?En qu¨¦ gasta un gallego lo que ahorra en tabaco?
?Por qu¨¦ fuman tanto los vascos y tan poco los gallegos? Pues por qu¨¦ va a ser: porque tienen m¨¢s pelas. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) y el Comit¨¦ Nacional de Prevenci¨®n del Tabaquismo (CNPT), que agrupa a 40 sociedades cient¨ªficas y sanitarias espa?olas, saben muy bien que encarecer el tabaco es la medida m¨¢s eficaz para reducir su consumo. Para las econom¨ªas similares a la espa?ola, la OMS calcula que una subida media del 10% en el precio de las cajetillas reduce un 4% el tabaquismo de los paganos.
?sa es la raz¨®n de que la fiebre de las marcas baratas -o gen¨¦ricos del cigarrillo- acaecida durante 2005 amenazara con dinamitar preventivamente la Ley de Medidas Sanitarias contra el Tabaquismo, que estaba entonces a punto de entrar en vigor (lo hizo en enero de 2006). No hay prohibici¨®n expl¨ªcita, amonestaci¨®n impl¨ªcita ni luctuosa etiqueta que desaliente tanto como un importe de dos guarismos: pongan a 10 euros la labor de 20 pitillos y ver¨¢n c¨®mo deja de fumar hasta Carrillo (con perd¨®n por la hip¨¦rbole: me he dejado llevar por la ret¨®rica).
Naturalmente, y aunque no lo diga la OMS, hay una medida exactamente igual de eficaz que subirle el tabaco a la pe?a: bajarle el sueldo a la pe?a. De ah¨ª este nuevo tipo de excepci¨®n gallega que nos ocupa ahora. Porque no se habr¨¢n pensado ustedes que los gallegos fuman poco porque est¨¢n m¨¢s ansiosos sobre su salud que la media de las Espa?as, ?no? Ver¨¢n ahora mismo que no.
Trate de imaginarse a un bebedor espa?ol quintaesencial y pintoresco, a ver qu¨¦ le sale. ?Le sale un bilba¨ªno en plena ronda matinal de zuritos? ?Un leon¨¦s de alta monta?a traseg¨¢ndose las calor¨ªas que le niega la brisa serrana? ?Un sevillano hirviendo en manzanilla entre dos casetas de feria? Pues nada de eso, amigos.
El ¨ªndice espa?ol de consumo de alcohol, medido como porcentaje de la poblaci¨®n que pone en riesgo su salud por esta causa (lo que no incluye a los consumidores moderados) es m¨¢ximo en Ourense (19,9%), Lugo (18,8%), Pontevedra y Palencia (17,6%). Ya ven en lo que parece gastarse la gente la plata que se ahorra en hebras, pitos y picaduras. Los m¨¢s parcos en darle al elixir forman, a diferencia de los gallegos, un colectivo francamente desperdigado: Almer¨ªa (4,7%), Segovia (4,6%) y Las Palmas (3,1%).
Sobre la sociolog¨ªa financiera del tabaco, tienen un gran inter¨¦s las consideraciones publicadas en este diario por el economista de la salud ?ngel L¨®pez Nicol¨¢s, de las universidades Pompeu Fabra y Polit¨¦cnica de Cartagena: "Seg¨²n el estudio reciente m¨¢s riguroso (The Price of Smoking, MIT Press, 2004), cuando un individuo t¨ªpico de 24 a?os decide empezar a fumar, genera un coste a lo largo de su vida equivalente a una hipoteca de 143.000 euros. De esa hipoteca, el fumador paga 118.000 euros. No s¨®lo por lo que gasta en cigarrillos (11.000 euros), sino tambi¨¦n por a?os de vida perdidos, a?os de vida con limitaciones de salud, p¨¦rdida de ingresos laborales, gastos m¨¦dicos y, muy importante, un balance negativo entre contribuciones y prestaciones a la Seguridad Social, planes de pensiones y seguros de vida".
Y el doctor House acapara hoy nuestra celebrada secci¨®n fija A ti te encontr¨¦ en un blog: "Hugh Laurie", nos informa el corresponsal Tostadora, "es licenciado en antropolog¨ªa y arqueolog¨ªa, escritor m¨¢s que decente, compositor, buen pianista, guitarrista y remero en la Universidad de Cambridge".
Si es que siempre fuimos mejores que los de Oxford, pese a lo que digan las estad¨ªsticas.
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