El presidente, en la cadena de montaje
Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero se traslad¨® ayer al cintur¨®n industrial madrile?o. Escogi¨® la m¨ªtica f¨¢brica de los camiones Pegaso, que en otros tiempos fueron s¨ªmbolo nacional y hoy pertenecen a Iveco (del grupo italiano Fiat), para hacer campa?a. El presidente cumpl¨ªa una promesa a los sindicatos de hace tres a?os, pero no daba puntada sin hilo. La elecci¨®n estaba muy bien pensada, porque Iveco es un ejemplo pr¨¢ctico de pol¨ªtica econ¨®mica y social de su Gobierno (reforma laboral, Ley de Igualdad, matrimonios homosexuales...).
Para Zapatero, Iveco es un modelo del "rumbo que tiene hoy la calidad de empleo". Hizo un repaso: en los ¨²ltimos meses, en esta planta de 2.600 empleados (sin contar 500 de administraci¨®n) se han transformado 440 empleos temporales en fijos; m¨¢s de la mitad de las nuevas contrataciones corresponden a mujeres y ya son 450 las que est¨¢n en la cadena de producci¨®n; a las embarazadas se les facilita el cambio de puesto; se han fomentado los permisos de paternidad, frecuentes en una plantilla joven, en la que el 50% tiene menos de 40 a?os; se han celebrado varios matrimonios homosexuales entre empleados... La vieja Pegaso ha vivido una transformaci¨®n total. Del modelo franquista apenas quedan las instalaciones. Pas¨® a manos de Iveco en los ochenta y, tras varios a?os de ajustes, hoy las cosas marchan bien. La buena relaci¨®n entre direcci¨®n y sindicatos ha permitido aplicar esas pol¨ªticas sociales y ganar en empleo (la plantilla ha aumentado un 35% desde enero de 2006) y productividad (se ha pasado de 70 a 114 camiones por d¨ªa).
El presidente, que recorri¨® con los directivos y el comit¨¦ de empresa la cadena de montaje, se salt¨® varias veces el protocolo para conversar con operarios y operarias. Tambi¨¦n se subi¨® a un cami¨®n y le obligaron a comparar entre conducir aquel peso pesado y el Gobierno. "M¨¢s dif¨ªcil el cami¨®n, por supuesto".
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