2.000 d¨ªas de curas en vez de operar

"Yo era ese chaval de la pandilla que siempre est¨¢ enfermo". Roberto S¨¢nchez, un ingeniero inform¨¢tico de 28 a?os, recuerda su adolescencia recluido en casa, entre gasas y curas de su madre, durante a?os su mejor enfermera. El hombre sufre una hidrosadenitis axilar. Es una enfermedad, conocida coloquialmente como golondrinos, que supone una infecci¨®n cr¨®nica en axilas e ingles, con acumulaciones de pus -"como una espinilla, pero m¨¢s grande y doloroso", detalla S¨¢nchez- que reventaban en cualquier momento y "sin avisar".

Durante seis a?os, 2.190 d¨ªas, se sucedieron las molestias, las supuraciones, las atenciones maternas y las visitas "reiterad¨ªsimas" a la sanidad p¨²blica. Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) del 17 de mayo reconoce que hubo una "dilaci¨®n injustificada" en la aplicaci¨®n del tratamiento adecuado. Por ello condena al Servicio de Salud Madrile?o (Sermas) a indemnizar a S¨¢nchez con 8.000 euros.

El fallo, del que inform¨® ayer la asociaci¨®n El Defensor del Paciente, establece que el calvario del paciente comenz¨® en 1995. Entonces empezaron los "intensos dolores" que imped¨ªan "el normal desarrollo para la vida cotidiana". Detr¨¢s de esa frase de la sentencia se esconde, seg¨²n S¨¢nchez, una vida en la que a menudo resultaba imposible realizar actividades como ir de acampada con los amigos, salir por la noche o incluso ir a clase. Resignarse parec¨ªa la ¨²nica soluci¨®n. "Una dermat¨®loga del ambulatorio de M¨®stoles me dijo que hab¨ªa gente con c¨¢ncer o sin piernas y que a m¨ª me hab¨ªa tocado mi enfermedad y no quedaba otra", asegura S¨¢nchez por tel¨¦fono.

El paciente comenz¨® a recabar informaci¨®n por su cuenta en Internet, donde vio que exist¨ªa una posible soluci¨®n m¨¢s all¨¢ de los antibi¨®ticos y la paciencia. Fue a ver a su m¨¦dico en el hospital de M¨®stoles. "Quiero que me oper¨¦is", le dijo. El 14 de agosto de 2001 le remitieron al servicio de Cirug¨ªa Pl¨¢stica y Reparadora del Hospital Cl¨ªnico para la intervenci¨®n. Aguant¨® ocho meses en lista de espera. Le llamaron el 24 de abril de 2002. Pero ese d¨ªa las heridas estaban abiertas, la infecci¨®n a flor de piel. Le mandaron de vuelta a casa hasta el 28 de mayo. Volvi¨® y le dijeron que quedaba fuera de la lista de espera. Le volvieron a citar, esta vez para octubre. Y Roberto S¨¢nchez se derrumb¨®.

"Estuve a punto de quemar el hospital, literalmente. No me he vuelto loco de milagro". Finalmente opt¨® por acudir a un centro privado, donde le operaron poco despu¨¦s. "All¨ª el m¨¦dico me asegur¨® que era una operaci¨®n muy habitual, que se hace en Espa?a desde hace 50 a?os". Le cost¨® 2.400 euros. "Los m¨¦dicos del Cl¨ªnico ten¨ªan que haberme avisado de que era as¨ª de f¨¢cil resolver mi problema, porque pasaron a?os antes de que me ofrecieran la operaci¨®n. Ni siquiera habr¨ªa hecho falta que la pagaran ellos. Pod¨ªa haber tenido una vida mucho mejor con un poco de cuidado", a?ade indignado.

La sentencia, ante la que cabe recurso en el Tribunal Supremo, a?ade que la hidrosadenitis "se hubiera evitado mediante una m¨¢s temprana remisi¨®n al servicio de cirug¨ªa y a trav¨¦s de la no exclusi¨®n de la lista de espera". Una portavoz del Cl¨ªnico indic¨® que a¨²n no se ha notificado la sentencia al hospital y, por ese motivo, declin¨® valorar el fallo del TSJM.