Democracia kazaja

En el ¨²ltimo rinc¨®n de la secci¨®n Internacional del 19 de mayo, se public¨® en su peri¨®dico una noticia que no por su brevedad -de apenas ocho l¨ªneas- deja de ser alarmante. Nursult¨¢n Nazarbayeb acaba de procurarse un cargo vitalicio como presidente de Kazajist¨¢n tras modificar la norma que prescrib¨ªa l¨ªmites a su reelecci¨®n en el puesto.

Sorprende que aqu¨ª nadie haya puesto el grito en el cielo. Porque exceptuando una m¨ªnima infraestructura de asistencia b¨¢sica (atribuible, por cierto, a los logros pre-estalinistas de la revoluci¨®n bolchevique de 1917), esta potencia energ¨¦tica de primer orden se consume bajo los esquemas de un capitalismo profundamente antidemocr¨¢tico. La oposici¨®n pol¨ªtica es inexistente; la seguridad jur¨ªdica, objeto de compraventa; la sindicaci¨®n, ret¨®rica pura.

Tras visitar recientemente este pa¨ªs fascinante, s¨®lo me atrever¨ªa a caracterizar su sistema sociopol¨ªtico desde par¨¢metros poco menos que feudales (compatibles, s¨ª, con su capitalismo rampante). Y, desde luego, a confiar en que los trabajadores kazajos, como no puede ser de otra manera, reviertan su penosa situaci¨®n. Tanta fuerza les deseo a ellos como justicia al intocable Nazarbayeb.