El s¨¢ndwich sagrado
Una mujer mayor, gorda y desdentada llega con una urna a un local y se dirige a una joven con medio cuerpo tatuado que exclama: "?Oh, es el s¨¢ndwich sagrado!". La se?ora, orgullosa, asiente. La urna contiene medio emparedado de queso tostado, con una esquina mordida, en el que se ve, m¨¢s o menos, el rostro de una mujer. La Virgen, se supone. "Quiero que me lo tat¨²e en el pecho", dice la clienta. Tama?o natural. Un momento imborrable en la serie reality Miami Ink (People & Arts) de este fin de semana.
Poco antes ha llegado un adolescente que se hizo tatuar en el costado el retrato de su hermano muerto en un accidente de tr¨¢fico. Para llevarlo siempre con ¨¦l. Al salir se le ve¨ªa verdaderamente feliz. Cada uno de los que acuden al estudio de tatuaje explica el significado que quiere dar al dibujo que se va a grabar de forma perpetua en la piel. Para algunos es una afirmaci¨®n ¨ªntima y una proclama. Un compromiso.
De todas formas, la gente cree en cosas raras. O simula creer. La del s¨¢ndwich sagrado quer¨ªa el tatuaje porque lo hab¨ªa vendido por 21.000 d¨®lares. Una buena forma de perder algo querido y conservarlo a la vez. Adem¨¢s, tres canales de televisi¨®n hicieron reportajes de la ceremonia de la pintura corporal. Sabe rentabilizar su fe.
El esperpento es uno de los grandes filones del espect¨¢culo. Y la simulaci¨®n. Y el absurdo. El programa S¨¦ lo que hicisteis (La Sexta) tiene la habilidad de rizar el rizo. Sus comentarios de los programas de prensa rosa se han convertido en una terapia de desintoxicaci¨®n. Por un lado son c¨®mplices y por el otro desvelan el truco. Se suman a sus estrategias y les dan la vuelta. Entrevistan a Enrique Iglesias y en un test tipo ?Qui¨¦n quiere ser millonario? le hacen dudar de si la Operaci¨®n Malaya es alg¨²n tipo de cirug¨ªa est¨¦tica, afirmar que Bel¨¦n Esteban es el ¨²ltimo Premio Planeta y Jaime Cantizano un famoso chef. Es f¨¢cil hacerle caer. Vive en Miami. No tiene por qu¨¦ estar en el ajo. ?O s¨ª? Seguro que s¨ª sabe lo del s¨¢ndwich sagrado. Y sabr¨ªa rentabilizarlo. Pero no se lo tatuar¨ªa.
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