El alcalde que enga?¨® a todos
El regidor de La Vila ocult¨® a sus amigos y familiares que no era m¨¦dico y continu¨® la farsa hasta el d¨ªa de la dimisi¨®n
En plena campa?a electoral, el Club de Rugby Villajoyosa jugaba el partido inaugural del nuevo estadio construido en esta legislatura. Un jugador se lesion¨®, y no hab¨ªa asistencia sanitaria. "?Hay alg¨²n m¨¦dico entre el p¨²blico?", espet¨® el encargado de la megafon¨ªa. Jos¨¦ Miguel Llorca, (Chemi, como prefiere que le llamen los vecinos), dej¨® el palco, salt¨® la valla y atendi¨® sobre el terreno de juego al deportista. El p¨²blico premi¨® al espont¨¢neo facultativo, a la saz¨®n alcalde del PP en este municipio desde 1999 con una cerrada ovaci¨®n. Llorca volvi¨® plet¨®rico al palco de autoridades. A pocos d¨ªas de la jornada electoral, su zurr¨®n de votos engordaba, aunque no lo suficiente. El 27 de mayo perdi¨® la mayor¨ªa absoluta, y una semana despu¨¦s todo su cr¨¦dito pol¨ªtico se esfum¨®: Llorca se vali¨® de su condici¨®n de falso m¨¦dico como trampol¨ªn para el asalto al poder local, pero el regidor carece de t¨ªtulo oficial y, adem¨¢s, ha ejercido sin estar colegiado.
Cuatro d¨ªas despu¨¦s de que estallara la pol¨¦mica todos sus asesores dejaron de responder. Las contradicciones de 'Chemi' ya eran demasiadas
En su entorno aseguran que la presi¨®n que sufri¨® por mostrar el t¨ªtulo fue poca comparada con la carga de no cumplir sus promesas a promotores
Nadie da cr¨¦dito en La Vila a la farsa a la que les ha sometido durante m¨¢s de 14 a?os su primer representante p¨²blico. "Estamos desolados. No ten¨ªamos ni idea", explicaba uno de sus concejales m¨¢s fieles pocos minutos despu¨¦s de conocer la dimisi¨®n, con los ojos humedecidos. Ni sus familiares, ni sus amigos ¨ªntimos sab¨ªan que no hab¨ªa terminado la carrera. Tampoco en la cl¨ªnica en la que ejerci¨®, en la que dicen sentirse "defraudados" y "sorprendidos".
Llorca cape¨® las primeras informaciones que pon¨ªan en duda su capacitaci¨®n acad¨¦mica confiando en que amainara el temporal y dio la callada por respuesta. "Est¨¢ en Valencia recogiendo el t¨ªtulo y a medio d¨ªa habr¨¢ rueda de prensa", indic¨® al cuarto d¨ªa de la pol¨¦mica un amigo, nervioso e intranquilo. "Si no lo hace ser¨¢ porque no lo tiene. Ya no s¨¦ qu¨¦ pensar", a?adi¨® inmediatamente. Ese d¨ªa, todos sus asesores dejaron tambi¨¦n de responder. Se dieron cuenta de que hab¨ªan sido enga?ados. Las contradicciones de Chemi ya eran demasiadas. Al caer la noche del pasado jueves, el regidor tir¨® la toalla: "Me desnudo ante vosotros. Es cierto que mi situaci¨®n personal me impidi¨® completar los estudios de Medicina", admiti¨® en un escrito en que anunci¨® su renuncia al acta de concejal.
Llorca dej¨® de ejercer oficialmente cuando entr¨® de alcalde, en junio de 1999, pero siempre llev¨® colgada la etiqueta de m¨¦dico. Como el d¨ªa del partido de rugby en decenas de actos oficiales ¨¦l estaba all¨ª para prestar auxilio. Un polic¨ªa local que se desmay¨® en el acto del 9 d'Octubre de 2005, una edil socialista que resbalaba por las escaleras en el Ayuntamiento o cuando se registraron 30 heridos por el mal uso de la p¨®lvora en las fiestas de moros y cristianos. Atento, amable y cordial atend¨ªa a los vecinos que le paraban por la calle para preguntarle por su dolencia. Cosas simples, un resfriado, una jaqueca... Chemi les daba sus consejos como el cura que absuelve al pecador de sus errores. "Si hac¨ªa falta me atend¨ªa a las 2 de la madrugada, y siempre lo hac¨ªa bien", explica un paciente. "No podemos decir que no tuviera ni idea de medicina, porque la verdad es que algo sabe", reconoce un rival pol¨ªtico. "No ha aclarado ni siquiera si pas¨® m¨¢s de una tarde en la facultad para presentarse como doctor", critica otro concejal.
Llorca esgrimi¨® como coartada de su masivo enga?o el hecho de que hab¨ªa realizado los estudios en dos universidades diferentes, la de Valencia y la de C¨¢diz, ciudad esta ¨²ltima donde viv¨ªa su familia pol¨ªtica. En su carta de despedida el regidor alude a "motivos personales" como causa de su frustrada titulaci¨®n. Llorca atravesaba a mediados de los 90 serios problemas econ¨®micos. El juzgado n¨²mero uno de La Vila Joiosa embarg¨® en diciembre de 1995 un local comercial en la calle Ciutat de Val¨¨ncia que compart¨ªa con su hermano por una deuda de 2.771,38 euros, y dos a?os m¨¢s tarde, en 1997, hipotec¨® una vivienda adquirida en 1988 sobre el mismo local por 105.177,11 euros, seg¨²n datos del Registro de la Propiedad. Fuentes del Centro M¨¦dico La Creueta, donde trabaj¨® como m¨¦dico durante dos a?os, sit¨²an justamente en 1995 las primeras labores del impostor. En 1998, Llorca consigue reunir 6.000 euros para abrir junto a dos amigos el Centro M¨¦dico La Creueta, pero la ampliaci¨®n de capital de 3.000 euros que llevan a cabo pocas semanas despu¨¦s le pone en un serio aprieto.
Sus m¨¢s pr¨®ximos opinan que a Llorca se le abri¨® el cielo cuando el PP lo propuso para alcalde, el mismo cargo que ocup¨® su padre, Juan Llorca, entre 1960 y 1966. Para un sentimental como Chemi era el inicio de una gloriosa etapa. Despu¨¦s de ejercer durante dos a?os cara al p¨²blico en La Creueta hab¨ªa conseguido una gran popularidad y un trato de cercan¨ªa a la gente similar al de su progenitor. Era justo lo que el partido liderado entonces por Eduardo Zaplana necesitaba en la ¨²nica ciudad de tama?o medio del entorno de Benidorm que no hab¨ªa sucumbido a los encantos de los conservadores.
La farsa personal del ciudadano Chemi pasaba entonces a ser la de un alcalde ante todo un pueblo despu¨¦s de las elecciones de mayo de 1999, cuando consegu¨ªa la mayor¨ªa absoluta. La primera decisi¨®n que tom¨® el alcalde fue la de cuadruplicarse el sueldo de su antecesor, Juan Segovia, con la excusa de que ¨¦l era licenciado y el socialista, un simple panadero. Llorca se ha convertido durante estos a?os en un asiduo a los restaurantes de lujo de la comarca, y su gesti¨®n ha destacado por los proyectos fara¨®nicos y el desarrollo urban¨ªstico. De hecho, hered¨® un Plan General de Ordenaci¨®n Urbana aprobado en ¨¦poca socialista con 37 planes adjudicados en medio de esc¨¢ndalos; el m¨¢s conocido, el del hotel Atrium Beach. La mayor¨ªa de los sectores urbanizables est¨¢n en manos de empresarios amigos suyos vinculados al PP. El dinero del que deber¨ªa disponer el Consistorio por su desarrollo se ha evaporado, y ha recurrido a la venta de patrimonio municipal del suelo, pese a lo cual el d¨¦ficit alcanza los 18 millones de euros sobre un presupuesto de 44. El hermano de Chemi, Jaime Llorca, presidente de la Junta de Cofrad¨ªas de Semana Santa, tambi¨¦n se beneficia de su ¨ªmpetu constructor al dedicarse a la administraci¨®n de la mayor¨ªa de fincas que ha permitido levantar.
Cuando anunci¨® su decisi¨®n de no recoger el acta de concejal le acompa?aban siete personas: Su mujer, el edil Marcos Santapau, los dos responsables de la publicaci¨®n gratuita que ha cuidado su imagen durante los ¨²ltimos 8 a?os, dos amigos constructores y su abogado.
Algunos ex concejales del PP dicen que Llorca se "endios¨®", al comprobar c¨®mo de la nada lleg¨® a la cumbre del poder local. Confi¨® en su car¨¢cter de bon xic y en el autobombo adulador de la prensa local af¨ªn, y se lanz¨® a proyectos tan impopulares como el nuevo PGOU, ahora en tr¨¢mite, y que prev¨¦ reclasificar cerca de 10 millones de metros para 25.000 nuevas casas, con las que poder hacer un nuevo reparto entre los promotores afines. Pero perdi¨® la mayor¨ªa absoluta y acabaron sus delirios de grandeza.
Dicen en su entorno que la presi¨®n que recibi¨® para mostrar el t¨ªtulo de m¨¦dico que nunca tuvo fue poca comparada con la carga moral que supon¨ªa dejar a varios empresarios sin las promesas de las reclasificaciones comprometidas, despu¨¦s de que adquirieran terrenos con inversiones multimillonarias.
Todav¨ªa es pronto para valorar el impacto de la marcha de un l¨ªder tan carism¨¢tico como Llorca de la pol¨ªtica de La Vila. La tristeza inicial que provoc¨® en sus allegados la dimisi¨®n, paso a la rabia por el enga?o. "Ahora -dice un edil del PP- siento pena por su soledad. Al fin y al cabo es una persona que lo era todo y se ha quedado sin ser nada. Ni alcalde, ni m¨¦dico. Sin amigos, y sin gente a la que saludar cuando va por la calle". Como dir¨ªa Groucho Marx: "Partir de la nada para llegar a las m¨¢s altas cotas de la miseria".
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