"Hay jueces que han puesto obst¨¢culos al proceso de paz"
Jos¨¦ Ricardo de Prada (Madrid, 1957), juez internacional en la Sala de Cr¨ªmenes de Guerra de la Corte de Bosnia-Herzegovina, reclam¨® ayer en San Sebasti¨¢n una definici¨®n clara del concepto jur¨ªdico de terrorismo que impida en lo posible su "manipulaci¨®n". De Prada, que trabaj¨® durante quince a?os como magistrado en la Audiencia Nacional, donde probablemente volver¨¢ en unos meses, particip¨® en las jornadas promovidas por Eusko Ikaskun-tza sobre Los l¨ªmites del Estado de derecho frente a la violencia organizada. Ofreci¨® una conferencia titulada Sobre terrorismo y terrorismos.
Pregunta. Sostiene que en Espa?a se practica un derecho penal de emergencia y que se generaliza la excepci¨®n.
"No se dan soluciones al tema del terrorismo, se dan respuestas que, muchas veces, son autoritarias, para lo que se utiliza el derecho penal"
"La Audiencia Nacional ha llegado a un l¨ªmite. Su trabajo es insatisfactorio. No es susceptible de reforma f¨¢cil. Es m¨¢s conveniente su desaparici¨®n"
Respuesta. La situaci¨®n en Espa?a es la misma que en el resto de Occidente. El 11-S fue determinante. Pero en Espa?a, donde existe un terrorismo local, hay particularidades. La asimetr¨ªa entre el Estado y los terroristas es sana y l¨®gica en una sociedad democr¨¢tica. Sin embargo, aqu¨ª es f¨¢cil establecer medidas que, de alguna manera, terminan aproximando las formas de actuaci¨®n, con una grav¨ªsima p¨¦rdida de legitimidad del Estado. Los ciudadanos queremos que las decisiones pol¨ªticas se adopten de forma democr¨¢tica, pero no que se haga mejor la coacci¨®n pol¨ªtica. La respuesta penal que exigimos del Estado debe ser proporcionada, justa, sensata y pausada; debe evitar ese delirio por pasarse casi a los mismos m¨¦todos que el adversario.
P. ?En ese "delirio" incluye la Ley de Partidos?
R. Es una respuesta excesiva e injustificada. No se dan soluciones al tema del terrorismo, se dan respuestas que, muchas veces, son autoritarias, para lo que se utiliza el derecho penal como instrumento. Las soluciones no pasan por impedir que un cuerpo electoral importante deje de tener capacidad de representaci¨®n pol¨ªtica. Ese intento de acabar con el terrorismo en lucha directa no es bueno y, adem¨¢s, tiene l¨ªmites. Esos l¨ªmites no se pueden traspasar y me temo que en muchos casos se traspasan.
P. Afirma usted que desde la Justicia se est¨¢n poniendo "obst¨¢culos" para encontrar soluciones al problema del terrorismo.
R. S¨ª. En el caso de la anulaci¨®n de listas electorales, el Tribunal Supremo y el Constitucional han dictado resoluciones que no introducen precisamente elementos positivos para la soluci¨®n de los conflictos, sino m¨¢s bien para su enquistamiento. La soluci¨®n al terrorismo no pasa por sucumbir a las demandas de los terroristas, pero s¨ª por plantearse las posibles soluciones. Para m¨ª es fundamental el valor de la paz.
P. ?Cree entonces que pesa en exceso la pol¨ªtica en la interpretaci¨®n de las leyes?
R. En los a?os que he trabajado en la Audiencia Nacional he visto muchas cosas. Por ejemplo, durante la tregua cuando gobernaba Aznar, muchas de las conductas que hasta ese momento se estaban persiguiendo por parte de la Fiscal¨ªa se dejaron de perseguir. Todos los jueces nos pusimos hombro con hombro a aplicar la ley de una manera que no fuera perturbadora dentro del contexto social y pol¨ªtico del momento. Ahora ha habido jueces que, directamente, han aplicado el sentido inverso y han puesto obst¨¢culos al proceso de paz.
P. ?Y c¨®mo se soluciona esa tendencia?
R. Los que dise?an los procesos pol¨ªticos que desembocan en los procesos de paz tienen que prever estas situaciones y ver de qu¨¦ manera... En cualquier caso, lo que es cierto es que no parece leg¨ªtimo ni ayudar al proceso de paz ni obstaculizarlo; simplemente se trata de interpretar las normas de acuerdo con el contexto social en que se producen. El juez no es ning¨²n luchador.
P. En ese sentido, es muy cr¨ªtico con la Audiencia Nacional.
R. Me siento poco identificado con ella, porque, no digo que sea una especie de quinta columna, pero s¨ª que hay un grupo de jueces que retroalimentan continuamente sus ideas. No corre demasiado aire fresco en su interior. Al final se terminan homogeneizando y polarizando mucho las conductas en una determinada posici¨®n, y eso no es nada bueno.
P. ?Estar¨ªa a favor de su de-saparici¨®n?
R. Ha llegado a un l¨ªmite. Yo soy partidario de que existan ¨®rganos que tengan una cierta centralizaci¨®n de medios, capacidad para poder resolver determinado tipo de delicuencia organizada, pero eso se puede llevar a cabo a nivel territorial. No estoy en contra de la Audiencia Nacional por principio, por considerar que afecta al principio de juez natural. El problema es c¨®mo opera. Su trabajo me parece muy insatisfactorio en este momento. No pienso que sea susceptible de reforma f¨¢cil y pienso que, en ese caso, es m¨¢s conveniente su de-saparici¨®n y su sustituci¨®n por otros ¨®rganos que cumplan el mismo trabajo de una manera m¨¢s efectiva y, sobre todo, con muchas menos perversiones.
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