Bicicletas con 'chador'

Leo con estupefacci¨®n (EL PA?S, 11-6-07) que en Ir¨¢n los cl¨¦rigos chi¨ªes han considerado inadecuado que las mujeres monten en bicicleta, y que unas dise?adoras iran¨ªes han concebido, dando prueba de una gran imaginaci¨®n, las pobres, una bicicleta isl¨¢mica, con una cabina que cubrir¨¢ la mitad del cuerpo de la mujer. Iniciativa t¨¦cnicamente encomiable, ya que no bastan los chadores, mant¨®s, etc¨¦tera para escamotear un abductor por aqu¨ª, un michel¨ªn por all¨¢. Hasta d¨®nde ¨ªbamos a llegar.

Y una se pregunta: ?hasta qu¨¦ punto puede llegar la obsesi¨®n sexual de estos hombres, de millones de hombres, que a fuerza de tapar no pueden sino imaginar, y que a fuerza de desear lo imaginado y nunca alcanzado, no tienen otra soluci¨®n que prohibir, privar, ocultar la belleza, castigar la belleza?

Si se supone que hay un dios, ll¨¢mese Al¨¢ o como queramos llamarle, debe suponerse que ha creado el cuerpo del hombre, as¨ª como el de la mujer. ?Decidi¨® este dios que hab¨ªa que tapar completamente al uno y no al otro? Pod¨ªa haber decidido, ya que estamos, que hab¨ªa que ocultar con trapos las rosaledas, los bosques de abedules, las bandadas de flamencos rosas, las manadas de gacelas en la sabana, los torrentes que bajan de la monta?a...

?Por qu¨¦ esa injusticia? ?Estaba enfermo ese dios, si as¨ª lo dispuso? ?O est¨¢n enfermos estos hombres, que as¨ª lo disponen? ?No se les ha ocurrido nunca pensar que lo ¨²nico que poseemos, hombres y mujeres, desde que nacemos hasta que morimos, es nuestro cuerpo.