?
Respuesta. En algunas ocasiones, es una negligencia o una deliberada voluntad de incumplir las normas urban¨ªsticas. En otras ocasiones, sin duda, se pone de manifiesto la falta de medios y, tal vez, en otras aparezca la voluntad de no querer asumir costes pol¨ªticos.
"Hay mecanismos legales suficientes para poner coto al desm¨¢n urban¨ªstico actual"
P. ?Se puede perseguir esta falta de aplicaci¨®n de la ley?
R. Existen procedimientos en distintas fiscal¨ªas y juzgados, precisamente por conductas omisivas. El Tribunal Supremo da pie a la imputaci¨®n de prevaricaci¨®n en casos de omisi¨®n y a m¨ª me consta de que en las provincias de C¨¢diz y Sevilla hay procedimientos abiertos por esta naturaleza.
P. Usted afirma que se est¨¢n creando bolsas de impunidad. ?La actuaci¨®n de los pol¨ªticos favorece las pr¨¢cticas ilegales?
R. No es un problema de jurisprudencia. Hay mecanismos legales suficientes para poner coto al desm¨¢n urban¨ªstico al que estamos asistiendo. En la medida que se est¨¢ produciendo una especial actuaci¨®n de los tribunales en esta materia, yo espero que las administraciones asuman sus competencias
P. ?Puede ser ya demasiado tarde?
R. Los procesos de regularizaci¨®n brutales a los que hemos asistido dan cuenta de que algunos fen¨®menos de deterioro del suelo son irreversibles. De lo que se trata es de terminar con este fen¨®meno que afecta a un bien escaso.
P. Municipios como Chiclana han optado por ambiciosos planes de regularizaci¨®n de viviendas ilegales, ?c¨®mo los analiza?
R. La experiencia demuestra que ese tipo de planes acaba con la esencia de lo que debe ser el urbanismo que es el planeamiento hacia el futuro y no regularizaci¨®n de lo realizado en el pasado al margen de las normas jur¨ªdicas, y por otra parte, en los casos que ha habido regularizaci¨®n, a lo que han dado es que 10 metros m¨¢s all¨¢ de donde se regularizan construcciones comienzan otras ilegales. Quien realiza estas construcciones acaba convirti¨¦ndose en un grupo de presi¨®n que trata de coaccionar a la Administraci¨®n exigiendo servicios p¨²blicos, equipamientos, viales...
P. Entonces, ?la regularizaci¨®n no es la soluci¨®n?
R. En determinados momentos la regularizaci¨®n se impone como irremediable. Lo que tenemos que conseguir es que no tengamos que llegar a esa situaci¨®n en la que, adem¨¢s, cada vez intervienen m¨¢s sujetos: inmobiliarias, t¨¦cnicos, intermediarios...
P. ?Y cu¨¢l ser¨ªa la soluci¨®n ideal?
R. Desde luego imponer el imperio de la ley como existe en el resto de la vida social. La represi¨®n penal es el ¨²ltimo instrumento. Nosotros actuamos cuando han fracasado el resto de los elementos del ordenamiento urban¨ªstico. El problema es que ahora no est¨¢n interviniendo los primeros escalones que, en primera instancia, son los ayuntamientos.
P. Usted alert¨® de la falta de ¨®rdenes de demolici¨®n en su memoria de 2005. En 2006 la Audiencia Provincial ha empezado a atender su demanda. ?C¨®mo la ha recibido?
R. Me parece fundamental porque se fomenta un efecto preventivo que debe ser el mayor ¨¦xito para nosotros. No s¨®lo se est¨¢ dando en C¨¢diz. Ya otras audiencias como Sevilla, Ja¨¦n o Almer¨ªa han llevado sentencias con orden de derribo. Es lo que puede hacer cambiar la din¨¢mica de la situaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.