"Los grandes edificios deber¨ªan funcionar como peque?as ciudades"
El holand¨¦s Wiel Arets lleva quince a?os compartiendo el estrellato de la arquitectura holandesa, pero haci¨¦ndose a un lado, revelando otras inquietudes. Como Rem Koolhaas, UnStudio o el colectivo MVRDV, tambi¨¦n Arets ha publicado libros te¨®ricos, redactado manifiestos y trazado planes urban¨ªsticos, pero su opci¨®n es m¨¢s discreta, su posici¨®n tiene un aire m¨¢s p¨¦treo que futurista. Su obra es m¨¢s sobria, menos espectacular y m¨¢s tect¨®nica que la de sus colegas que manejan nuevos materiales y sorprendentes geometr¨ªas para reinventar la arquitectura casi a cada paso. En 20 a?os, Arets (Heerlen, 1956) ha hecho de todo desde su estudio en la Holanda m¨¢s interior, alejado de la apertura portuaria de Amsterdam y del dinamismo industrial de Rotterdam. Lo entrevistamos en Mil¨¢n, fiel a su defensa del ejercicio de cambio de escala, acaba de presentar el dise?o de un ba?o. Defiende los edificios multiuso y la mezcla en las ciudades para un futuro mixto, pero ordenado, de la arquitectura.
"Lo f¨¢cil es decir que no a dise?ar un ba?o cuando has firmado rascacielos. Lo dif¨ªcil, con o sin rascacielos, es hacer un buen ba?o"
PREGUNTA. Su web presenta su trabajo asegurando que produce espacios respondiendo a la vida, al potencial del programa, al car¨¢cter del lugar y a la naturaleza del material. Como resultado anuncia sorpresa, elegancia, confort y calidad. ?Lo hace todo?
RESPUESTA. No deber¨ªa creer todo lo que lee. Uno se vende desde internet y, en mi caso, es un juego de palabras para desarrollar la web. Por lo dem¨¢s, s¨ª soy ecl¨¦ctico. Y s¨ª creo que puedo hacer mucho y distinto.
P. De hecho, el estadio que levant¨® en Groningen (al norte de Holanda) combina equipamientos deportivos con edificios para oficinas, tiendas y restaurantes. ?Esa mezcla de tipolog¨ªas es un ejemplo de su manera de entender la arquitectura?
R. Creo que los edificios deben tener vidas de 24 horas. Y un estadio tiene una vida de dos domingos al mes. Ese tiempo tan corto, comparado con la huella que deja un campo de f¨²tbol en una ciudad, es un sinsentido urban¨ªstico. Me interesa la mezcla de programas. Porque la vida no sucede en compartimentos estancos. Las ciudades son lugares para la mezcla y el contacto de los individuos y los grandes edificios deber¨ªan funcionar como peque?as ciudades.
P. ?Todas las tipolog¨ªas pueden convivir?
R. En la ciudad lo hacen todas. En un mismo edificio s¨®lo las que no se contrapongan. Las que compartan necesidades, pero tengan horarios y requieran servicios distintos. El uso cuida los edificios, abarata el mantenimiento. El desuso olvida o mitifica los inmuebles.
P. Ha realizado numerosos planes urban¨ªsticos. ?La idea de convivir estrechamente organiza sus proyectos de ciudad tambi¨¦n?
R. Las ciudades, para mantenerse vivas, deben permanecer abiertas, en funcionamiento real, no ficticio como si fueran teatros. Eso se materializa en un tipo de edificio, m¨¢s de uso que representativo, y en un tipo de urbanismo: participativo, mezclado, que combine usos en lugar de generar guetos. El orden urbano no puede ser la especializaci¨®n, la zonificaci¨®n. Levantar oficinas a un lado y comercios en el centro no lleva vida a las ciudades. La vida, a las ciudades, la lleva la variedad de servicios y de edificios.
P. En su ¨¢nimo por combinar programas y materiales, ha llegado a mezclar ant¨®nimos: lo ligero y lo p¨¦treo conviven en su biblioteca en Utrecht, pero tambi¨¦n la unidad y la diversidad en sus viviendas en Apeldoorn. ?No es cierto que sea necesario elegir?
R. Se elige con cualquier decisi¨®n. Pero uno debe decidir qu¨¦ cree importante limitar: las formas, los vol¨²menes, los colores, los materiales o el programa. A m¨ª no me interesa limitar el uso de un edificio aunque est¨¦ticamente me pueda inclinar por unos materiales o una gama de colores. ?Por qu¨¦ se critica tanto el minimalismo como soluci¨®n esquem¨¢tica formal y no se critican los edificios con usos limitados? En Apeldoorn me encargaron un grupo de viviendas. Todas iguales en torno a un jard¨ªn comunitario. Pero algo cambi¨®. La gente no quer¨ªa vivir en una casa id¨¦ntica a la de su vecino. No todos ten¨ªan las mismas necesidades. El promotor supo ver esa demanda y alteramos el programa. Ofrecimos variedad: casas de diversos tama?os y plantas. Algunas aisladas, otras pareadas. Mi trabajo fue ordenar esa diversidad. Y eso es lo que, entiendo, debemos hacer los urbanistas.
P. Adem¨¢s de al urbanismo, tambi¨¦n ha prestado atenci¨®n al peque?o dise?o de muebles y objetos. ?La arquitectura es una cuesti¨®n de escala?
R. Es algo que afecta al hombre y a c¨®mo vive ¨¦ste. La vida en un ba?o es lo m¨¢s importante cuando alguien ocupa, o ha de limpiar, ese ba?o. Lo mismo, pero multiplicado por cientos de mil, sucede con una ciudad. Creo que trabajar en diversas escalas da un mayor entendimiento de la arquitectura. Hacerlo es una herencia del movimiento moderno y criticarlo es demasiado sencillo. Lo f¨¢cil es decir que no a un ba?o cuando has firmado rascacielos. Lo dif¨ªcil, con o sin rascacielos, es hacer un buen ba?o.
P. Espa?a se le resiste. Ha participado en numerosos concursos, pero apenas ha construido.
R. Las viviendas que hemos construido en Pradolongo pueden ser un buen comienzo. He trabajado con Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano tratando de llevar luz a espacios dom¨¦sticos peque?os. Eso altera la vida de las personas. Los pisos cuentan con placas solares, pero tan importante es captar la energ¨ªa como no desperdiciarla malgastando el calor o la luz. De ese buen uso de la energ¨ªa somos responsables los arquitectos que decidimos c¨®mo son las viviendas. Las viviendas de protecci¨®n oficial ofrecer¨¢n tambi¨¦n variedad: las habr¨¢ de una sola planta, d¨²plex y tr¨ªplex. Creo que ofrecer diversidad en un conjunto ordenado es uno de los retos de las ciudades. Tambi¨¦n estoy terminando una vivienda en Marbella para un cliente holand¨¦s. Es la otra cara de la moneda. Un arquitecto debe tener recursos para trabajar con poco y con mucho. Y sacar partido a ambas situaciones.
P. Fue profesor del Berlage Institute durante siete a?os. ?Todos los estudiantes de arquitectura en Holanda quieren ser Rem Koolhaas?
R. Casi todos, tal vez el 90% de los estudiantes del Berlage, son extranjeros. Y llegan all¨ª para experimentar y no para aprender a copiar a nadie. La escuela es como un laboratorio y all¨ª se va a probar. A aprender a pensar.
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