Rudy rompe la maldici¨®n

Una de las formas para calibrar la grandeza de un jugador radica en su capacidad para protagonizar esas jugadas que luchan por sobrevivir al paso del tiempo asoci¨¢ndose a victorias importantes. Rudy Fern¨¢ndez se ha convertido en un gran jugador. Su proceso de maduraci¨®n ha sido m¨¢s r¨¢pido del que se pod¨ªa prever hace dos temporadas, pero la realidad muestra que nos encontramos ante un jugador muy especial. Hasta ahora, su muestrario de jugadas de p¨®ster era muy amplio, tanto en su equipo como en la selecci¨®n. Desde ayer, a esa colecci¨®n ha de a?adir un tiro que ha cambiado totalmente el decorado de esta serie. Lo hizo cuando su equipo m¨¢s lo necesitaba y no s¨®lo porque decidi¨® un partido. Fue algo m¨¢s. Porque en esta semifinal el Joventut juega contra el Madrid y mira de reojo al Barcelona, pues necesita quedar por encima en la clasificaci¨®n final para tener un lugar en la pr¨®xima Euroliga. El Bar?a hab¨ªa ganado por la ma?ana en Vitoria, lo que le abre la posibilidad de buscar un sitio en la final al amparo de su p¨²blico. M¨¢s tensi¨®n si cabe para un ¨²ltimo minuto, al que se hab¨ªa llegado con todo por decidir (67-69). Una nueva derrota supon¨ªa decir adi¨®s a demasiadas cosas.

A los verdinegros, como en el primer partido, se les hab¨ªa nublado el raciocinio en el acto decisivo y no ve¨ªan aro ni a la de tres. Atacaba el Madrid para empatar el partido. La pelota le lleg¨® a Felipe Reyes. Intent¨® dar dos botes en mitad de la zona. S¨®lo pudo con uno. Rudy Fern¨¢ndez se la rob¨®. Fue un anticipo de lo que ocurr¨ªa 23 segundos m¨¢s tarde. O sea, un segundo antes de terminar la posesi¨®n. A casi siete metros y con un defensor encima, el alero internacional clav¨® un triple mortal de necesidad que decidi¨® el encuentro y salv¨® la serie. Anonadado, el Madrid no tuvo respuesta posible. Fue un colof¨®n espectacular a un partido de discreta calidad y exagerada dureza, sobre todo en los aleda?os de las dos canastas. En este apartado destacaron Hervelle y Reyes por un lado y Archibald y Betts por otro. Si alguno decide dejar el baloncesto por lo que sea, no deben sentirse intranquilos por su futuro, pues en las artes marciales tienen un hueco con seguridad.

Viendo c¨®mo se desarroll¨® el partido, el Joventut deber¨ªa haberse ahorrado tanto sufrimiento, pues su dominio fue mayoritario. Durante todo el encuentro desactiv¨® el ataque madridista, que nunca tuvo una fluidez suficiente. Es curioso observar c¨®mo la velocidad con la que se emplean los de A¨ªto est¨¢ atentando contra el dinamismo del Madrid, que parece m¨¢s un conjunto especulador, de los muchos que hay en esta Liga, que aqu¨¦l que enamor¨® en la primera parte de la competici¨®n. Qued¨® a expensas de lo que hac¨ªa Bullock, que no tuvo punto medio. Demasiado acelerado y protest¨®n, se gan¨® una t¨¦cnica (44-52, minuto 6 del tercer cuarto). Como si fuese serbio, cabreado jug¨® mucho mejor. Pero s¨®lo unos minutos, suficientes para volver a igualar el partido (58-59). A partir de ah¨ª, mucho mamporro y poco acierto. Luego volvi¨® a aparecer Hervelle en plan salvador. Pero esta vez no pudo terminar la faena. Rudy, con un triple para enmarcar, le rob¨® la gloria y termin¨® con la maldici¨®n del Joventut en Madrid. Mejor momento, imposible.