Asalto a las cuatro torres
El PP trata de mantener el poder en las urnas con grietas en varios de sus pilares
El PP valenciano no es un bloque electoral monol¨ªtico definido por los 1.146.780 votos que obtuvo en las pasadas elecciones auton¨®micas. La procedencia del voto que nutre su poder es diversa y su suma resulta imprescindible para mantener al partido en el gobierno. Gr¨¢ficamente, el PP es una ciudadela compuesta por cuatro torres.
La primera se levanta sobre el armaz¨®n de la antigua Alianza Popular, cuyo techo electoral se situ¨® en unos 475.000 votos. Es la derecha de siempre, su territorio es Valencia, aunque tambi¨¦n se extiende hacia Castell¨®n. Sus principales figuras son Francisco Camps, Rita Barber¨¢ y Carlos Fabra.
La segunda torre se sustenta sobre el voto del antiguo Centro Democr¨¢tico y Social (CDS), con la suma de los naufragios de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (UCD) y el Partido Dem¨®crata Popular (PDP). Re¨²ne unos 225.000 sufragios entre Valencia, Alicante y Castell¨®n, y sus representantes son Alejandro Font de Mora, Juan Cotino, Alicia de Miguel y Eduardo Zaplana.
La tercera torre la constituye el voto regionalista de Uni¨®n Valenciana, absorbido mayoritariamente por el PP desde 1999 como consecuencia de la operaci¨®n de vaciado. Su influencia son 200.000 votos, y sus caras son las de Vicente Ferrer, Jos¨¦ Mar¨ªa Chiquillo, Mar¨ªa ?ngeles Ram¨®n-Llin y Rafael Ferraro.
Y la cuarta torre, reforzada por unos 250.000 votos, corresponde a los incrementos del censo de 1993 a 2003. Se trata de j¨®venes electores deslumbrados por el ¨¦xito del PP y sus reclamos de prosperidad, as¨ª como aquellos que encontraron en este partido consuelo al desencanto socialista. Ideol¨®gicamente, se sit¨²a en el centro. Una de sus caras, aunque su trayecto hacia aqu¨ª fue particular, es Blasco, y su terreno son las ciudades dormitorio.
La derecha se mantuvo en la oposici¨®n hasta que no descans¨® todo su peso sobre estas cuatro patas, que le han dado estabilidad electoral. Lograr su cohesi¨®n fue el sue?o frustrado de la mayor¨ªa natural de Manuel Broseta y el ¨¦xito de Zaplana, que en 1999 llev¨® a las cuatro familias juntas a la urna, lo que le garantiz¨® la mayor¨ªa absoluta al PP tambi¨¦n en 2003.
Pero en 2007 lo que une a las cuatro patas es s¨®lo lo simb¨®lico: el victimismo frente a Madrid (con el trasvase derogado y la supuesta falta de financiaci¨®n), el anticatalanismo y los ¨¦xitos econ¨®micos de la construcci¨®n (con el resplandor de los eventos). En el ¨¢mbito de la realidad, se han producido algunos acontecimientos que han abierto brechas en la ciudadela. Dos torres, la tres y la cuatro, presentan mayor vulnerabilidad que nunca.
La cuarta, la de los incrementos del censo, ha sido la m¨¢s bombardeada por la campa?a del PSOE con las cr¨ªticas econ¨®micas al ¨¦xito del PP (deuda y sobrecostes), las promesas de mejora de los servicios (accidente de metro,...) y el ataque a la corrupci¨®n (Ayuntamiento de Orihuela, Diputaci¨®n de Castell¨®n,...).
La tercera torre, la regionalista, tampoco pasa por sus mejores momentos. Los restos de UV (unos 70.000 votos) se han demostrado insolubles, el partido mantiene las siglas en las elecciones. Adem¨¢s, se le a?ade el fen¨®meno de Coalici¨®n Valenciana, otra opci¨®n con poderosos recursos publicitarios que, con alguna expectativa demosc¨®pica en Valencia, trata de perforar el caladero del voto ¨²til del PP.
Asimismo, la segunda torre, la de los liberales, se encuentra en parte agrietada por el choque org¨¢nico entre Camps y Zaplana, que ha nutrido resentimientos de incierto alcance y listas alternativas en varias ciudades medianas. El deterioro de alguna de estas patas, con la ayuda del aumento de participaci¨®n, puede dejar al PP en la oposici¨®n.
El PSPV hasta ahora no ha movilizado mucho m¨¢s de 900.000 votos en las auton¨®micas (en las ¨²ltimas generales logr¨® 1.127.700), y el Comprom¨ªs pel Pa¨ªs Valenci¨¤ con dificultad podr¨ªa superar los 270.000 (en 2003 EU obtuvo 154.494 votos y el Bloc, 114.122). Es decir, como mucho juntos lograr¨ªan una situaci¨®n de empate con el PP, por lo que la victoria de la izquierda s¨®lo se podr¨ªa producir a partir del hundimiento de alguna de las torres. El PSPV necesita aumentar la participaci¨®n, tambi¨¦n la del aliado sin efecto de voto ¨²til, atraerse la mayor parte de los nuevos 179.000 electores, atacar los flancos de la torre cuarta y que las opciones regionalistas recuperen voto. Por el contrario, el PP necesita una participaci¨®n baja para mantenerse y cuidar los pilares.
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