Estados Unidos mantiene sus reservas sobre la pol¨ªtica de Espa?a en Cuba

Cincuenta minutos con el presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y dos horas m¨¢s con el ministro de Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, no fueron suficientes para que la jefa de la diplomacia de EE UU, Condoleezza Rice, cambiara ayer su opini¨®n negativa sobre la pol¨ªtica de Espa?a en Cuba, durante su primera visita oficial, que el Gobierno esperaba desde hace tres a?os. Rice reiter¨® sus reservas tras los encuentros. Pero el ambiente fue cordial, y Moratinos asegur¨® que se ha "normalizado plenamente" la relaci¨®n con Washington.

La secretaria de Estado culpa a los talibanes de los bombardeos de civiles en Afganist¨¢n por camuflarse entre ellos

Rice sostiene que hablar con el r¨¦gimen cubano lo perpet¨²a, y Espa?a advierte de que sin di¨¢logo hay m¨¢s enquistamiento

Espa?a y EE UU comparten la preocupaci¨®n sobre la situaci¨®n en Venezuela

Moratinos afirma que las relaciones con EE UU "est¨¢n plenamente normalizadas y podemos mirar con confianza el futuro"

Dicha normalizaci¨®n era para la parte espa?ola el objetivo diplom¨¢tico de la visita, cuyo desarrollo no respondi¨®, sin embargo, al planteamiento previo de Exteriores, que no logr¨® descubanizar el encuentro. Con ese prop¨®sito, viaj¨® hace dos semanas a Washington la secretaria de Estado para Iberoam¨¦rica, Trinidad Jim¨¦nez, pero sus esfuerzos por explicar posiciones no impidieron que Am¨¦rica Latina, y Cuba en concreto, acapararan ayer el di¨¢logo. "Hemos dedicado mucho tiempo al tema", reconoci¨® Rice en una rueda de prensa.

Mucho m¨¢s brevemente, se habl¨® del Magreb norteafricano, del S¨¢hara, de Afganist¨¢n, Irak y Oriente Pr¨®ximo. Un tema relevante como el futuro de los presos en Guant¨¢namo ni siquiera fue suscitado por la parte espa?ola, poco inclinada a a?adir dificultades a una cita complicada de antemano. Tampoco se habl¨® de la demanda de extradici¨®n de los militares implicados en el homicidio del periodista Jos¨¦ Couso. Moratinos plante¨®, en cambio, el problema de la espa?ola Mar¨ªa Jos¨¦ Carrascosa, encarcelada en EE UU por el presunto secuestro de sus hijos. Rice respondi¨® que el caso est¨¢ en manos de la justicia, pero que se interesar¨¢ por ¨¦l.

El nombre del presidente George W. Bush no fue siquiera mencionado ni en la conversaci¨®n de La Moncloa ni en las de Exteriores. Y la enviada de Washington, como se daba por hecho, no curs¨® ninguna invitaci¨®n de la Casa Blanca para el presidente Zapatero. Esa invitaci¨®n "no est¨¢ en las expectativas", seg¨²n los diplom¨¢ticos espa?oles.

Rice destac¨® que hay un buen entendimiento en materia de lucha contra el narcotr¨¢fico y el terrorismo, y en pol¨ªtica de defensa, incluidos armamentos. Espa?a acaba de comprar una veintena de misiles Tomahawk a EE UU. El balance de Moratinos fue m¨¢s ambicioso. "Las relaciones est¨¢n plenamente normalizadas despu¨¦s de los altibajos conocidos, y podemos mirar con confianza al futuro", dijo.

?l la llam¨® Condi y ella correspondi¨® con un familiar Miguel. Comieron paella, y la invitada se fue con un mant¨®n de Manila de regalo; "encantada", hizo saber luego Exteriores, y con ganas de volver pronto.

Ninguno ocult¨® sus diferencias. La estadounidense dijo de entrada lo mismo que Moratinos: que hab¨ªan constatado un acuerdo de que Cuba debe ser democr¨¢tica y libre. "Espa?a entiende como nadie que los pueblos prosperan cuando son libres", a?adi¨®. Tambi¨¦n inform¨® de que hab¨ªan decidido "reforzar la coordinaci¨®n" a nivel de directores generales entre sus departamentos respectivos, para encauzar una acci¨®n com¨²n con el objetivo citado.

Pero cuando se le pregunt¨® por la opini¨®n que le merece la pol¨ªtica espa?ola de dialogar con las autoridades cubanas, y no s¨®lo con los disidentes, reconoci¨®: "Tengo reservas sobre que se pueda discutir con un r¨¦gimen que no acepta los principios democr¨¢ticos". "Ya he dicho que tengo dudas de que se pueda hablar con un Gobierno antidemocr¨¢tico", reiter¨® en otro momento. "Espa?a tiene otro punto de vista, y hemos hablado abiertamente", relat¨®.

Moratinos dio muestras de esa franqueza cuando respondi¨® a la pregunta de si es mejor el enfoque espa?ol o el estadounidense. "Yo devolver¨ªa la pregunta. ?Qui¨¦n ha visto m¨¢s a los disidentes, los funcionarios espa?oles o los americanos? Un secretario de Estado espa?ol se entrevist¨® en La Habana con la oposici¨®n cubana, el embajador espa?ol tiene contactos continuos. Nos preocupamos por los disidentes, liberamos a los disidentes. Estamos preocupados por la defensa de los derechos humanos en Cuba. ?Qui¨¦n habla m¨¢s con los disidentes?", declar¨® con una vehemencia m¨¢s orientada a su hu¨¦sped que al periodista norteamericano que plante¨® el tema.

Rice, que evidentemente no aplica el mismo criterio a todos los reg¨ªmenes, defendi¨® que el Gobierno y la oposici¨®n cubana tienen que tener claro que no hay m¨¢s alternativa que la transici¨®n democr¨¢tica. El di¨¢logo con el r¨¦gimen puede contribuir, por ello, a hacerlo "hereditario". Moratinos sostuvo que la alternativa al di¨¢logo es el enquistamiento de los problemas, y afirm¨® que las estrategias de EE UU y Espa?a son complementarias, no contradictorias.

En relaci¨®n con Venezuela, las dos partes comparten "preocupaci¨®n", pero s¨®lo Rice dijo que hab¨ªan decidido pedir a Ch¨¢vez que "d¨¦ marcha atr¨¢s".

En el caso de Afganist¨¢n, la secretaria de Estado dijo que siempre pide m¨¢s esfuerzo a todos, pero fuentes espa?olas aseguran que no se refer¨ªa a medios militares, ya que Washington entiende que Espa?a ha llegado al l¨ªmite, sino a programas civiles. Rice desestim¨® cr¨ªticas a los bombardeos de civiles como las vertidas ayer por el ministro de Defensa, Jos¨¦ Antonio Alonso, aduciendo que el problema es que los terroristas se camuflan entre la poblaci¨®n civil y, por ello, son los ¨²nicos responsables.

De Irak no se habl¨® sobre el pasado sino del futuro, y Rice agradeci¨® el esfuerzo espa?ol en programas de sanidad y formaci¨®n de polic¨ªas. Sobre el S¨¢hara, Espa?a y EE UU compartieron el inter¨¦s por el desarrollo del Magreb y el empe?o de que el Polisario, Marruecos y Argelia negocien una soluci¨®n en el marco de la ONU.