Testigos inc¨®modos
Afrontar la realidad africana precipita a cualquier testigo o estudioso a preguntarse si le devorar¨¢ el afropesimismo. He aqu¨ª algunos libros, accesibles al lector espa?ol, que hablan de la complejidad de un continente de cuyo destino el mundo rico ya no va a poder escapar.
Esperanzado es El largo camino hacia la libertad, de Nelson Mandela (Punto de Lectura), porque la vida de Mandela ejemplifica el mejor logro pol¨ªtico de ?frica. Lectura a completar con Heroica tierra cruel (Seix Barral), excelentes cr¨®nicas de John Carlin sobre la liberaci¨®n del apartheid, construida con una solidaridad irrepetible: personajes que obligan a mirar con admiraci¨®n un pa¨ªs que se ha enfrentado a su pasado. Voluntariamente optimista es Con la cabeza bien alta (Lumen), de Wangari Maathai, incansable activista del ecologismo antes de que ponerse de moda, y hoy premio Nobel de la Paz y secretaria de Medio Ambiente de Kenia.
Ruanda se convirti¨® en tema medi¨¢tico, pero Congo es todav¨ªa un abismo de silencio y brutalidad
El polo opuesto, el del realismo que no ve motivos para tirar cohetes, es pr¨®digo en t¨ªtulos. Negrolog¨ªas, de Stephen Smith (Debate), lanza una tormenta de datos que demuestran que ?frica sigue sin contar en el mundo. ?frica despu¨¦s de la guerra fr¨ªa, del brit¨¢nico Mark Huband (Paid¨®s), narra recientes guerras decisivas en el Congo, Burundi, Ruanda o Somalia y permite al lector situarse, m¨¢s all¨¢ de presuntos indicios de cambios hacia la democracia, ante el arduo futuro que aguarda al continente.
La posibilidad de que ?frica genere las v¨ªas de desarrollo y equidad que necesita, y los anticuerpos contra la corrupci¨®n imprescindibles para protegerse de los corruptores que moran en las guaridas del Primer Mundo, se vislumbra en libros como ?frica, pecado de Europa, del catedr¨¢tico Luis de Sebasti¨¢n (Trotta), que aporta amplia informaci¨®n sobre la cat¨¢strofe de explotaci¨®n y expolio que supuso el colonialismo. Derechos Humanos en ?frica: teor¨ªa y pr¨¢ctica (Deusto), de Mbuyi Kabunda, profesor congole?o vinculado a Espa?a, proporciona un eficaz relato de c¨®mo el colonialismo descoyunt¨® los sistemas y equilibrios sociales africanos, y sobre todo hace las preguntas pertinentes acerca de instituciones y constituciones adoptadas por las ¨¦lites africanas, pero cuya eficacia contra la pobreza y la injusticia est¨¢ muy lejos de tener peso real.
Quien quiera saber de ?frica m¨¢s all¨¢ de los enfoques acad¨¦micos debe asomarse a libros de periodistas; libros que trascienden la informaci¨®n de datos y dan testimonio. El m¨¢s grande es, claro, el recientemente fallecido Ryszard Kapuscinski, con dos obras mayores, ambas en Anagrama: Un d¨ªa m¨¢s de vida, sobre su experiencia en la Luanda a caballo de la independencia en 1975, y sobre todo ?bano, una summa del periodismo como conocimiento directo de las personas que sufren la Historia, un libro que despierta los cinco sentidos y por supuesto la conciencia del lector.
El genocidio perpetrado por los nazis hutus en Ruanda en 1994 es una constante fuente. Pero quiz¨¢ las mejores p¨¢ginas sean las de Queremos informarle de que ma?ana seremos asesinados junto a nuestras familias (Destino), del estadounidense Philip Gourevitch, que narra la intrahistoria de un horror que Francia, el Vaticano, la ONU y Estados Unidos consintieron en mayor o menor grado. Jean Hatzfeld tuvo el est¨®mago de hablar con los verdugos (Una temporada de machetes, Anagrama), y por tanto entrar en el tu¨¦tano del infierno; tambi¨¦n son recomendables los testimonios que coordin¨® en La vida al desnudo (Turpal).
Ruanda ha acabado siendo un tema medi¨¢tico, pero Congo (hoy Rep¨²blica Democr¨¢tica, antes Zaire) sigue siendo un abismo de silencio y brutalidad. Cualquier informe de M¨¦dicos sin Fronteras, por ejemplo, deja entrever el precio de sangre y violencia que paga la poblaci¨®n civil, especialmente las mujeres, por vivir en el pa¨ªs potencialmente m¨¢s rico de ?frica. Las ra¨ªces de esas barbaridades est¨¢n en El fantasma del rey Leopoldo (Atalaya), de Adam Hochschild, impecable biograf¨ªa del soberano belga, el peor colonialista. Es ilustrativo leer luego El asesinato de Lumumba (Cr¨ªtica), de Ludo de Witte, perfecta reconstrucci¨®n de c¨®mo desde B¨¦lgica y Estados Unidos se torpede¨® la democracia en Congo tras la independencia. Michele Wrong cuenta las complicidades occidentales para mantener la larga dictadura de Mobutu en Tras los pasos del se?or Kurz (alusi¨®n l¨®gica a El coraz¨®n de las tinieblas, de Conrad, que al fin y al cabo fue un alegato contra Leopoldo); Wrong se faja con Eritrea y Etiop¨ªa en No lo hice por ti. Ambas las publica Interm¨®n Oxfam.
En reportajes espa?oles, son recomendables Cuadernos africanos, de Alfonso Armada (Pen¨ªnsula), y ?fricas, de Bru Rovira (RBA). Y es did¨¢ctico sobre la historia colonialista El sue?o de ?frica, de Javier Reverte (Anaya/Muchnik).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.