Iwasaki
La programaci¨®n en abierto de los fines de semana proporciona alegr¨ªas y disgustos. Entre las alegr¨ªas est¨¢, por ejemplo, la retransmisi¨®n del Manchester United-Chelsea (La Sexta), que, sin ser un partidazo, confirma la dimensi¨®n tr¨¢gica de las finales (v¨¦ase, recientemente, el ¨¦xito del Espanyol-Sevilla en Antena 3). Entre los disgustos est¨¢ la reiteraci¨®n en la especulaci¨®n sobre vidas ajenas, que tienen la particularidad de generar m¨¢s atenci¨®n cuanto menos interesantes son. Se suele atribuir el ¨¦xito de la industria del chismorreo a la malsana curiosidad de la especie humana, pero, viendo c¨®mo le hacen la autopsia al testamento de Roc¨ªo Jurado en Dolce vita (Tele 5), tambi¨¦n se pueden sacar conclusiones sobre nuestros rituales antropof¨¢gicos. Mientras permanecen en el territorio de la tertulia chafardera, los cotillas resultan hasta c¨®micos y generan un tipo de entretenimiento absurdo que incluso reconforta por sus niveles narcotizantes de frivolidad. Cuando moralizan y sermonean, en cambio, pierden toda su gracia, ya que adoptan un tono de inquisidores que les sienta fatal. Vi¨¦ndoles, me acord¨¦ de lo que acababa de leer en el n¨²mero de este trimestre de la revista E?e (Primavera 2007), dedicado ¨ªntegramente a la televisi¨®n.
Uno de sus colaboradores es Fernando Iwasaki, conocido por sus pasiones literarias, televisivas y futbol¨ªsticas, que aporta algunos aforismos a la causa. El primero: "?Y si plat¨®nico viene de plat¨®?". Es una pregunta ret¨®rica que plantea la hip¨®tesis de una etimolog¨ªa que, como Regreso al futuro, tuviera poderes retroactivos y, al mismo tiempo, decadentes. Y el segundo pensamiento tiene mucho de diagn¨®stico ¨¢cido, digno del doctor House: "Somos una sociedad audiovisual que vive la intimidad como noticia, la vida como concurso, la pol¨ªtica como anuncio y el progreso como pel¨ªcula". Y me temo que Iwasaki se refiere a una pel¨ªcula con las debidas interrupciones publicitarias que justifiquen la rentabilidad de un progreso que, como es l¨®gico, ver¨ªamos por la tele y no en el cine.
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