Preguntas a Robert Zoellick
La dimisi¨®n de Paul Wolfowitz del Banco Mundial ha resuelto un problema, pero ha sacado otro a la luz. Cuando por primera vez se mencion¨® a Wolfowitz como candidato a la direcci¨®n del principal banco de desarrollo del mundo, la idea de que se recompensase as¨ª al arquitecto del fracaso estadounidense en Irak fue recibida con incredulidad. Pero el presidente George W. Bush se hab¨ªa propuesto, desde el principio de su mandato, debilitar las instituciones y los acuerdos multilaterales. El nombramiento de Wolfowitz parec¨ªa parte de ese esfuerzo.
?Deber¨ªa permitirse ahora a Bush, un presidente sin posibilidad de aspirar a otro mandato, con poco apoyo en EE UU y menos a¨²n en el extranjero, nombrar al pr¨®ximo presidente del Banco Mundial? Bush ya ha demostrado su falta de buen juicio. ?Por qu¨¦ darle otra oportunidad?
El viejo m¨¦todo para elegir al director del Banco Mundial debe desaparecer. Ya ha hecho bastante da?o
Los argumentos contra el viejo sistema - por el cual Estados Unidos nombra al director del Banco Mundial y Europa al del FMI- son especialmente convincentes hoy. Como han se?alado varios jefes de distintos comit¨¦s del Congreso estadounidense, el que el banco est¨¦ dirigido por la persona m¨¢s cualificada, elegida mediante un procedimiento abierto y transparente, independientemente de cu¨¢l sea su nacionalidad, sexo o raza, va en beneficio de EE UU.
Los nombramientos presidenciales de altos cargos de la Administraci¨®n p¨²blica estadounidense est¨¢n sometidos a sesiones abiertas. Independientemente de que se conserve el viejo sistema, el consejo del banco deber¨ªa igualmente efectuar sesiones abiertas sobre el candidato propuesto por Bush para suceder a Wolfowitz. A continuaci¨®n planteo algunas preguntas que se deber¨ªan hacer a cualquier candidato para la presidencia del banco, incluido el nombrado por Bush, Robert Zoellick:
- ?Estar¨¢ abierto a la investigaci¨®n incluso cuando demuestre que las pol¨ªticas de los pa¨ªses industriales avanzados podr¨ªan no ir en beneficio de los pa¨ªses en desarrollo?
- Durante los a?os que James Wolfensohn presidi¨® el banco se produjo un cambio de filosof¨ªa. Fomentamos las pol¨ªticas basadas en la investigaci¨®n, aunque esa investigaci¨®n criticase las pol¨ªticas defendidas por algunos pa¨ªses industriales y por algunos miembros del banco. Cuando nuestra investigaci¨®n demostr¨® que algunas medidas (como las subvenciones agr¨ªcolas) estaban perjudicando a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, publicamos los resultados.
- ?Apoyar¨¢ usted la iniciativa de los pa¨ªses en desarrollo de imponer un r¨¦gimen de propiedad intelectual que favorezca el desarrollo?
- Lo que separa los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo de los pa¨ªses desarrollados no es s¨®lo la diferencia de recursos, sino tambi¨¦n de conocimientos. El banco deber¨ªa considerarse en parte como un banco del conocimiento, y deber¨ªa fomentar reformas que mejoren el acceso de los pa¨ªses en desarrollo al conocimiento.
- ?Se esforzar¨¢ usted por redefinir los criterios que dan a los pa¨ªses acceso a los fondos?
- Actualmente, el dinero va a pa¨ªses que ni son los m¨¢s necesitados ni los que pueden usarlo con mayor eficacia. Respetando las ortodoxias actuales se pueden ganar puntos en buen gobierno, y as¨ª aumentar las asignaciones de ayuda, aunque reduzcan la verdadera eficacia de la ayuda.
- ?Piensa que deber¨ªa suspenderse la financiaci¨®n a los pa¨ªses corruptos? ?Apoyar¨¢ una agenda anticorrupci¨®n integral, incluso la eliminaci¨®n de las cuentas bancarias secretas?
- Uno de los fallos del programa anticorrupci¨®n de Wolfowitz fue la ampliaci¨®n o la continuaci¨®n de las ayudas a pa¨ªses favorecidos por el Gobierno de Bush, como Irak o Pakist¨¢n, independientemente de lo corruptos que fuesen, mientras que en otras partes la tolerancia era escasa.
- ?Piensa usted que el Banco Mundial deber¨ªa esforzarse m¨¢s por animar a los pa¨ªses a adoptar unos criterios laborales b¨¢sicos?
- El banco no s¨®lo no ha fomentado activamente estos criterios acordados en todo el mundo, sino que desincentiva la negociaci¨®n colectiva y las protecciones a los trabajadores cuando habla de "mercados laborales flexibles".
El viejo m¨¦todo para elegir al director del Banco Mundial debe desaparecer. Ya ha hecho bastante da?o. Pero si los pa¨ªses industriales avanzados que controlan el banco se niegan a defender sus principios, al menos deber¨ªan consentir una mayor transparencia. Las sesiones abiertas ser¨ªan un paso en la direcci¨®n correcta.
Joseph E. Stiglitz es premio Nobel de Econom¨ªa. (c) Project Syndicate, 2007.
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