Algunas pel¨ªculas de toros
Todo empez¨® en 1896 y precisamente en Par¨ªs. Los hermanos Lumi¨¨re inventaron el cinemat¨®grafo y con las mismas enviaron a su embajador -Albert Proemio- a Madrid. Al embajador de los Lumi¨¨re le fascin¨® la fiesta de toros y prendido en las astas de un veragua entr¨® en la arena y as¨ª retrat¨® La llegada de los toreadores a la plaza, en Madrid y siempre en exterior: s¨®lo 17 segundos, que entonces era mucha tela. El primer torero que se puso delante de una c¨¢mara fue don Luis Mazzantini.
El argumento de una pel¨ªcula de toros resulta muy simple. El protagonista es un torerillo, por lo general hu¨¦rfano. No es casualidad que lo cuiden unas monjitas muy dispuestas. El joven se escapa del convento y en sus correr¨ªas conoce a una muchacha, que ser¨¢ su santa novia: pura, decente y enamorada. Lo peor es que tambi¨¦n -cuando ha triunfado- se le cruza una moza de armas tomar; suele ser rubia, rica, hija de un ganadero, preferentemente arist¨®crata: es la mala. El hu¨¦rfano tiene un rival: un torero maduro y triunfador de aviesas intenciones. Las monjitas siguen muy preocupadas y no les falta raz¨®n. Al final llega el percance y, en circunstancias m¨¢s dram¨¢ticas, la muerte. As¨ª sucede en Currito de la Cruz y El relicario.
Ser¨ªa largo y fatigoso ir lidiando las pel¨ªculas de toros que en el cine han sido. Lo mejor es apartar algunas en sus distintas versiones. Vaya por delante Sangre y arena, inspirada en la obra de don Vicente Blasco Ib¨¢?ez, diputado republicano, escritor de moda y sello de correos de la Rep¨²blica.
La primera versi¨®n de la novela de don Vicente es de 1922. La interpret¨® Rodolfo Valentino, en el papel del torero Juan Gallardo. El mundo entero descubri¨® la fiesta de toros y llor¨® por la muerte del h¨¦roe. Poco tiempo despu¨¦s el p¨²blico -sobre todo ellas- se desmelen¨® con la muerte real del joven Valentino, gal¨¢n de galanes del cine mudo, que a¨²n no hab¨ªa alcanzado la cumbre de su popularidad.
Llegamos al cine en color. 1948. Diez a?os hace que muri¨® Blasco Ib¨¢?ez, ni?o mimado en Hollywood, adorado en Par¨ªs y consentido en Valencia. Vuelve Sangre y arena. La dirige Rouben Mamoulian, un buen director. La interpretan Tyrone Power -el torero Juan Gallardo-, Rita Hayworth, nada menos que la hermosa Gilda, y Linda Darnell. Todo un lujo. La pel¨ªcula es casi un sue?o, uno de los mejores melodramas que ha parido el cine americano. Rita Hayworth -de ra¨ªces extreme?as- es la mujer fatal: una bell¨ªsima arist¨®crata-ganadera, que le quita el novio a Linda Darnell, morena y m¨¢s buena que el pan. En esta pel¨ªcula hay una danza espa?ola, que se marca la Hayworth y que resulta un verdadero gozo para ojos noveleros. Pero la secuencia cumbre, la que marca tan singular obra, es la barroca ceremonia en la que Juan Gallardo -sentado en algo as¨ª como un trono de cuento- es vestido de torero. Por cierto, Tyrone Power muri¨® en Madrid, mientras rodaba Salom¨®n y la reina de Saba.
No es f¨¢cil hacer una pel¨ªcula de toros y a¨²n resulta m¨¢s dif¨ªcil poner de acuerdo a taurinos y cin¨¦filos. Sin embargo, parece que media plaza saca a hombros, por la puerta grande, a Torero. Es sin duda una bonita pel¨ªcula, acaparadora de premios y de elogios. La dirigi¨® Carlos Velo, gallego, exiliado, aficionado a la fiesta y amigo de Bu?uel. El director gallego conoci¨® al diestro Luis Procura y se prend¨® del tema cuando el matador le habl¨® del miedo.
Torero relata la historia de un matador que tiene miedo y se arrima, le produce terror dejar a su familia en casa y percibe la proximidad de la muerte. Es lo que se llama -de una forma un tanto cursi- un docudrama. No hay actores. Torero se proyect¨® en Cannes y luego en Venecia. El ¨¦xito alcanzado en Europa fue tremendo. La fiesta de toros gan¨® al p¨²blico de cine y Luis Procura se convirti¨® en h¨¦roe. Carlos Ve lo tuvo mucho que ver con aquel triunfo.
Ha pasado m¨¢s de un siglo desde que los Lumi¨¨re dieron con su memorable invento y algunos a?os de lo que pudi¨¦ramos llamar la edad de oro de las pel¨ªculas taurinas. Los tiempos son otros y no deja de granizar. Los aficionados a la fiesta, los que van a la plaza, no suelen ir a ver pel¨ªculas de toros. El p¨²blico de a pie, a¨²n menos. Ha calado tanto esta mala costumbre que muy dif¨ªcil, si no imposible, ser¨ªa rodar una pel¨ªcula donde el tema principal sea el enfrentamiento de toro y torero. Claro que a¨²n pueden funcionar algunos melodramas y, sobre todo, ciertas pel¨ªculas escandalosas y supongo que mentirosas. Yo no he visto Manolete -del director holand¨¦s Menno Maijes e interpretada por Adrien Brody y nuestra Pen¨¦lope-, pero me temo que nos d¨¦ un disgusto a cin¨¦filos y aficionados.
Jaime de Armi?¨¢n es director de cine.
Babelia
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