Objeci¨®n de conciencia

La Iglesia cat¨®lica se muestra actualmente como un gran palad¨ªn en la defensa de un importante derecho como es el de la objeci¨®n de conciencia. Su consigna ahora es que todos los cat¨®licos impidan que sus hijos estudien Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa, pues deben considerar que sobra en Espa?a, aunque luego se quejen de que la juventud est¨¢ descarriada, del botell¨®n, etc¨¦tera.

A m¨ª me han educado en un instituto de ense?anza p¨²blica oficial en la ¨¦poca de Franco que nada ten¨ªa que ver con un colegio religioso. En aquel tiempo en el que la Iglesia -s¨®lo hab¨ªa una- era omnipotente en Espa?a, ten¨ªamos clase de religi¨®n, es decir, catecismo cat¨®lico, apost¨®lico y romano, nos obligaban a ir a misa en el paraninfo del instituto, nos llevaban en fila a una iglesia cercana para que el obispo nos confirmara en la fe cat¨®lica sin preguntarnos si est¨¢bamos de acuerdo.

Nunca me han permitido la objeci¨®n de conciencia para nada. Pronto reclamar¨¢n el derecho a la objeci¨®n de conciencia a asignaturas como biolog¨ªa si en ellas se explica la evoluci¨®n en lugar del creacionismo; a la f¨ªsica y a las matem¨¢ticas, si se usa la raz¨®n y no se estudian los milagros como una disciplina cient¨ªfica. ?Reclamar¨¢n tambi¨¦n objeci¨®n de conciencia al estudio de lenguas modernas en lugar del lat¨ªn? Todo llegar¨¢.