Pornodebates
?Encuentra usted l¨®gico que existan profesores sin capacidad para explicar las materias que ense?an? ?No siente extra?eza cuando un tendero es antip¨¢tico? ?Qu¨¦ piensa del camarero que es borde? En el caso de que usted fuera jurado de Miss Espa?a, ?le perdonar¨ªa a una concursante su trasero celul¨ªtico porque tiene una cara mona? ?Ser¨ªa cre¨ªble un actor shakesperiano que desplegara talento y sabidur¨ªa pero que tuviera frenillo? ?Aceptar¨ªa que su dentista padeciera halitosis dada la cercan¨ªa con la que la boca del ortodoncista suele encontrarse de la nariz del cliente? ?Votar¨ªa a un alcalde o presidente de comunidad si sospechara que en la anterior legislatura se lo llev¨® crudo? ?Puede un mis¨¢ntropo ser relaciones p¨²blicas? ?Puede un artista no ser vanidoso?
?Se pondr¨ªa usted en manos de un cirujano que padeciera apnea del sue?o? ?De un conductor de autob¨²s alcoh¨®lico? ?De un peluquero con parkinson? ?De un psic¨®logo comido por los tics? ?Ser¨ªa usted tan aficionado/a a las pel¨ªculas de Nacho Vidal si se diera el caso (hipot¨¦tico) de que dicho actor internacional la tuviera peque?a? Visto as¨ª, sobre el papel, parece claro que hay profesiones que resultan incompatibles con ciertas incapacidades humanas, pero lo cierto es que si usted repasa esta lista de ejemplos y otros muchos que, seguro, se le vendr¨¢n a la cabeza, en la vida nos encontramos a diario con personas que no nos explicamos c¨®mo han conseguido un trabajo para el que resultan tan inadecuados.
Me atrever¨ªa a asegurar que entre las profesiones citadas s¨®lo hay una que no admite la incompatibilidad: el actor porno, por mucha vocaci¨®n que tenga y por mucho que le animen sus amigos y familiares, que se olvide de triunfar si no alcanza las medidas m¨ªnimas, a no ser que la pel¨ªcula sea lo que el bombero-torero fue a la fiesta nacional.
Mis queridos lectores ya saben, por experiencia, que es posible que el alcalde corrupto sea reelegido, y ahora se preguntan, siempre practicando un sano descontento, si es aceptable que un pol¨ªtico no sepa debatir. Cuando dicen "debatir" entiendo que el t¨¦rmino incluye tener conocimientos, saber expresarlos con brillantez, ofrecer algo m¨¢s que una serie de datos aprendidos y poder improvisar. ?No es nuestra forma de hablar un reflejo de la inteligencia? Algunos lectores, poco aficionados al folklorismo electoral, como Manuel Mantilla, pasar¨ªan de m¨ªtines, reparto de flores, paellas multitudinarias y lanzamientos en parapente, y centrar¨ªan el esfuerzo de la campa?a en ofrecer a los ciudadanos debates serios de unos candidatos con otros.
En realidad, siendo lo m¨¢s barato es lo que menos se hace y lo que m¨¢s nos ayudar¨ªa a conocer de cerca al candidato que se presenta. Pero las campa?as electorales se han decantado m¨¢s por ser campa?as publicitarias que pol¨ªticas. Eso dejando a un lado que algunos pol¨ªticos le temen a un debate m¨¢s que a un nublado, y es que los debates son como las pel¨ªculas porno, enseguida se ve el que no da la talla.
Elvira Lindo bucea en los comentarios de los lectores para su columna. Env¨ªelos a lectores@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.