Guerra a las bacterias resistentes
Europa lanza un proyecto de investigaci¨®n para desarrollar nuevos antibi¨®ticos
Para vencer al enemigo es necesario conocerlo. Cerca de un 60% de las infecciones que se adquieren en los hospitales se debe a bacterias resistentes a uno o m¨¢s antibi¨®ticos. En el ¨¢mbito comunitario, el 80% de los antibi¨®ticos que se prescriben en las consultas de atenci¨®n primaria para tratar infecciones respiratorias no aporta ning¨²n beneficio.
El proyecto se centra en las cuatro bacterias que suponen el 85% de las infecciones hospitalarias
20 laboratorios p¨²blicos y privados y m¨¢s de 50 hospitales europeos participan en el proyecto
A su vez, este abuso conlleva que las bacterias acaben volvi¨¦ndose resistentes. La batalla contra las bacterias resistentes est¨¢ abierta. Para vencerlas hay que luchar en varios frentes: diagn¨®sticos eficaces para evitar la prescripci¨®n de antibi¨®ticos que no son necesarios, sistemas para detectarlas y el desarrollo de nuevos tratamientos para atacarlas.
El proyecto MOSAR es el primero de ¨¢mbito europeo que pretende controlar la aparici¨®n y propagaci¨®n de las bacterias resistentes a los antibi¨®ticos implicadas en las infecciones hospitalarias, denominadas infecciones nosocomiales. En el proyecto participan cerca de 20 laboratorios p¨²blicos y privados y m¨¢s de 50 hospitales repartidos por Europa e Israel. Van a trabajar en torno a cuatro tipos de bacterias resistentes: el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, los enterococos resistentes a vancomicina, las enterobacterias productoras de lactamasas de espectro ampliado, y las Acinetobacter spp. Entre todas "representan un 85% de las infecciones que vemos dentro del ¨¢mbito hospitalario", afirma Jordi Vila, uno de los coordinadores del proyecto y miembro del grupo de investigaci¨®n en salud p¨²blica, epidemiolog¨ªa y salud internacional del IDIBAPS, en el hospital Cl¨ªnic de Barcelona, donde se coordinar¨¢n todas las investigaciones sobre Acinetobacter spp.
Esta bacteria resistente es responsable de cerca del 1% de las infecciones contra¨ªdas en las unidades de cuidados intensivos. Aunque no es la que m¨¢s incidencia tiene (el Staphylococcus aureus se lleva la palma, al ser responsable del 60%-80% de las infecciones), es un germen muy resistente a los antibi¨®ticos y con gran capacidad para multiplicarse, por lo que en los hospitales donde entra puede ser la responsable del 10%-15% de las infecciones, explica Jordi Vila. "Es la bacteria resistente con una mayor capacidad de supervivencia y de diseminaci¨®n, ya que sus necesidades nutritivas son muy pocas; el polvo que hay encima de una mesa le resulta suficiente para alimentarse y reproducirse".
Francisco ?lvarez Lerma, m¨¦dico adjunto del servicio de Medicina Intensiva del hospital del Mar y uno de los coordinadores del Estudio Nacional de Vigilancia de la Infecci¨®n Nosocomial (ENVIN-UCI), en el que participan m¨¢s de 70 unidades de cuidados intensivos de toda Espa?a, afirma que "la distribuci¨®n de los diferentes tipos de bacterias resistentes no es homog¨¦nea, por lo que se recomienda que cada hospital haga su propia vigilancia". En cuanto a la utilizaci¨®n de antibi¨®ticos, seg¨²n datos del informe elaborado en 2006, y seg¨²n una media de todas las UCI que han participado, "a un 3,16% de los pacientes se les cambia el antibi¨®tico porque durante el tratamiento generan resistencias".
El objetivo de MOSAR es conocer en detalle las bases moleculares de estas cuatro bacterias y determinar por qu¨¦ se convierten en resistentes y poder desarrollar nuevas mol¨¦culas para tratamientos y para diagn¨®sticos r¨¢pidos. El proyecto prev¨¦ desarrollar una colecci¨®n de cepas de todos los pa¨ªses europeos que estar¨¢ a disposici¨®n de los laboratorios farmac¨¦uticos que lo deseen para validar sus estudios y testar sus f¨¢rmacos y t¨¦cnicas de diagn¨®stico.
Seg¨²n Jordi Vila, "el problema con las bacterias resistentes se ve agravado por el hecho de que el dise?o de antibi¨®ticos innovadores se ha ralentizado desde hace 20 a?os. A la industria farmac¨¦utica le interesa m¨¢s innovar en otros medicamentos. Le interesan m¨¢s f¨¢rmacos destinados a enfermedades de alta incidencia, como por ejemplo un antihipertensivo, que invertir en un antibi¨®tico, que te lo tomas tan s¨®lo una semana o 10 d¨ªas. Para rentabilizar las inversiones que supone el desarrollo de un medicamento has de vender mucho".
En el caso del Acinetobacter spp., "hay cepas resistentes a todos los antibi¨®ticos disponibles y que en cambio responden a uno, la colistina, descrita hace 30 a?os pero que en principio no se utiliza por su alta toxicidad", explica Vila. Este antibi¨®tico estaba fuera del mercado, aunque se ha recuperado porque se ha visto que es el ¨²nico eficaz ante algunas de estas infecciones por g¨¦rmenes resistentes.
Diferenciar bacterias y virus
Es muy com¨²n que nos asalten las dudas a la hora de determinar si estamos ante una infecci¨®n v¨ªrica o bacteriana. Ante la duda, se suele prescribir un antibi¨®tico", afirma Carles Llor, m¨¦dico de familia y coordinador del estudio Happy Audit en Espa?a, un proyecto financiado por la Comisi¨®n Europea para el uso adecuado de los antibi¨®ticos.
En el proyecto participar¨¢n 200 m¨¦dicos de Espa?a y se desarrollar¨¢ en dos fases. En la primera, se recoger¨¢n datos sobre la actuaci¨®n de los m¨¦dicos (visitas, s¨ªntomas de los pacientes, f¨¢rmacos prescritos). En la segunda, se les informar¨¢ sobre los m¨¦todos de intervenci¨®n que existen para decidir si es adecuada o no la prescripci¨®n de un antibi¨®tico. Lo m¨¢s novedoso de esta actuaci¨®n es que se les facilitar¨¢n dos sencillas t¨¦cnicas que podr¨¢n aplicar en la consulta para saber si el paciente sufre una infecci¨®n v¨ªrica o bacteriana. Se trata de dos test: el STREP A, un diagn¨®stico r¨¢pido que se aplica en muchos pa¨ªses de Europa, y otro test para la prote¨ªna C reactiva en sangre, que con un simple pinchazo en el dedo y en cuatro minutos se obtiene el resultado. "Permiten detectar las bacterias m¨¢s frecuentes, con lo que se pueden evitar muchas prescripciones no adecuadas de antibi¨®ticos", dice Llor.
El proyecto nace de una experiencia piloto realizada en Catalu?a con 54 m¨¦dicos. Los resultados revelaron que antes de la intervenci¨®n se prescrib¨ªan antibi¨®ticos en el 31% de las consultas. Tras la intervenci¨®n, un 21%. La reducci¨®n fue todav¨ªa m¨¢s significativa en pacientes con infecciones respiratorias de v¨ªas altas, como sinusitis y amigdalitis. En estos casos se pas¨® de un 61% a un 40%.
En 2006 se vendieron en Espa?a 56 millones de antibi¨®ticos. Es uno de los pa¨ªses europeos m¨¢s consumidores y el que tiene m¨¢s resistencias bacterianas.
Una generaci¨®n en menos de 20 minutos
Las bacterias han aprendido a defenderse de los antibi¨®ticos. Son un claro ejemplo de evoluci¨®n. Si por una mutaci¨®n gen¨¦tica, alguna bacteria logra sobrevivir al antibi¨®tico administrado, su promiscuidad hace que su reproducci¨®n y la transferencia de material gen¨¦tico sea muy r¨¢pida. Cada generaci¨®n de una cepa bacteriana se sucede en menos de 20 minutos. "Hay estudios en hospitales donde se han encontrado brotes incluso en los teclados de los ordenadores", explica Jordi Vila, del hospital Cl¨ªnic de Barcelona.
Por este motivo, el proyecto tambi¨¦n implica estudiar medidas en cuanto a la organizaci¨®n y la estructura arquitect¨®nica de los hospitales, especialmente de las unidades de cuidados intensivos (UCI). "Tambi¨¦n es importante la relaci¨®n entre la enfermera y el enfermo. La relaci¨®n deber¨ªa ser de uno a uno, para que la misma enfermera no haga de portadora de un enfermo al otro".
Para Francisco ?lvarez, la estructura de las UCI es un tema clave. "Todav¨ªa hay salas de 10 o 15 pacientes separados por cortinas. Debe haber habitaciones para un solo paciente; se deben poder aislar, disponer de lavabo para lavarse, soluciones desinfectantes y salidas individuales de aire hacia el exterior".
Otro de los problemas es la falta de m¨¦todos de diagn¨®stico r¨¢pido, que incluso se puedan llegar a aplicar a los pacientes reci¨¦n llegados al hospital como prevenci¨®n. Tan s¨®lo existe una t¨¦cnica r¨¢pida para detectar el Staphylococus aureus, el SARM, un test que permite recoger con una escobilla una muestra de la nariz y obtener resultados en dos horas. Para el resto de bacterias resistentes "se tarda entre tres y cinco d¨ªas en detectar en un paciente este tipo de bacterias y determinar a qu¨¦ antibi¨®ticos es resistente y a cu¨¢les no", explica Jordi Vila.
Frenar la incidencia de las bacterias resistentes tambi¨¦n tiene un importante impacto social. "Se alarga la estancia de los enfermos en el hospital, con todo el gasto que esto supone, ya que la estancia del paciente puede alargarse dos o tres d¨ªas, adem¨¢s del gasto en antibi¨®ticos que no son eficaces", afirma Jordi Vila.
Jer¨®nimo Pach¨®n, presidente de la Sociedad Espa?ola de Enfermedades Infecciosas y Microbiolog¨ªa Cl¨ªnica, afirma que "vamos a tener que acostumbrarnos a vivir y a investigar continuamente sobre las infecciones con bacterias resistentes", porque se trata de microorganismos, seres vivos, que sufren y sufrir¨¢n constantemente mutaciones. A?ade que "lo que se est¨¢ haciendo m¨¢s complejo hoy d¨ªa es la decisi¨®n por parte del facultativo a la hora de tomar una decisi¨®n sobre qu¨¦ antibi¨®tico utilizar".
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