El fin del proceso

Nuestro pa¨ªs recibi¨® la noticia de la ruptura del ¨²ltimo proceso de paz de la historia de nuestra democracia. Proceso de paz (del ingl¨¦s peace process) describe los esfuerzos de las partes interesadas en lograr una soluci¨®n duradera a largos conflictos. Seg¨²n esta definici¨®n, no ha existido tal proceso. El fundamentalismo de algunos ha hecho que el sue?o de un pa¨ªs entero saltase por los aires.

El que se expone hoy a alg¨²n medio de comunicaci¨®n encuentra dos visiones acerca del final del mismo. Una, la del presidente de Gobierno, que mantiene que su prop¨®sito ha sido y ser¨¢ el de garantizar la paz tanto en Euskadi como en el resto del pa¨ªs y que el objetivo perseguido no ha sido otro que el fin de la violencia. La segunda es la de la oposici¨®n, que mantiene el fracaso del Ejecutivo socialista y la victoria de la banda terrorista ETA.

La ruptura del proceso ha sido en un momento concreto, despu¨¦s de las elecciones de mayo. Este suceso genera mayor desgaste para el Ejecutivo socialista, que ya no s¨®lo tiene que lidiar con los que manipulan sino que tambi¨¦n con los que amenazan.

Despu¨¦s de la lectura de la clase pol¨ªtica creo que es necesario preguntarse si es posible que un proceso de paz sea algo negativo para la ciudadan¨ªa, y si el conflicto vasco se puede solucionar ¨²nicamente con las fuerzas del Estado, pues las corrientes m¨¢s reaccionarias han encontrado su objetivo a criticar en el presidente del Gobierno y la izquierda, antes que en el propio entramado de la banda terrorista.

Por ¨²ltimo, los medios de comunicaci¨®n han asignado los papeles y me cuesta definir si el vencedor ha sido ETA o el Partido Popular, que ha entonado un "te lo dije" antes que unas palabras de ¨¢nimo. Y el vencido, el Gobierno o simplemente el pueblo que ha visto frustrado su deseo y derecho de vivir en paz.