La biotecnolog¨ªa vuelve a la granja
En el 'pharming', plantas y animales transg¨¦nicos producen medicamentos a escala industrial
Una farmacia de carne y hueso, o con tallos y hojas. Algunas aplicaciones de la biotecnolog¨ªa la est¨¢n haciendo ya realidad. El pharming (de farming, cultivo o crianza, y pharmacy, farmacia) permite producir medicamentos y otros productos sanitarios modificando gen¨¦ticamente plantas y animales. La biotecnolog¨ªa de vanguardia ha puesto la mira en el campo y la granja. Al fin y al cabo, sus primeras aplicaciones vieron la luz en ese entorno: el pan, el queso, el vino o la cerveza son en realidad fruto de desarrollos intuitivos de la biotecnolog¨ªa en la antig¨¹edad.
Un tercio de las 300 instituciones dedicadas al 'pharming' est¨¢ en Europa
Un gran reto es la separaci¨®n de la producci¨®n agr¨ªcola y ganadera tradicional
Los expertos aseguran que el pharming resulta muy rentable. Veinte cabras bastan para producir el medicamento necesario en toda Suram¨¦rica para tratar un tipo de c¨¢ncer. Tambi¨¦n ofrece resultados parad¨®jicos: el tabaco fue, en 1998, la primera planta con la que se consigui¨® generar un producto de aplicaci¨®n sanitaria, la inmunoglobulina A secretora, una potente arma inmunitaria.
El pharming suele suponer un avance tecnol¨®gico respecto a tecnolog¨ªas actuales. "Al fabricar algunas vacunas hoy d¨ªa uno puede observar tecnolog¨ªas muy primitivas. La vacuna contra la gripe se fabricaba dentro de huevos de gallina. Y cada huevo se ten¨ªa que rotar, a mano, varias veces al d¨ªa. Cuando algunos huevos acabaron infectados con salmonela, se tuvo que tirar la producci¨®n completa. ?El resultado? Ese a?o falt¨® vacuna en todo el mundo", explica Juan Enr¨ªquez Cabot, presidente de Biotechonomy, una consultora en biotecnolog¨ªa de Boston, y fundador y director del proyecto de Ciencias de la Vida de la Escuela de Negocios de Harvard.
"Nos permite, r¨¢pida y eficazmente, producir medicinas, vacunas, o incluso materiales qu¨ªmicos y energ¨¦ticos de alto valor", se?ala el experto mexicano, para quien esta aplicaci¨®n es tambi¨¦n una manifestaci¨®n clara de un cambio cultural a gran escala: "Es un indicador m¨¢s de que nos encontramos en un periodo de transici¨®n que nos lleva de escribir en c¨®digo digital -unos y ceros, como hemos hecho en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas- a escribir en c¨®digo de vida". Se trata de programar el c¨®digo gen¨¦tico de bacterias, plantas y animales para distintos prop¨®sitos.
Ahora, adem¨¢s, el pharming y en general la biotecnolog¨ªa cuentan con la bendici¨®n de los analistas econ¨®micos. El informe BIO4EU, consecuencias, oportunidades y desaf¨ªos de la biotecnolog¨ªa moderna para Europa, elaborado por la Comisi¨®n Europea (CE) a instancias del Parlamento, desvela en sus 145 p¨¢ginas que la producci¨®n y el uso de la biotecnolog¨ªa suponen ya un 1,69% del valor a?adido de la econom¨ªa de la Uni¨®n, un porcentaje similar al del conjunto del sector agr¨ªcola. Las ventas de productos biofarmac¨¦uticos han pasado de 1.750 a 11.340 millones de euros en los ¨²ltimos 10 a?os.
Tres investigadores del Instituto de Prospectiva Tecnol¨®gica del Centro Com¨²n de Investigaci¨®n de la CE (en Sevilla) -Emilio Rodr¨ªguez Cerezo, Manuel G¨®mez Barbero e Il¨ªas Papatryfon- han contribuido a la elaboraci¨®n de este informe y de otros estudios. De todas las aplicaciones de la biotecnolog¨ªa, la medicina y la salud aparecen como las m¨¢s prometedoras. No s¨®lo ofrece tratamientos y diagn¨®sticos efectivos, sino tambi¨¦n mejores y, en algunos casos, ¨²nicos. El informe aporta tambi¨¦n argumentos medioambientales: el empleo de biotecnolog¨ªa contribuye a reducir el uso de agua y energ¨ªa y las emisiones de CO
2.
Rodr¨ªguez Cerezo calcula que hay m¨¢s de 300 compa?¨ªas, universidades y centros de investigaci¨®n dedicados al pharming en todo el mundo, un tercio de ellos en Europa. "Actualmente se desarrollan ensayos cl¨ªnicos para producir anticuerpos que prevengan enfermedades tan diferentes como la caries, el linfoma no-Hodgkin, el resfriado, o para combatir el virus sincitial respiratorio, el pat¨®geno respiratorio m¨¢s com¨²n en ni?os de corta edad. Tambi¨¦n tiene aplicaciones en vacunas, aunque esto no significa que podamos pensar en inmunizarnos comiendo", se?ala este ingeniero agr¨®nomo.
Adem¨¢s, parece que esta aplicaci¨®n sale m¨¢s barata: al menos, la inversi¨®n inicial necesaria para comenzar la producci¨®n es menor que con otros m¨¦todos. "Producir una prote¨ªna recombinante por el m¨¦todo tradicional -por ejemplo, empleando c¨¦lulas de mam¨ªferos- cuesta unos 225 euros por gramo, 3.000 veces m¨¢s que si empleamos plantas transg¨¦nicas". La espectacularidad de las cifras parece moneda corriente entre los analistas de esta t¨¦cnica: "La producci¨®n de una vacuna con ant¨ªgenos contra la hepatitis B que requiere China en un a?o se puede producir en aproximadamente 16 hect¨¢reas de terrenos de cultivo".
El economista G¨®mez Barbero estima que, al igual que en otras aplicaciones de los transg¨¦nicos, uno de los grandes retos que tiene planteados el pharming radica "en su segregaci¨®n de la producci¨®n agr¨ªcola y ganadera tradicional". Y es que la mezcla de semillas o la polinizaci¨®n cruzada en plantas, o el cruce de un animal productor con otro que no lo sea, podr¨ªan provocar que derivados del pharming entrasen en la cadena de producci¨®n alimentaria fortuitamente. Las implicaciones econ¨®micas ser¨ªan considerables para la industria alimentaria, pues el mercado rechazar¨ªa esos alimentos y habr¨ªa que desecharlos.
En comparaci¨®n con el vegetal, al pharming animal se dedican menos empresas: apenas existen cinco europeas, de unas 15 en todo el mundo, aunque Papatryfon cree que el n¨²mero aumentar¨¢ en los pr¨®ximos a?os. De cinco a 10 productos se encuentran en la fase de ensayo cl¨ªnico previa a la aprobaci¨®n. El primer producto obtenido de un animal aprobado por la Agencia Europea del Medicamento (EMEA) ha sido ATryn?, de la empresa estadounidense GTC Biotherapeutics, una prote¨ªna que ayuda a controlar la coagulaci¨®n de la sangre y que producen las cabras. En EE UU, esa misma compa?¨ªa est¨¢ dise?ando otros medicamentos para la hemofilia y el c¨¢ncer.
En Europa, "existen otros productos en un estado avanzado de desarrollo, como Rhucin?, para evitar los ataques del angioedema hereditario
[una enfermedad grave que causa inflamaci¨®n respiratoria y digestiva generalizada], y que se produce en la leche de conejas transg¨¦nicas. O la lactoferina humana, que se puede usar como suplemento alimentario y que es producida por vacas", se?ala el bi¨®logo griego.
Como en otras aplicaciones m¨¦dicas, la cuesti¨®n es cu¨¢ndo podr¨¢n beneficiarse los enfermos de este avance. Papatryfon estima que pueden estar en el mercado dentro de cinco a?os.
Plantas resistentes a la sequ¨ªa
Dos potentes multinacionales, la biotecnol¨®gica Monsanto y la qu¨ªmica BASF, han alcanzado un acuerdo de colaboraci¨®n para el desarrollo y la comercializaci¨®n de plantas transg¨¦nicas m¨¢s resistentes a la sequ¨ªa. El acuerdo compromete a las compa?¨ªas a aportar conjuntamente 1.200 millones de euros dedicados en parte al desarrollo de nuevas variedades gen¨¦ticas de ma¨ªz, soja, algod¨®n y colza. Adem¨¢s, se unir¨¢n los proyectos desarrollados por ambas compa?¨ªas hasta el momento. Monsanto ya ha producido dos generaciones de ma¨ªz tolerante a la sequ¨ªa. La primera se encuentra en el tercer a?o de ensayo de campo y ha demostrado, seg¨²n la empresa, mejorar en un 23% el rendimiento de las cosechas.
El director de biotecnolog¨ªa de la multinacional en Espa?a, Carlos Vicente, ha se?alado a este peri¨®dico que la agricultura espa?ola afectada por la sequ¨ªa se ver¨ªa "muy beneficiada" con el desarrollo de estos nuevos cultivos. "Como en todo proceso de investigaci¨®n, una vez desarrollada la tecnolog¨ªa de base hay una fase de adaptaci¨®n a diferentes necesidades o zonas concretas seg¨²n sus condiciones agroclim¨¢ticas", a?adi¨® Vicente, para quien ese proceso se realizar¨¢ en Espa?a "mediante ensayos de campo".
Se espera que el primer producto fruto del nuevo acuerdo salga al mercado en la primera mitad de la pr¨®xima d¨¦cada.
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