Final feliz

La Orquesta de Valencia afront¨® con ¨¦xito el riesgo de tocar dos obras, tan conocidas y amadas por el gran p¨²blico, que todo el mundo compara con la versi¨®n favorita de casa. Para el Concierto de Mendelssohn cont¨® con Nikolaj Znaider, de sonido excelente aunque recatado, y virtuosismo nunca exhibicionista. Regal¨® adem¨¢s la Sarabanda de la Partita n¨²m. 2 de Bach y se sent¨® en la ¨²ltima fila de los primeros violines para tocar, como uno m¨¢s del tutti, la Novena de Beethoven, sin que nadie se lo pidiera ni se lo pagara. Significativo gesto en torno a la necesidad de participar, incluso para los grandes solistas, en obras de formato colectivo. Sus colegas dicen que no err¨® una sola nota.

Traub reforz¨® con esta Novena la imagen que se tiene de ¨¦l: una batuta m¨¢s emotiva que anal¨ªtica, m¨¢s impulsiva que ajustada, m¨¢s capaz de explorar el fondo que la forma. No se regate¨® el poder¨ªo beethoveniano, todo el mundo tocaba y cantaba con alegr¨ªa, se exager¨® a veces la din¨¢mica, pero result¨® indudablemente viva. Orquesta, coro y cuarteto vocal fueron, al lado de Traub, felices protagonistas de este final feliz de la temporada.