La necesidad de un renacimiento
Llodio, la segunda localidad alavesa, con algo m¨¢s de 18.000 habitantes, se ha desentendido tradicionalmente en lo pol¨ªtico de su pasado industrial. M¨¢s parecida en ello a la Margen Izquierda del Nervi¨®n, como una extensi¨®n de la pasada grandeza sider¨²rgica vizca¨ªna, sin embargo, ha sido un vivero nacionalista, elecci¨®n tras elecci¨®n. Las diferentes denominaciones de la ahora ilegalizada Batasuna, y el PNV, se han ido repartiendo el primer sill¨®n municipal, dejando al resto de las fuerzas en segundo plano. Forman la actual corporaci¨®n 10 ediles de la coalici¨®n PNV-EA, tres del PP, otros tantos del PSE y uno de Ezker Batua.
La izquierda abertzale, que gobern¨® la localidad en tres mandatos bajos las sucesivas siglas de HB y EH -de 1979 a 1983, de 1987 a 1991 y entre 1999 y 2003- pude volver ahora al juego municipal, e incluso ser determinante para la configuraci¨®n de las nuevas mayor¨ªas- ya que la liusta de ANV no ha sido anulada por los tribunales. El PP ya ha asegurado que apoyar¨¢ al candidato socialista si ello es preciso y ANV es la fuerza m¨¢s votada.El p¨¦ndulo nacionalista oscila as¨ª entre los independentistas, a los que tradicionalmente ha encabezado Pablo Gorostiaga, alcalde por EH hace ocho a?os, y el PNV, entre cuyos primeros ediles ha estado el actual lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, alcalde entre 1983 y 1987.
La segunda localidad alavesa precisa otro empuje tras superar las heridas del pasado
Llodio ha salido de la mala situaci¨®n econ¨®mica y de desempleo en que qued¨® con los mandatos abertzales, pero no ha recuperado el atractivo suficiente como para crecer demogr¨¢ficamente y para que sus j¨®venes se queden en la localidad. Entre 1991 y 2006 ha bajado de 20.475 vecinos a 18.478, que sufren unos precios de pisos muy elevados. Las empresas, algunas de ellas tractoras de la econom¨ªa local como Tubacex o Vidrala, y otras m¨¢s nuevas, pero igualmente importantes como Aplica y Spiuk o Acha, no tienen suelo para crecer. Llodio ha llegado a su l¨ªmite.
Tras el esfuerzo para sobreponerse a las heridas del pasado, como la gran riada -el Nervi¨®n lo arras¨® todo en 1983-, la desindustrializaci¨®n -el cierre de Acenor dej¨® en el paro a 3.000 trabajadores- o la violencia -el cuartel de la Guardia Civil ha sufrido tres atentados, el ¨²ltimo de ellos en 1989 con 150 kilos de explosivo-, el pueblo necesita un nuevo impulso.
Todos los partidos han hecho campa?a con ese planteamiento: viviendas protegidas para los j¨®venes y suelo industrial y de servicios. De todas las propuestas, quiz¨¢s la m¨¢s sorprendente ha sido la socialista, cuyo candidato a alcalde, Juan Antonio Larisgoitia, ha revolucionado a la localidad con un plan para construir 1.000 viviendas protegidas a un precio de 150.000 euros, adem¨¢s de un pol¨ªgono industrial cualificado y un ¨¢rea de servicios con centro comercial y edificio emblem¨¢tico. "Tenemos que devolverle el color a Llodio, y a los j¨®venes las ganas de quedarse", se?ala.
El actual primer edil y candidato del PNV a la reelecci¨®n, Jon karla Menoyo, apuesta por el desarrollo del Plan General de Ordenaci¨®n Urbana, la construcci¨®n de un teatro y el soterramiento del tren para el cuatrienio 2011-2014.
Carlos Urquijo, del PP, coincide en la necesidad de las viviendas protegidas, e instalar un sistema de recogida neum¨¢tica de basuras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.