Retrato de dinosaurio
De todos los seres vivos que ya no existen (y cada d¨ªa desaparece seg¨²n nos cuentan alguna nueva especie), ninguna familia ha despertado tanto nuestra curiosidad e inflamado hasta tal punto la imaginaci¨®n de los cient¨ªficos, los escritores, los cineastas y los ni?os -entre los que me incluyo- como la de los dinosaurios. Los hubo de todos los tama?os, desde diminutos como un petirrojo hasta colosales como edificios ambulantes de varios pisos: pod¨ªan ser escurridizos como lagartijas, nadadores como cocodrilos o ¨¢giles corredores m¨¢s r¨¢pidos que ant¨ªlopes; unos rumiaban vegetales, otros se alimentaban de carro?a y algunos cazaban a todo bicho que se pusiera a su alcance. No desde?aban llevar cuernos, vestir formidables e hirsutas corazas o cubrirse con plumas... Nuestra fantas¨ªa se cansa de suponer sus variedades antes que la remota matriz evolutiva de producirlos tan diversos.
CAZADORES DE DRAGONES
Jos¨¦ Luis Sanz
Ariel. Barcelona, 2007
420 paginas. 19,50 euros
Por supuesto, hoy estamos m¨¢s que acostumbrados a encontrarnos dinosaurios en las pel¨ªculas, en novelas y en c¨®mics o agit¨¢ndose como si estuvieran vivos en las salas de algunos museos y en los parques tem¨¢ticos. La inevitable pregunta que suscitan tales representaciones (que a los amigos de lo fant¨¢stico nos gustan incluso cuando rozan lo disparatado) es: ?c¨®mo sabemos que eran as¨ª? ?cu¨¢les son sus im¨¢genes m¨¢s fiables, las que cuentan con mejor apoyo cient¨ªfico? Y, desde luego: ?c¨®mo se ha logrado a partir de restos casi siempre fragmentarios reconstruirlos de manera tan completa y convincente? Es decir, queremos saber c¨®mo fueron inventados los dinosaurios, utilizando la palabra "invenci¨®n" en su doble sentido de "hallazgo" (como por ejemplo en "la invenci¨®n de la Santa Cruz") pero tambi¨¦n de descubrimiento que revela las propiedades ignoradas de algo, gracias a las capacidades creadoras de nuestra disposici¨®n deductiva.
Pues bien, la invenci¨®n de
estos dragones primigenios o -si se prefiere una expresi¨®n menos rom¨¢ntica- la historia del descubrimiento e investigaci¨®n de los dinosaurios tiene sin duda unos ingredientes narrativos que no desmerecen de novelas como El mundo perdido de Conan Doyle. En este libro los cuenta magistralmente Jos¨¦ Luis Sanz, catedr¨¢tico de Paleontolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y ¨¦l mismo uno de esos "cazadores de dragones" a los que debemos un retrato cada vez m¨¢s fidedigno de aquellos antiguos habitantes de la tierra. En un libro anterior y verdaderamente delicioso para los aficionados a esta rama realista de lo legendario, Jos¨¦ Luis Sanz ya hab¨ªa expuesto la Mitolog¨ªa de los dinosaurios en la literatura, el cine y el resto de las artes. Ahora nos habla de otros "monstruos" no menos notables, la saga de sabios profesionales o de aficionados geniales que trajeron a la superficie terr¨¢quea la presencia de estas formas de vida antediluviana, desde que all¨¢ en 1824 el naturalista brit¨¢nico William Buckland public¨® su estudio sobre los restos del primer dinosaurio reconocido, el Megalosaurus.
El relato de esta larga peripecia cuenta con todos los ingredientes de las mejores novelas de aventuras: personajes arrojados, villanos o abnegados, g¨¢nsteres sin escr¨²pulos y visionarios, enfrentamientos entre rivales y fatalidades catastr¨®ficas o afortunadas del azar... pero tambi¨¦n paisajes ex¨®ticos, desiertos o pal¨²dicos, distribuidos por todas las latitudes conocidas. Se trata de una narraci¨®n apasionante, tanto porque describe las incidencias de una pasi¨®n que a¨²n compartimos como porque mantiene al lector interesado desde la primera a la ¨²ltima p¨¢gina. Sin renunciar nunca a su rigor acad¨¦mico y brindando siempre al lector la informaci¨®n cient¨ªfica m¨¢s puesta al d¨ªa, el profesor Sanz marca el paso con una vivacidad y un entusiasmo contagiosos. Incluso aporta al final de la obra una gu¨ªa de los mejores museos de todo el mundo en los que el profano puede "descubrir" por s¨ª mismos los dinosaurios ya inventados. Y como para rematar la faena la obra est¨¢ muy bien ilustrada y tiene una presentaci¨®n atractiva, el aficionado a explorar las selvas del pasado m¨¢s inalcanzable va a disfrutarla seguramente como un aut¨¦ntico fest¨ªn.
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