Donald Johanos, director de orquesta
Dio notoriedad a la Sinf¨®nica de Honolul¨² por su apoyo a la m¨²sica contempor¨¢nea
Fundada en 1900, la Orquesta Sinf¨®nica de Honolul¨² presume, en la historia que luce en su p¨¢gina web, de ser "la orquesta americana m¨¢s antigua al oeste de las Monta?as Rocosas". Las de Los ?ngeles, San Francisco o Seattle tendr¨¢n m¨¢s prestigio pero no m¨¢s a?os, aunque hay que reconocer que la formaci¨®n hawaiana se gan¨® a pulso un respeto gracias al trabajo de Donald Johanos, su titular entre los a?os 1979 y 1993, que fallec¨ªa el pasado martes d¨ªa 29 de mayo en Naples, Florida.
Hab¨ªa nacido el 10 de febrero de 1928 en Cedar Rapids, Iowa, de familia griega emigrada a Estados Unidos, y estudiado viol¨ªn en la prestigiosa Eastman School of Music, pasando luego a la Filarm¨®nica de Rochester y aprovechando aquellos a?os para recibir lecciones de direcci¨®n de orquesta de parte de quien era entonces el titular de aquella: Erich Leinsdorf.
Rochester resultaba en aquel tiempo un excelente trampol¨ªn para un joven m¨²sico y Johanos, cuatro a?os despu¨¦s de ganar el Concurso Internacional de Directores de Orquesta de la Radio de Holanda, fue contratado, en 1962, como titular de la Orquesta Sinf¨®nica de Dallas, sucediendo a dos grandes batutas del siglo XX: el polaco Paul Kletzki y el h¨²ngaro Georg Solti -¨¦ste de paso fugac¨ªsimo, pues s¨®lo permaneci¨® en el cargo una temporada-. En 1970 deja Dallas por problemas con los m¨²sicos y trabaja como principal invitado en la Sinf¨®nica de Pittsburgh, que dirig¨ªa William Steinberg.
En 1979 Donald Johanos es llamado a Honolul¨² para sustituir a Robert La Marchina. Curiosamente, la lejan¨ªa de Hawai hace de Johanos un director apreciado en todas partes, que saca a la orquesta de su olvido relacion¨¢ndola, sobre todo, con la m¨²sica contempor¨¢nea y haciendo de ella una de las valedoras de la creaci¨®n de los compositores americanos, llegando a grabar discos como el que recog¨ªa obras de Dan Welcher, quien le dedic¨® al maestro su Sinfon¨ªa n? 1, escrita durante su estancia en Honolul¨² como "compositor en residencia", una figura en la que la ex¨®tica orquesta fue pionera.
Su trabajo para ofrecer nuevas posibilidades a la audiencia es recordado a¨²n como uno de los m¨¢s arriesgados y valiosos de la vida cultural de las islas en los ¨²ltimos a?os. Por todo ello recibi¨®, en 1991, el premio de la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores. Problemas laborales de la orquesta obligaron a suspender la temporada 1993-1994, que iba a ser, por contrato, la ¨²ltima de Johanos como responsable de la misma. Tras la salida del maestro, ocup¨® su puesto Samuel Wong y a partir de la temporada pr¨®xima -tras el interregno de JoAnn Falleta como asesora art¨ªstica- ser¨¢ su titular Andreas Delf.
Todav¨ªa pueden encontrarse discos de Donald Johanos. Por ejemplo los que grabara para la firma Naxos con suites orquestales de las ¨®peras de Rimski-Korsakov y una antolog¨ªa de obras de George Bizet. Para Marco Polo registr¨® la Tercera Sinfon¨ªa de Gli¨¨re. Y para la serie de m¨²sica americana de los siglos XIX y XX de la casa Vox, la Sinfon¨ªa 1965 de Gunther Schuller y la Sinfon¨ªa Holidays de Charles Ives, ambas con la Sinf¨®nica de Dallas.
Son grabaciones, junto a otras dedicadas a Rachmaninov y Scriabin, que dan idea del estupendo oficio de un director que salt¨® a la palestra en un momento en el que la escena musical de su pa¨ªs estaba dominada por maestros llegados de Europa que, en buena medida, habr¨ªan de formar directa o indirectamente a las nuevas hornadas de aspirantes americanos.
Pero, por encima de todo, Donald Johanos fue un maestro decidido a servir a la m¨²sica de su tiempo. Aunque fuera lejos, muy lejos, en Honolul¨², nada menos.
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