El gran teatro del arte
Una exposici¨®n en el Macba examina la influencia del lenguaje esc¨¦nico en la constituci¨®n del arte contempor¨¢neo
La escultura minimalista de Donald Judd consiste en una simple plataforma bajita, pero es todo un discurso. Si te subes en ella entiendes de un golpe el sentido de la exposici¨®n: la pieza deviene escenario, el que la mira, actor -en una "teatralidad cero", que dir¨ªa Sanchis Sinisterra- y el resto de los visitantes, p¨²blico; cambia completamente la relaci¨®n usual con la obra de arte y ¨¦sta se instala en una espacialidad y temporalidad diferentes, un tempo teatral.
Se muestran v¨ªdeos, instalaciones, fotos y una de las m¨¢quinas teatrales de Kantor
La exhibici¨®n ocupa dos plantas del museo e incluye m¨¢s de 600 obras
La pieza de Judd es una de las numerosas que forman parte de la apabullante exhibici¨®n Un teatro sin teatro que se inaugura hoy en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (Macba) y est¨¢ dedicada a examinar prolija y sesudamente la influencia del teatro en la constituci¨®n del arte contempor¨¢neo, desde principios del siglo XX hasta los a?os ochenta y noventa, desde las vanguardias hasta el minimalismo y la generaci¨®n posterior, pasando por Fluxus, el happening y las performances (o de Dad¨¢ a Kelly con parada en Kantor, como sintetiz¨® ayer el director del Macba, Manuel Borja Villel).
La exposici¨®n (hasta el 11 de septiembre), ampl¨ªsima, con pr¨¦stamos de numerosos museos y colecciones privadas, ocupa dos plantas del museo, incluye m¨¢s de 600 obras, entre pinturas, esculturas, instalaciones, dibujos, fotograf¨ªas y v¨ªdeos y no es, seg¨²n advirti¨® Borja Villel, "ni sobre teatro, ni sobre escenograf¨ªa ni sobre artistas que han hecho escenograf¨ªa". Es "otra cosa", dijo, "habla de c¨®mo la noci¨®n de teatralidad ha cambiado nuestra percepci¨®n de lo que es la pr¨¢ctica art¨ªstica".
En una alambicada maniobra, la exposici¨®n, recalc¨® Bernad Blist¨¨ne, su comisario junto con Yann Chateign¨¦, parte precisamente de una cr¨ªtica a la teatralidad del arte como elemento nocivo e impuro: la realizada en su art¨ªculo Art and objecthood (Arte y objetualidad, 1967) por el cr¨ªtico estadounidense Michel Fried contra el minimalismo en aras de que "la escultura fuera escult¨®rica y la pintura pict¨®rica". La exhibici¨®n arrastra al visitante a un viaje por la gran contaminaci¨®n teatral del arte (ese teatro sin teatro del t¨ªtulo), revelando interrelaciones e influencias: la de Grotowski y sobre todo Artaud -redescubierto en los a?os cincuenta por Kaprow- en el movimiento Fluxus, la de Kantor sobre Boltanski, la de Beckett sobre Bruce Nauman, la del Living Theatre sobre Miralda, o entre la danza y los minimalistas. Figuras clave en una forma de entender "el arte como acontecimiento" son James Coleman, del que se exhibe la videoinstalaci¨®n So diferent... and yet (1980) y Dan Grahan.
La exposici¨®n va m¨¢s all¨¢ de lo acad¨¦mico para entrar en el campo de lo ideol¨®gico y pol¨ªtico pues lo teatral, se?al¨® el director del Macba, implica la insurrecci¨®n del espectador y su conversi¨®n en elemento activo de la obra de arte, e impulsa a los artistas a salir del museo y reconquistar la ciudad. No es balad¨ª que la visita de la exposici¨®n arranque con im¨¢genes documentales del entierro de Durruti y material del movimiento reivindicativo-festivo Provos y preste atenci¨®n a artistas como Miralda, Oca?a y los situacionistas.
La exhibici¨®n ofrece, al margen de su sentido global, la posibilidad de contemplar algunos documentos hist¨®ricos sorprendentes y sensacionales, que apasionar¨¢n a visitantes con muy distintos intereses. Figuran, por ejemplo, filmaciones in¨¦ditas de la vanguardia teatral polaca, de Kantor -del que se exhibe adem¨¢s uno de sus esculturales y surrealistas ingenios esc¨¦nicos, la contundente M¨¢quina de aniquilamiento (1963)- y de Grotowski -incluso im¨¢genes del legendario El pr¨ªncipe Constante, interpretado por el gran Ryszard Cieslak en el viejo Teatrum Laboratorium de Wroclaw-, papeles de los dada¨ªstas y los futuristas, pel¨ªcula de los combates de Cravan, el ¨²nico grabado existente del Cabaret Voltaire, dibujos de Ram¨®n G¨®mez de la Serna, cartas de Lorca, un cartel de La Mama (el Experimental Theatre Club del boulevard Raspall) o el de la c¨¦lebre acci¨®n de Fluxus Personne en la que no se admit¨ªa a nadie -y seguramente fue un gran ¨¦xito-.
Por no hablar de la sala dedicada a las vanguardias alemanas y rusas, donde se han dispuesto cosas excepcionales: rar¨ªsimas instant¨¢neas de trabajo de Meyerhold, manuscritos y dibujos de Moholy-Nagy y Schwitters, viejas ediciones de textos fundacionales de Tairoff y Piscator y, lo m¨¢s impactante, un conjunto de material de Oskar Schlemmer, el autor del ballet tri¨¢dico y los ballets de la Bauhaus, que incluye dos hermosas m¨¢scaras teatrales, fotos, dibujos y la reconstrucci¨®n de uno de sus dispositivos esc¨¦nicos para la Reifent?nze (1927), las danzas de aros. La hija de Schlemmer, Ja?na, y su nieto Raman, visitaron ayer la exposici¨®n.
En el otro extremo del abanico temporal, la exhibici¨®n ofrece la posibilidad de contemplar obras contempor¨¢neas con aroma de cl¨¢sicos, como la reconstrucci¨®n del escenario y los materiales de una performance de 1977 de Mike Kelly, que incluye referencias a los iroqueses, el rock y la cultura popular; la videoinstalaci¨®n de James Coleman, el famoso trabajo de Dan Graham Body press (una pareja desnuda film¨¢ndose respectivamente rodeados de espejos) o Le prompteur, de Juan Mu?oz, un gran escenario vac¨ªo que remite, en este contexto, a Peter Brook. Entre las obras minimalistas que, como la de Judd, "solicitan la presencia del cuerpo", est¨¢n la de Carl Andr¨¦ y las de Robert Morris. Beuys, Warhol, Gilbert & George y Pistoletto aparecen tambi¨¦n en el trayecto.
El itinerario, aunque apasionante, resulta arduo por la abundancia de material, la complejidad de muchas de las obras y el hecho de que la exposici¨®n ha huido del ordenamiento cronol¨®gico y se centra en "¨¢mbitos de investigaci¨®n", secciones concebidas como "momentos de intensidad" que el visitante debe relacionar.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.