4.000 kil¨®metros de lucha
La mitad de los 417 trabajadores de la f¨¢brica Bosch en Alcal¨¢ de Henares viajan en autob¨²s a Alemania para defender sus empleos
Les amenazaron con echarles a la calle el pasado 5 de febrero y ellos se pusieron a luchar. Son los 417 trabajadores de la f¨¢brica Robert Bosch de Alcal¨¢ de Henares. Primero fueron a manifestarse frente a la sede de la empresa en Espa?a, en el centro de Madrid, el pasado 9 de mayo. Luego lleg¨® la concentraci¨®n ante la Embajada de Alemania y en el Ministerio de Industria. Y ayer por la noche, sobre la una de la madrugada, casi la mitad de la plantilla (unos 200 obreros) partieron en tres autobuses hacia Stuttgart (Alemania).
Porque en esa ciudad, al sur del pa¨ªs germano, se encuentra la sede de la divisi¨®n de automoci¨®n de la Bosch. Es donde se sienta el gran jefe. Y all¨ª hay que ir, piensan los trabajadores. "A silbar todo lo que podamos", dec¨ªa ayer uno de ellos. "A intentarlo todo y quedarnos satisfechos, al menos, de haber cumplido con nuestro deber", respond¨ªa otro.
En Stuttgart est¨¢ la sede de la empresa. Es donde se sienta el gran jefe
Por unos d¨ªas, los trabajadores dejar¨¢n de fabricar v¨¢lvulas de inyecci¨®n de gasolina y filtros de gasolina y gasoil. A cambio, aguantar¨¢n estoicamente cerca de 4.000 kil¨®metros de autob¨²s. Eso los que vayan y vuelvan en el mismo. Unos pocos, cerca de 30, viajar¨¢n en avi¨®n. Son aquellos que por salud han preferido no pegarse una panzada. El que no acudir¨¢ ser¨¢ el alcalde de Alcal¨¢ de Henares, Bartolom¨¦ Gonz¨¢lez, del PP. Le sustituir¨¢ la teniente de alcalde, Marta Vi?uelas, que estar¨¢ con los trabajadores el lunes, en Stuttgart.
Con una media de 50 a?os, los empleados de esta planta de la divisi¨®n de automoci¨®n de Bosch ven c¨®mo se escapa su empresa de toda la vida. A 152 les han ofrecido la prejubilaci¨®n. Son los mayores de 58 a?os. Y a unos 250 les han planteado trasladarse a trabajar a la planta que tiene la compa?¨ªa en Aranjuez. Pero no quieren. Primero porque piensan que eso ser¨ªa nada m¨¢s que un pasito previo al despido definitivo. Y segundo porque cambiar¨ªa totalmente sus vidas. Entre Alcal¨¢ y Aranjuez hay 76 kil¨®metros. Y la mitad de los trabajadores viven en el ¨¢rea de influencia de la ciudad alcala¨ªna. Adem¨¢s, Bosch plante¨® que, de emigrar los empleados hasta Aranjuez, habr¨ªa que disminuir los costes un 20%. El salario se reducir¨ªa el 11%.
Isidoro S¨¢nchez, delegado sindical de CC OO, resum¨ªa el malestar. "Toda la vida nos hab¨ªan comunicado las decisiones importantes dentro de la empresa con anterioridad. Pero esta vez nos tuvimos que enterar por los medios", asegura, rememorando aquel fat¨ªdico 5 de febrero. Ya por la tarde, cuenta, y tras haber preguntado a la direcci¨®n de la empresa, ¨¦sta ratific¨® en "un fr¨ªo correo electr¨®nico" lo que los empleados ya sab¨ªan a trav¨¦s de los medios. ?Pero por qu¨¦? "Por una decisi¨®n de la alta gerencia en Alemania, que opinaba que era la mejor soluci¨®n", dec¨ªa la carta. Tan s¨®lo siete meses antes, en julio de 2006, la empresa se comprometi¨® a contratar 334 nuevos empleados el 1 de enero de 2010, seg¨²n uno de los trabajadores.
El viaje que emprendieron ayer "no es una excursi¨®n", tal y como recordaba Manolo Moya, del Comit¨¦ de Empresa de Bosch y secretario de la secci¨®n sindical de Bosch por CC OO. Aunque s¨ª una buena paliza que todos esperan merezca la pena. Ser¨¢n 1.892 kil¨®metros entre Madrid y Stuttgart, con una parada en Lyon (Francia). Y otros tantos de vuelta. Cerca de esa ciudad francesa, en V¨¦nissieux (donde Bosch tiene una factor¨ªa que emplea a 8.900 personas), los trabajadores alcala¨ªnos ser¨¢n recibidos hoy por la tarde por los sindicatos franceses CGT y CDFT. "Ellos tambi¨¦n est¨¢n preocupados", cuenta Jos¨¦ Miguel Polo, otro trabajador y delegado de CC OO. Seg¨²n dice, hace no tanto, la f¨¢brica cercana a Lyon lleg¨® a tener 11.000 empleados. Ma?ana ser¨¢ cuando la comitiva madrile?a de la Bosch entre en territorio teut¨®n.
Por la tarde, el comit¨¦ ejecutivo de Bosch y representantes del sindicato alem¨¢n IG-Metall recibir¨¢n a sus compa?eros espa?oles. Y el lunes, el plato fuerte: la concentraci¨®n frente a la sede de Bosch en Schwieberdingen, cercano a Stuttgart.
En la f¨¢brica, ayer se escuchaba la musiquita de las m¨¢quinas en constante ajetreo y se sent¨ªa el olor a metal. La Bosch es una f¨¢brica impecable, muy organizada, muy germana. Muchos letreros en todas partes. En una salita, los trabajadores tomaban un caf¨¦ matutino.
En las oficinas sindicales, los compa?eros preparaban el viaje con mimo. Como Ram¨®n, que recortaba los pasquines en franc¨¦s y alem¨¢n que se repartir¨¢n en las distintas protestas. O como Isidoro y Florencio, que terminaban de ajustar las plazas en los autobuses y hoteles.
Nervios, esperanza, ilusi¨®n. Eso ¨²ltimo no falt¨® ayer en la salida. Aunque muchos son conscientes de la dificultad. "En la cultura alemana todo est¨¢ planificado. Y cuando se toma una decisi¨®n no se hace a la ligera y es pr¨¢cticamente imposible cambiarla", reconoc¨ªa un trabajador. Veremos. Los autobuses est¨¢n de camino.
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