Cristales rotos en Ramala
Cuando visit¨® Ramala, en Palestina, y dijo que los israel¨ªes de bien debieran deplorar lo que su Estado hace contra los palestinos, en una acci¨®n que se parece a Auschwitz, cayeron sobre Saramago todo tipo de improperios, y ¨¦l se sinti¨® solo. Aquellos cristales rotos de Ramala, como los llam¨® Laura Restrepo, siguen da?ando la memoria civil del autor de Levantado del suelo. Mientras respond¨ªa sobre ese asunto, acaso el m¨¢s grave de su vida como escritor comprometido con la realidad, sus ojos brillaban como sus palabras de desolaci¨®n y de rabia. "Estuve solo, me sent¨ª solo".
Juan Goytisolo, que hizo varias veces el viaje palestino, record¨® la misma barbarie que no cesa, "tan parecida al apartheid y a la colonizaci¨®n francesa de Argelia", y se fij¨® en una frase que le dijo un amigo suyo, franc¨¦s y jud¨ªo: "Tengo miedo por Israel e Israel me da miedo". Un d¨ªa, en los a?os 90, alguien le dijo all¨ª: "Esos palestinos viven en medio del horror, y en lugar de coraz¨®n ah¨ª dentro llevan una bomba".
Aislado entonces, a Saramago le dijeron que "hab¨ªa sido v¨ªctima de la publicidad barata de los palestinos", y entonces y ahora dice que prefiere "la publicidad barata de los palestinos que la publicidad cara de Israel".
Fue el momento de cristales rotos de la jornada. Tambi¨¦n hubo una referencia al amor, que hizo el peruano Fernando Iwasaki. Un libro se convierte siempre en una historia de amor. Y como all¨ª hab¨ªa latente una historia de amor (Pilar del R¨ªo y Jos¨¦ Saramago se encontraron, en Lisboa, porque ella iba buscando al autor de Memorial del convento), estuvo a punto de convertirse la tarde, tambi¨¦n, en el recuento de un enamoramiento. Pero la que luego ser¨ªa esposa y traductora del autor de Ensayo sobre la lucidez prefiri¨® dejar el asunto, de modo que el susurro lusitano, como llam¨® Laura Restrepo al acento de Saramago, se fue por otros terrenos mucho m¨¢s civiles, menos enamorados. Al final, H¨¦ctor Aguilar Cam¨ªn le reconoci¨® a Saramago su manera borgiana de inventar lo que va pensando. "Es que yo" le dijo el Nobel, "s¨®lo s¨¦ las cosas despu¨¦s de haberlas dicho". Un novelista.
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