El Madrid se defiende mejor
Dos triples de Hervelle y Tomas deciden un mal partido ante el Bar?a
Bienvenidos al baloncesto del siglo XXI. El del triunfo de las defensas. El de las estrellas gastando el 90% de su energ¨ªa en quitarse de encima, en el sentido literal de la expresi¨®n, a sus perseguidores. El del arbitraje permisivo con el k¨¢rate-press. El del control exhaustivo de algunos entrenadores, que marcan jugadas a los bases, dicen a los aleros cu¨¢ndo tienen que tirar y juzgan a los p¨ªvots en funci¨®n de a qui¨¦n le caiga el rebote. Y, si algo no les gusta, tiempo muerto que te cri¨®, no vaya a ser que la cosa se les escape de las manos. El de tres cuartas partes del encuentro de tanteo y una final de infarto, consecuencia del ¨¦xito de la destrucci¨®n. Es l¨®gico, pues iguala al resultar m¨¢s asequible y f¨¢cil de trabajar que la creaci¨®n, en la que interviene el talento. ?Que no enamora? Da igual. Esto es como las lentejas: o las comes o te cambias de deporte.
REAL MADRID 69 - W. BARCELONA 62
Real Madrid: Ra¨²l L¨®pez (4), Bullock (5), Smith (8), Moiso (4) y Reyes (17) -equipo inicial-; Sekulic (4), Mumbr¨² (8), Hervelle (10), Tunceri y Tomas (9).
Winterthur Barcelona: Lakovic (9), Navarro (17), Basile (3), V¨¢zquez (12) y Marconato (5); Trias (8), De la Fuente (0), Ukic (2), Kasun (2), Grimau (4) y Kakiuzis (0).
?rbitros: De la Maza, P¨¦rez y Garc¨ªa. Sin eliminados.
Primer partido de la final de la ACB. El Madrid domina la serie, al mejor de cinco, por 1-0. Unos 14.000 espectadores en Vistalegre.
4? CUARTO
3? CUARTO
2? CUARTO
1? CUARTO
18-21
20-12
8-13
23-16
El primer partido de la final result¨® fallido en cuanto a calidad. Jugado a ritmo lento, secuestrados los mejores jugadores por la tremenda eficacia defensiva que lucieron ambos equipos y sin ninguna actuaci¨®n destacable si se except¨²a la de Felipe Reyes, al que se agarr¨® el Madrid muchos minutos. Con estos ingredientes, s¨®lo qued¨® el magn¨ªfico ambiente y la creciente emoci¨®n que causaba observar que el partido no ten¨ªa otro final posible que decantarse en los dos ¨²ltimos minutos (60-59).
Hasta entonces, el Bar?a hab¨ªa lucido m¨¢s pint¨®n que su rival, pero hay algo en este equipo que no acaba de carburar. Uno por uno, es un colectivo poderoso. Pero, cuando se ponen a jugar juntos, la suma no sale como se podr¨ªa esperar. Demasiado control, un constante ir y venir de jugadores que favorece la parte m¨¢s sudorosa del juego, pero evita conseguir complicidades que vayan m¨¢s all¨¢ de un par de jugadas y muchas miradas hacia el banquillo. Viene Basile de meter 24 puntos y se queda en tres. Empiezan sus p¨ªvots dominando el partido, consiguiendo 15 de los 21 puntos del primer cuarto (18-21), y terminan perdi¨¦ndolo en el mismo sitio por conceder demasiados rebotes debajo de su canasta. Nada dura mucho, salvo la intensidad defensiva y el talento de Navarro. Pero con 62 puntos pocos partidos se pueden ganar.
Lo del Madrid es otra cosa. Da la sensaci¨®n de que han llegado a los playoffs con la gasolina justa. Si al Bar?a parece que le sobra gente, al Madrid le vendr¨ªa bien algo m¨¢s de lo que tiene. Vive con el pie levantado del acelerador, como si supiese que ya no hay m¨¢s gasolineras en el camino y le quedaran muchos kil¨®metros que recorrer. Olvidada su mejor arma y con tremendos problemas ofensivos, agravados por la flojera de Bullock, sobrevive gracias a un gran estado de ¨¢nimo y a que Felipe Reyes no entiende de otra cosa que no sea dejarse el alma en cada partido. Como cada vez se muestra t¨¦cnicamente m¨¢s vers¨¢til, su influencia result¨® definitiva. Aunque en esta matinal el jaque mate correspondi¨® a Hervelle y Tomas con dos triples consecutivos a falta de un minuto que dejaron el debate resuelto y al Bar?a en una situaci¨®n complicada. Por la obligaci¨®n de ganar ma?ana y porque su rendimiento no deja de ser un misterio. Y esto s¨®lo es bueno para las apuestas.
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