Ciudad Europea de la Cultura
Nunca he sentido vocaci¨®n por la pol¨ªtica, aunque siempre me ha interesado. Ni soy de C¨¢ceres, ni vivo en esta ciudad que conoc¨ª a principios de los a?os 90 gracias a mi profesi¨®n. Desde entonces, acudo a ella dos o tres veces al a?o y ya la considero mi segunda casa. La primera la sit¨²o entre la playa de Las Canteras y Vegueta, entre el alisio y un sol que se niega a perderla de vista a lo largo de todo el a?o.
Ser alcalde o alcaldesa de una ciudad tan hermosa como ¨¦sta debe ser un orgullo al alcance de muy pocos. Y hasta dir¨ªa que una tentaci¨®n, si no fuera porque no me considero capacitada para un cargo as¨ª, ni creo que los cacere?os necesiten a alguien como yo para gestionar su bienestar. A sus ciudadanos, que son su activo m¨¢s importante, les agradezco que me hayan hecho part¨ªcipes de sus vidas, aunque s¨®lo sea en una m¨ªnima porci¨®n.
Por eso prefiero imaginarme ejerciendo de alcaldesa solamente del casco hist¨®rico de C¨¢ceres, de un conjunto monumental con una magia especial, con un color dif¨ªcilmente repetible, que en su d¨ªa despert¨® la admiraci¨®n de quienes deciden qu¨¦ debe ser considerado Patrimonio de la Humanidad.
Y me imagino programando desde esa alcald¨ªa, que hoy se disputan varios candidatos, un buen n¨²mero de actividades que convirtieran ese n¨²cleo en un referente mundial de la cultura, de la tolerancia entre los pueblos, de la buena educaci¨®n, entendida ¨¦sta como esa acumulaci¨®n de valores que poco a poco hemos ido perdiendo en beneficio del individualismo y de la banalidad de lo material.
Me imagino a Saramago hablando bajito a un grupito de estudiantes en la esquina de la plaza del Conde de Canilleros; a Gecko Turner actuando en San Jorge, a artistas pl¨¢sticos como Javier Figueredo proponiendo acciones visuales en las calles del casco antiguo y a muchos otros j¨®venes, m¨²sicos y creadores, locales o llegados de los m¨¢s diversos lugares de la geograf¨ªa planetaria, haciendo de C¨¢ceres su territorio de inspiraci¨®n y creaci¨®n.
Si fuera alcaldesa de C¨¢ceres -aunque ya digo que no es mi intenci¨®n postularme para tal- le pedir¨ªa a Isidro Tim¨®n que siguiera trayendo el Womad a esta ciudad que se transforma con ese festival lo mismo que ¨¦l lo hace cuando divisa los campanarios poblados de nidos de cig¨¹e?as. Tratar¨ªa de entusiasmar a los j¨®venes cacere?os con su ciudad, con la m¨²sica y con el arte, y conseguir¨ªa con la ayuda de todos ellos que la C¨¢ceres que ya es de todos fuera declarada Ciudad Europea de la Cultura en 2016, una aspiraci¨®n para la que ya ha presentado su candidatura.
Y si no nos conceden ese privilegio, dimitir¨ªa de inmediato para volver a ocuparme de lo ¨²nico que s¨¦ hacer medianamente bien, que no es escribir art¨ªculos para El PA?S, sino entusiasmarme para entusiasmar a la gente con cosas como las que le pasan a C¨¢ceres cada mayo.
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