Siete batallas para despu¨¦s del 27-M
Las elecciones servir¨¢n para medir los efectos de la corrupci¨®n, el urbanismo salvaje, la encrucijada vasca o el liderazgo pol¨ªtico
Elecciones 27MLas elecciones municipales y auton¨®micas de ma?ana est¨¢n marcadas por varias claves que han venido condicionando la vida pol¨ªtica en los ¨²ltimos a?os. La corrupci¨®n y el urbanismo salvaje han marcado la gesti¨®n de numerosos municipios que ahora se enfrentan al veredicto de las urnas.
Tambi¨¦n pasar¨¢n su particular examen la encrucijada del Pa¨ªs Vasco y el terrorismo de ETA. Y como mar de fondo, la lucha por el poder: en los feudos auton¨®micos, en La Moncloa y en los propios partidos. Lo que sigue es una radiograf¨ªa de este escenario.
La corrupci¨®n se enfrenta
a las urnas
Los efectos de la corrupci¨®n en los resultados del 27-M son inciertos. El electorado ha dejado pruebas sobradas de que el saqueo de las arcas municipales por parte de dirigentes pol¨ªticos no siempre es definitivo para quitar a un alcalde. En Marbella, el municipio donde la corrupci¨®n ha sido tan masiva que todo el Gobierno municipal ha terminado en la c¨¢rcel o imputado, los esc¨¢ndalos del ex alcalde Jes¨²s Gil y Gil apenas perjudicaron sus resultados electorales. Su partido, el GIL, revalid¨® en 2003 las mayor¨ªas absolutas logradas en 1991, 1995 y 1999. Y eso a pesar de que su l¨ªder hab¨ªa pasado por prisi¨®n y hab¨ªa sido condenado e inhabilitado 28 a?os por los delitos de tr¨¢fico de influencias y prevaricaci¨®n en relaci¨®n con el dinero p¨²blico del Ayuntamiento de Marbella. A los electores de Marbella les pareci¨® una cuesti¨®n menor y en las ¨²ltimas elecciones casi uno de cada dos votantes repiti¨® su confianza en el GIL, que consigui¨® 15 de los 27 concejales en juego.
Las sospechas de corrupci¨®n se han extendido durante este mandato por numerosos municipios. En algunos casos, los alcaldes o concejales imputados se presentan a las elecciones con el aval de los partidos nacionales, que han preferido mirar para otro lado.
El urbanismo salvaje no hace mella
La riqueza que deja en muchos el urbanismo salvaje, con la recalificaci¨®n de decenas de miles de hect¨¢reas para plantar ladrillos hacia el cielo beneficiando a promotores y propietarios de suelo tampoco hacen suficiente mella en los resultados electorales. Los lugares donde el cemento ha ocupado m¨¢s espacio en los ¨²ltimos a?os tienen gobiernos muy consolidados y los pron¨®sticos electorales apuntan que nada cambiar¨¢.
El descontento social por el elevado precio de las viviendas apenas traspasa las urnas. Al menos hasta ahora.
Un alcalde que ha luchado contra el urbanismo salvaje en un peque?o pueblo de Toledo se la juega en estas elecciones. Se llama Manuel Fuentes (IU) y es alcalde de Sese?a, una localidad de 10.000 habitantes a 35 kil¨®metros de Madrid. En este municipio, los votantes andan divididos. Un tercio vota a IU (cinco), otro m¨¢s escaso apoya al PSOE (4) y el que queda vota al PP (4). Eso era hasta que lleg¨® Francisco Hernando, Paco el Pocero, un promotor dado a los excesos que compr¨® un latifundio de suelo r¨²stico en un secarral del pueblo al que no llega el agua y decidi¨® levantar 13.500 pisos en torres de diez alturas para venderlos baratos. Convenci¨® a los concejales socialistas y populares de Sese?a y al Gobierno socialista de Castilla-La Mancha y se puso manos a la obra.
Ahora, Fuentes quiere frenar esos planes y se ha enfrentado a El Pocero paralizando parte del desarrollo urban¨ªstico previsto (hay 5.000 viviendas en construcci¨®n, el resto est¨¢ pendiente). El promotor, acostumbrado a las tormentas que provocan sus inversiones, no ha dudado en denunciar al alcalde en los tribunales. Fuentes sabr¨¢ hoy si la lucha contra el urbanismo salvaje tiene r¨¦ditos electorales.
La encrucijada de ?lava
En cuatro a?os, casi nada sigue igual en el mapa pol¨ªtico vasco y navarro. Despu¨¦s del 27-M muchas cosas cambiar¨¢n, aunque se repitan los resultados de 2003. Las relaciones entre el PSOE y el Partido Popular est¨¢n hechas a?icos a cuenta de la apuesta del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, de buscar el fin del terrorismo a trav¨¦s del di¨¢logo. Las costuras que un¨ªan a socialistas y populares en Euskadi se han deshilachado. Esa fractura ya ha tenido consecuencias, pero a partir de ma?ana tendr¨¢n reflejo en las instituciones vascas.
?lava es el territorio vasco donde el nacionalismo no es hegem¨®nico. Hace a?os que socialistas y populares se entienden. En 2003, el PP fue el partido m¨¢s votado en Vitoria, sin lograr la mayor¨ªa absoluta, y qued¨® en segundo lugar en las elecciones forales tras el PNV. Pese a ello, los populares renovaron el control de la Diputaci¨®n alavesa y de la capital provincial gracias al voto de los socialistas. El PSE prest¨® su apoyo a rega?adientes. Quiso hacer un trueque (su voto al PP para la alcald¨ªa de Vitoria a cambio del apoyo del PP a la presidencia de ?lava), pero no le sali¨® y se conform¨®.
Con las relaciones destrozadas por tres a?os de bronca sobre pol¨ªtica antiterrorista, ese equilibrio parece hoy imposible. La vuelta a una alianza con los nacionalistas del PNV, con los que los socialistas tuvieron una larga experiencia de Gobierno en Euskadi, puede acabar reventando los escasos puentes de di¨¢logo que a¨²n quedan entre los dos principales partidos de Espa?a
La incertidumbre de ETA
En las pr¨®ximas semanas volver¨¢n a las instituciones vascas miembros de la izquierda abertzale independentista que no repudian las acciones violentas de ETA. Pertenecen a un partido antiguo, Acci¨®n Nacionalista Vasca (ANV), que no se presentaba a unas elecciones desde 1977 y que, aunque repudia la violencia en sus estatutos, no ha dicho nada de los numerosos actos de acoso a los candidatos de los dem¨¢s partidos y de kale borroka que se han sucedido a lo largo de toda la campa?a.
Los tribunales han encontrado en la mitad de las candidaturas que ANV present¨® a las elecciones motivos suficientes para pensar que Batasuna se esconde detr¨¢s. La otra mitad de las listas pas¨® la criba y hoy recibir¨¢n el apoyo de al menos el 10% del electorado vasco que habitualmente votaba a Batasuna. Hay 40 municipios donde tienen muchas probabilidades de lograr la alcald¨ªa.
Algunos entienden que el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ha tolerado un regreso controlado de Batasuna a las instituciones, aunque limitado a unas pocas listas, para seguir probando suerte en su empe?o por lograr el fin del terrorismo.
ETA mat¨® hace cinco meses a dos ciudadanos ecuatorianos en el aeropuerto de Barajas, en plena tregua y sin aviso previo de ruptura. Ahora mantiene vigente su violencia con extorsi¨®n a empresarios y terrorismo callejero en Euskadi y Navarra.
Nadie conoce la respuesta de los terroristas a la actual situaci¨®n. Ni siquiera se puede pronosticar si la vuelta de los independentistas que les apoyan a las instituciones tendr¨¢ alg¨²n efecto para la desaparici¨®n definitiva de ETA que ans¨ªan todos los partidos democr¨¢ticos.
Apuesta electoral
a la ruleta rusa
Los partidos pol¨ªticos juegan a veces a la ruleta rusa cuando se trata de apostar en las elecciones. Casi siempre pierden. El azar no suele regalar alcald¨ªas o presidencias auton¨®micas. En estas elecciones hay alguna apuesta de este tipo en territorios donde desde hace muchos a?os mandan los otros. El 27-M presenta, al menos, dos casos emblem¨¢ticos, Madrid y la comunidad de Castilla-La Mancha.
En la capital manda el centroderecha desde hace 20 a?os y el PSOE se inventa cada mandato un candidato para competir por la alcald¨ªa. Desde que Juan Barranco fue apeado del Gobierno municipal por una moci¨®n de censura del centroderecha, en 1989, por las listas socialistas han pasado cuatro candidatos. Junto a Barranco lo han intentado Fernando Mor¨¢n, ex ministro de Exteriores; Trinidad Jim¨¦nez, ahora secretaria de Estado para Iberoam¨¦rica; y el ¨²ltimo, Miguel Sebasti¨¢n, ex jefe de la Oficina Econ¨®mica del Gobierno. Si los sondeos aciertan, la ¨²ltima apuesta a la desesperada de Zapatero, que intent¨® antes otras dos opciones para estos comicios, volver¨¢ a cosechar otra derrota. Y van cuatro.
En Castilla-La Mancha gobiernan los socialistas desde siempre. El PP tambi¨¦n ha jugado aqu¨ª a la ruleta rusa con escasa suerte. Hace cuatro a?os, Aznar pens¨® que el tir¨®n del ex presidente Adolfo Su¨¢rez obrar¨ªa el milagro. Eligieron al hijo de Su¨¢rez, con el mismo nombre que su padre, para enfrentarse a Jos¨¦ Bono. Y perdi¨® por goleada. Ahora se han inventado a una candidata que trabajaba en la Comunidad de Madrid como consejera de Transportes, Dolores de Cospedal. La experiencia en el territorio por el que compite no ha contado para la elecci¨®n. Es la costumbre.
Los llaman paracaidistas. Nunca pisaron el terreno en el que van a combatir y llegan desde el cielo, arrojados a la batalla electoral por las direcciones nacionales de los partidos con la esperanza de que el azar obre la victoria.
La llave de la capital
Las puertas del palacio de la Moncloa se abren con las llaves de Madrid. No es una ciencia exacta pero hay muchos pol¨ªticos que han repetido a lo largo de los ¨²ltimos 25 a?os esta frase. Felipe Gonz¨¢lez gan¨® las elecciones de 1982 cuando los socialistas ya mandaban en la capital con Enrique Tierno Galv¨¢n como alcalde. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar jur¨® de presidente del Gobierno en 1996, s¨®lo un a?o despu¨¦s de que el PP lograra por primera vez el poder en la Comunidad de Madrid.
Incluso en el caso del ¨²ltimo triunfo de Zapatero, donde esa costumbre no escrita se rompi¨®, su llegada a La Moncloa estuvo precedida de un ¨¦xito electoral en la Comunidad de Madrid que a punto estuvo de colocar a un presidente socialista al frente del Gobierno regional. La victoria se frustr¨® por la espantada de dos parlamentarios, Eduardo Tamayo y Mar¨ªa Teresa S¨¢ez, que se hicieron tr¨¢nsfugas y forzaron unas nuevas elecciones que devolvieron al PP al poder.
Las mudanzas en La Moncloa se barruntan antes en los despachos de la Puerta del Sol (sede de la Comunidad) o de la Plaza de la Villa (sede del Ayuntamiento).
En estas elecciones, la batalla es capital por las consecuencias que puede tener. Hay dos efectos especialmente relevantes:
- Una goleada del PP al PSOE en la Comunidad de Madrid y en la capital puede ser presagio de un nuevo cambio en el Palacio de la Moncloa.
- El resultado de los dos l¨ªderes del PP en Madrid, Esperanza Aguirre (presidenta auton¨®mica) y Alberto Ruiz-Gallard¨®n (alcalde), puede ayudar a definir el futuro de ese partido si Rajoy, en sus segundas oposiciones a La Moncloa, vuelve a suspender. Entonces, todos en el partido se fijar¨¢n en las posibilidades de Aguirre y Ruiz-Gallard¨®n para recuperar el poder perdido. Por eso, ambos pol¨ªticos compiten entre s¨ª en la capital. El porcentaje de voto que obtenga cada uno de ellos con las mismas siglas como reclamo tendr¨¢ despu¨¦s del 27-M lecturas que pueden resultar trascendentales para el futuro del PP.
Anticipos de la noche electoral
Los partidos intentar¨¢n, como suelen, sacar consecuencias favorables de los resultados electorales. Los discursos del escrutinio est¨¢n preparados desde hace tiempo y tienen respuestas para cualquier imprevisto que no suponga un descalabro inapelable.
En G¨¦nova, 13; la sede del PP quieren vender su primera victoria electoral general desde 2000. Para eso necesitan m¨¢s votos que el PSOE en el conjunto de los 8.111 municipios que celebran elecciones. Si eso no se diera, el PP vender¨¢ la victoria en la mayor¨ªa de los territorios y si, como vaticinan los sondeos, pueden perder las mayor¨ªas necesarias para seguir gobernando en Baleares o Navarra, recordar¨¢n que en estos lugares han sido la fuerza m¨¢s votada.
En Ferraz, sede de los socialistas, se conformar¨ªan con revalidar el triunfo global en las elecciones municipales que lograron en 2003. Si pierden en esa carrera, los socialistas intentar¨¢n vender alg¨²n ¨¦xito que les permita anunciar que recuperar¨¢n el Gobierno en algunos territorios (Baleares o Navarra) o ciudades (Toledo, Valladolid...) aunque para ello tengan que pactar con fuerzas pol¨ªticas con las que no simpatizan.
![Zapatero, durante un acto de campa?a en Valencia.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XJTQYOO7VKNOJN7KSGMCNARZGQ.jpg?auth=6cfc227879ad87e54f7a521dbcca12be573901a01c2fd460a4d14477d3c758ae&width=414)
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/I234HUEAJUNE24W5QFGXO5IFO4.jpg?auth=1e7737f9128c54076f35bd16444b81ab0a2588803e6ea15cea8068476cbad3b2&width=414)
![El presidente del PP, Mariano Rajoy, en un mitin en Sevilla.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/CT5SSIWGY7WBS6HWNSLU7NTCLE.jpg?auth=615aecea9783f1bc8228d8e226ea5831c0f46393824e0bffffbe00ed6ed3ae34&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.