Se alarga la agon¨ªa c¨¦ltica

El bochorno de la afici¨®n viguesa super¨® ayer a la propia alegr¨ªa de ver ganar a su equipo al Betis, tres puntos que prolongan la agon¨ªa de luchar contra el descenso. El bochorno es el juego de conjunto sin conjunci¨®n, la desidia general del equipo, s¨®lo salvada del espanto por el trabajo heroico del sempiterno Gustavo L¨®pez, el veterano venerado por el pueblo y siempre cuestionado por la directiva, que a?o tras a?o racanea sus renovaciones. Para la gente de Vigo, el volante argentino es una suerte de Ben-Hur en el que han puesto todas sus esperanzas. Vaya por delante que dio m¨¢s pases al ¨¢rea, 17, que todos sus compa?eros juntos. Salvo alg¨²n apoyo puntual -Oubi?a hizo una labor silenciosa en la defensa y Baiano aport¨® dos destellos en los dos goles-, el resto ni pas¨® por el campo. En el medio del c¨¦sped, Pablo Garc¨ªa y Canobbio eran dos estacas ancladas que dejaron pasar a los b¨¦ticos como invitados en su jard¨ªn, una dejadez clamorosa teniendo en cuenta que el cuadro andaluz, muy perjudicado por el ¨¢rbitro, jug¨® toda la segunda parte con diez hombres.

As¨ª, la cr¨®nica del partido gira alrededor del argentino y del esfuerzo del Betis por mantener vivo el choque hasta el ¨²ltimo minuto. Pese a la expulsi¨®n de Capi, los b¨¦ticos desplegaron m¨¢s vigor f¨ªsico que el Celta, en especial Robert y Odonkor, que entienden que el futbolista de ¨¦lite es, de entrada, un atleta. Esto no sucede en el Celta. Por eso destaca tanto la generosidad de Gustavo L¨®pez. Es m¨¦rito del t¨¦cnico c¨¦ltico, Hristo Stoichkov, haber dejado a Nen¨¦ y al argentino la iniciativa personal para cambiarse de banda a su antojo. Luis Fern¨¢ndez debi¨® ordenar el env¨ªo de todos sus efectivos al carril de Gustavo, pues todo el partido se disput¨® en torno a ¨¦l. El Betis, por su parte, s¨®lo jug¨® por su lado derecho. El primer gol, sin embargo, fue para los b¨¦ticos y en uno de los mejores momentos del cuadro de Stoichkov. Un saque de esquina desaprovechado por los vigueses propici¨® un fulgurante contragolpe que acab¨® con Robert y Odonkor por delante de sus respectivos marcadores, dejando en evidencia el problema f¨ªsico del Celta. Robert remat¨® a placer tras un pase de su compa?ero de fuga.

Con el medio del campo convertido en una trinchera aburrida y farragosa, Gustavo L¨®pez se ech¨® el equipo a la espalda, aguant¨® como pudo las faltas -el ex c¨¦ltico Ed¨² a punto estuvo de jubilarlo con una entrada tipo ob¨²s- y se embarc¨® casi por libre a remontar el choque. Inici¨® una jugada con recuperaci¨®n en el centro del campo, pas¨® a Baiano y ¨¦ste devolvi¨® un preciso pase al argentino, que, como no encontr¨® compa?ero para centrar, se decidi¨® a disparar y bati¨® por bajo a Contreras.

En el segundo tiempo los equipos se adelantaron un poco, pero el Celta no tuvo m¨²sculo ni coordinaci¨®n para aprovechar su ventaja, exclusivamente num¨¦rica. En el ¨²ltimo aliento, Gustavo L¨®pez enloqueci¨® a la defensa rival y envi¨® el centro a N¨²?ez que gener¨® la falta del portero b¨¦tico sobre el extremo vigu¨¦s. Baiano fue implacable.