Recta final
Se acerca la hora en la que el juicio del 11-M quede visto para sentencia, y algunas de las partes presentes en el proceso -en concreto, los abogados de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo, los de la Asociaci¨®n de Ayuda a las V¨ªctimas del 11-M y los de otros dos afectados- parecen obstinarse en seguir alimentando las sospechas sobre la investigaci¨®n policial y el desarrollo de la causa. Lejos de reconocer que se trata de una impecable actuaci¨®n contra el yihadismo, que ha hecho que Espa?a sea uno de los pocos pa¨ªses golpeados por este tipo de terrorismo que ha conseguido sentar a 19 sospechosos en el banquillo, se esfuerzan en vano por poner en entredicho el sumario y la vista oral.
Estos letrados han actuado alterando gravemente la l¨®gica del proceso, confiando en que as¨ª lograr¨ªan imponer una imagen del juicio favorable a sus intereses, que coinciden con los de quienes han venido alimentando durante tres largos a?os el bulo de la conspiraci¨®n. Han vestido las togas como acusaci¨®n particular, pero, en realidad, han tratado de servirse de ellas para hacer algo tan ins¨®lito como ofrecer coartadas a los presuntos terroristas y acusar, en cambio, a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado; en ning¨²n caso para defender los intereses de las v¨ªctimas, que es la raz¨®n por la que estaban personados en el juicio.
Entre las m¨²ltiples dudas que han pretendido sembrar durante la recta final destaca la de los explosivos. Mientras los peritos de parte han hecho esfuerzos para mantener abierta la ambig¨¹edad, los expertos de la polic¨ªa y de la Guardia Civil han venido a poner las cosas en su sitio. Por m¨¢s sensacionalismo que se derroche sobre el asunto, nadie ha podido acreditar que los explosivos usados en los atentados de Madrid fueran los mismos que utiliza la banda terrorista ETA; lo que se ha acreditado es exactamente lo contrario. Con el a?adido de que, como se?al¨® uno de los peritos, el an¨¢lisis de la sustancia que explot¨® no puede elevarse a la categor¨ªa de prueba concluyente cuando todas las dem¨¢s apuntan a los acusados, nunca a ETA.
Los escritos de conclusiones presentados por estos letrados ser¨ªan simples y extempor¨¢neas elucubraciones acerca de ETA si, por otra parte, no contuvieran calumniosas acusaciones contra las fuerzas y cuerpos de la Seguridad del Estado, de los que se insin¨²a que estuvieron detr¨¢s del 11-M. Por descontado, se trata de escritos de conclusiones contrarios a cualquier deontolog¨ªa en el ejercicio del derecho. Pero faltar¨ªa por saber si, adem¨¢s, son perseguibles de oficio o a instancia de los profesionales a los que vaga pero insidiosamente se quiere responsabilizar de 191 asesinatos.
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