La vivienda: pol¨ªtica europea, sin tratado
La construcci¨®n de la unidad europea, a lo largo de m¨¢s de 50 a?os, se ha basado no s¨®lo en aportaciones institucionales -tratados, organismos, directivas y reglamentos-, sino tambi¨¦n en la incorporaci¨®n de nuevas pol¨ªticas para abordar nuevos problemas comunes a los ciudadanos de la Uni¨®n, ampliando as¨ª los ¨¢mbitos de competencia en los sucesivos tratados. Me atrevo a afirmar que la utilidad de la Uni¨®n Europea, entendida como conjunto de demandas sociales y acciones concertadas para resolverlas, ha salido reforzada cuando ha surgido de abajo arriba, como es el caso de la lucha contra el cambio clim¨¢tico y ahora con las pol¨ªticas de cohesi¨®n urbana y de vivienda.
Hasta ahora los temas urbanos y de vivienda no se entend¨ªan como pol¨ªticas comunes de la Uni¨®n, si bien el proyecto frustrado de Constituci¨®n Europea colocaba el objetivo de la cohesi¨®n territorial al mismo nivel de los objetivos de cohesi¨®n social y econ¨®mica. Pero la movilizaci¨®n social por una vivienda digna y unas ciudades habitables ha llevado al Parlamento Europeo a adoptar resoluciones reclamando acciones de la Comisi¨®n Europea y de los consejos de ministros de la UE, al constatar que la falta de viviendas decentes a precios asequibles influye de manera directa en la vida de los ciudadanos limitando sus posibilidades de inserci¨®n social y de movilidad, a la vez que numerosas ciudades europeas padecen problemas relacionados con la vivienda: oferta insuficiente o excesiva, subidas de precios, viviendas vac¨ªas, mal estado de los inmuebles, degradaci¨®n de determinados barrios, los sin techo, sin olvidar la incidencia de los problemas de salubridad y de degradaci¨®n medioambiental.
La falta de viviendas a precios asequibles influye directamente en la vida de los ciudadanos limitando sus posibilidades de inserci¨®n social y de movilidad
Un factor determinante para recuperar el inter¨¦s ciudadano en la vida pol¨ªtica es aplicar soluciones efectivas a los problemas de acceso a una vivienda
Los problemas de la vivienda se hacen m¨¢s complejos en la medida de que casi siempre van asociados a las deficiencias en el espacio urbano, a la falta de equipamientos y a la exclusi¨®n social y cultural de determinadas zonas urbanas, ya sean centros hist¨®ricos degradados o determinados barrios perif¨¦ricos, con problemas de convivencia. De otra parte, se constata c¨®mo los ejes principales de las pol¨ªticas ambientales de car¨¢cter global s¨®lo tienen ¨¦xito si se basan en una gesti¨®n urbana que haga de la sostenibilidad un factor de calidad de vida de sus ciudadanos, como en el caso de la lucha contra el cambio clim¨¢tico, por la preservaci¨®n de la biodiversidad y del buen estado ecol¨®gico de las aguas, el ahorro y la eficiencia energ¨¦tica o la recuperaci¨®n de residuos.
Es as¨ª como las pol¨ªticas de cohesi¨®n urbana y de vivienda se han hecho un hueco en las repletas agendas de las instituciones comunitarias; el Consejo de Ministros de Empleo, Pol¨ªtica Social, Sanidad y Consumidores ha declarado prioritario el problema de las personas sin hogar y de la exclusi¨®n vinculada a la vivienda en el marco de la estrategia europea de inclusi¨®n y protecci¨®n social, en tanto que los ministros de Ordenaci¨®n del Territorio y Desarrollo Urbano, en su reuni¨®n informal del pasado mes de mayo en Leipzig, han solemnizado que las ciudades europeas son la expresi¨®n del modelo econ¨®mico, social y cultural al que aspiramos, a la vez que manifiestan la diversidad de las regiones europeas.
M¨¢s all¨¢ de declaraciones y buenos prop¨®sitos, es de destacar que por primera vez una parte sustancial de los fondos estructurales europeos -308.000 millones de euros en el periodo 2007-2013- se destinaran a las ciudades directa o indirectamente, tanto en aspectos de rehabilitaci¨®n y mejora del espacio f¨ªsico urbano como a las pol¨ªticas sociales. La Comisi¨®n Europea debe tener cada vez m¨¢s en cuenta los aspectos territoriales y urbanos al evaluar las pol¨ªticas de integraci¨®n econ¨®mica y cohesi¨®n social, en tanto que las ciudades europeas han de saber integrar sus estrategias de desarrollo en el contexto de la construcci¨®n de un modelo europeo avanzado.
Ahora que nuestras ciudades inician una nueva andadura pol¨ªtica, un factor determinante para recuperar el inter¨¦s y la participaci¨®n de la ciudadan¨ªa en la vida pol¨ªtica es que se apliquen soluciones efectivas a las problem¨¢ticas derivadas del acceso a una vivienda digna y asequible, a la calidad del medio ambiente urbano y a la mejora de los servicios p¨²blicos de car¨¢cter social y ambiental. Conviene, por tanto, dar a estas pol¨ªticas una dimensi¨®n europea, hacer que el proceso de construcci¨®n de la Europa social y pol¨ªtica tenga a los pueblos y ciudades como protagonistas.
Salvador Mil¨¤ i Solsona es diputado de ICV-EUiA en el Parlamento catal¨¢n
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