Si no sabe, conteste
No pensar¨¢ usted quedarse ma?ana en casa, ?no? Ah, que usted ya sabe que estas elecciones no valen para nada porque no son m¨¢s que una guerra mercadot¨¦cnica entre media docena de gabinetes de propaganda manipuladora. Pero qu¨¦ listo es usted. Tambi¨¦n sabr¨¢ entonces el extremo hasta el que son irrelevantes los resultados del domingo para los problemas del mundo real, esos asuntillos menores como la salud, la enfermedad y la imposibilidad de comprar un piso con ese sueldo y ese Euribor que le han puesto los otros, los que no se presentan pero todo lo impregnan de colusiones de inter¨¦s, comisiones de obra, coeficientes de caja, usted ya sabe.
Por supuesto que a usted le preocupa su vida y la de su gente, pero usted ya sabe que los pol¨ªticos son todos iguales, a usted se la van a dar, como iguales son sus hueros discursos sobre las esencias de la patria y la extinci¨®n del cosmos. Muy bien. ?Y qu¨¦ m¨¢s sabe usted?
Si vive en Madrid ya sabr¨¢ que no est¨¢ solo, porque su comunidad consigui¨® en 2003 el mayor ¨ªndice de abstenci¨®n de toda la pen¨ªnsula Ib¨¦rica (36%). ?Para qu¨¦ votar si Madrid ya ostenta todos los r¨¦cords que se miden en euros por metro cuadrado? ?Para qu¨¦ en Melilla (40%), si usted ya sabe que todas esas ruinas estad¨ªsticas no son sino fruto de la fatalidad, y que ning¨²n pol¨ªtico va a arreglar jam¨¢s ni as¨ª se ponga a ello?
Y por supuesto que ni se le ocurra ir a votar en las islas, pero vamos ni en las Baleares (37%) ni en las Canarias (34%), a ver si van a cambiar las cosas, con lo bien que van all¨ª de toda la vida, y aquello luego no va a haber forma de distinguirlo de esa basura de Pen¨ªnsula, puro garraf¨®n. Usted no contesta con su voto porque ya sabe todo eso.
Pero si no sabe, conteste. Su voto en estas elecciones no va a cambiar el mundo ni a precipitar su final, pero s¨ª le permitir¨¢ pedir cuentas en las urnas del futuro, cuando los ciudadanos hayamos aprendido -como ya aprendieron nuestros manipuladores- a fiarnos menos del brillo hechicero de las estrellas que de las grises verdades estad¨ªsticas que insisten en eclipsarlo.
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