Apostemos por las industrias culturales
Entre las diversas novedades socioecon¨®micas que trajo el siglo pasado merece contarse el paso de una explotaci¨®n artesanal o semiartesanal de los productos culturales a la industrializaci¨®n de este proceso. Un cambio de perspectiva y un cambio en el modo de producci¨®n estimulado por la irrupci¨®n de tecnolog¨ªas que facilitaron el almacenaje y suministro de aquellos productos a un p¨²blico mucho m¨¢s amplio y receptivo.
Durante la mitad del siglo XX, se desarrolla adem¨¢s una industria cultural que acoge hoy a personas y medios materiales ocupados en actividades de ra¨ªz art¨ªstica encaminadas a hacer negocios con productos valorados esencialmente no por su funcionalidad sino por sus virtudes est¨¦ticas, ya sean ¨¦stas recibidas en su vertiente creativa (pintura, literatura) o interpretativa (m¨²sica, teatro). Se trata de un sector, por tanto, compuesto por un conjunto de actividades muy diversas pero con carta de naturaleza propia. Unas iniciativas culturales que la ¨®ptica econ¨®mica m¨¢s tradicional ha tenido dificultades para integrar en sus an¨¢lisis; de tal manera que terminaban enclavadas, dentro del sector servicios, en el bloque postrero de "actividades recreativas, culturales y deportivas".
Esta atenci¨®n marginal est¨¢ cambiando de forma radical, tanto desde los ¨¢mbitos acad¨¦micos y empresariales como desde las propias Administraciones P¨²blicas; as¨ª, el sector de la cultura se est¨¢ convirtiendo en foco de atenci¨®n prioritaria debido a que las sociedades avanzadas, una vez resueltos y consolidados los niveles m¨ªnimos y razonables para las necesidades b¨¢sicas de su poblaci¨®n (sanidad, educaci¨®n, protecci¨®n social, etc¨¦tera), aspiran a ocuparse a otras actividades como la cultura, que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos.
En un reciente estudio del Ministerio de Cultura se ha constatado que el sector del ocio y la cultura aporta en nuestro pa¨ªs cifras cercanas al 4% del Producto Interior Bruto (PIB). Un dato que supera a los de la agricultura, energ¨ªa, o a cualquiera de las distintas ramas de la industria (por ejemplo, la de alimentaci¨®n, bebidas y tabaco o textil). En realidad, s¨®lo la construcci¨®n, las actividades inmobiliarias, la hosteler¨ªa, el comercio al por menor y la intermediaci¨®n financiera ten¨ªan aportaciones superiores. En la vertiente del empleo, el sector cultural absorbe cerca del 8% de la poblaci¨®n ocupada. Ocurre, adem¨¢s, que nos encontramos ante un sector emergente cuya contribuci¨®n a la riqueza nacional crece a?o a a?o. La Consejer¨ªa de Cultura de Andaluc¨ªa ha encargado el desarrollo del estudio de la Cuenta Sat¨¦lite de la Cultura, que tendr¨¢ la virtud de determinar con exactitud el impacto de este sector en el PIB de Andaluc¨ªa.
Adem¨¢s de esto, la cultura es un sector diferente a los dem¨¢s desde el punto de vista cualitativo. Los productos culturales dan forma a una sociedad extendiendo conocimientos, sensibilidades y valores.
Por ello, el Plan Estrat¨¦gico para la Cultura en Andaluc¨ªa (PECA), puesto en marcha por la Consejer¨ªa de Cultura de la Junta, contempla una especial atenci¨®n a las industrias culturales en nuestra comunidad. As¨ª, en una de sus mesas de debate se asume la potencialidad del elemento cultural tanto como factor de desarrollo (input) como fruto del proceso productivo (output).
En este contexto, se revela como primordial el fomento del esp¨ªritu empresarial entre poblaciones que tradicionalmente han sido reacias a considerar esta actividad como lucrativa. En parte por la escasa implantaci¨®n de nuevos avances tecnol¨®gicos y por la debilidad de la demanda, circunstancias que se est¨¢n revirtiendo en la actualidad.
La potencialidad de la cultura en Andaluc¨ªa es indudable; nos lo confirman unas tasas de crecimiento del sector superiores al PIB, y con unos efectos indirectos notables sobre otros sectores, especialmente el turismo. Por dar un dato, en 2005 el 23,3 % de los turistas que nos visitaron vinieron atra¨ªdos por nuestro patrimonio hist¨®rico.
En nuestra comunidad existen los recursos materiales y humanos que justifican una actuaci¨®n incentivadora de nuestras industrias culturales con el objetivo final de permitirles crear, desarrollar y extender una mejor producci¨®n cultural andaluza. Nuestro objetivo es conseguir un tejido empresarial cultural andaluz fuerte y articulado, en un segmento de nuestra econom¨ªa de dif¨ªcil deslocalizaci¨®n, y que modula y fortalece se?as de identidad propias.
Por todo ello, el Gobierno andaluz, desde la Consejer¨ªa de Cultura, est¨¢ impulsando toda una bater¨ªa de medidas de fomento a las industrias culturales en nuestra regi¨®n.
Algunas de las actuaciones m¨¢s recientes se han concretado en sendos convenios de colaboraci¨®n con la Confederaci¨®n de Empresarios de Andaluc¨ªa (CEA) y con la Confederaci¨®n de Entidades para la Econom¨ªa Social de Andaluc¨ªa (CEPES-A) para fortalecer el segmento de las industrias culturales en Andalucia. El gran reto consiste en impulsar la modernizaci¨®n y profesionalizaci¨®n de las industrias culturales, a trav¨¦s de un organismo que incremente las potencialidades de producci¨®n, distribuci¨®n y comercializaci¨®n de los productos culturales andaluces en los mercados nacionales e internacionales; incentive la participaci¨®n desde el asociacionismo sectorial; promueva la formaci¨®n continuada que garantice la calidad; fomente la creaci¨®n de redes empresariales para la internacionalizaci¨®n de nuestros productos y permita un sistema ¨²nico de atenci¨®n a los empresarios culturales en todas las fases de sus proyectos. Esta entidad de gesti¨®n dedicada solo a crear un s¨®lido tejido empresarial en torno a la cultura se convertir¨ªa en un referente ¨²nico para los proyectos emergentes de la cultura en Andaluc¨ªa aplicando los mismos criterios de crecimiento que a otros sectores productivos de la econom¨ªa andaluza.
El Siglo XXI es el siglo en el que los ciudadanos han situado como referente vital conseguir mayores dosis de calidad de vida, y la cultura debe llenar el espacio de ocio, que los nuevos tiempos permiten completar con actividades creativas, l¨²dicas, formativas y de entretenimiento.
Jos¨¦ M. Rodr¨ªguez G¨®mez es viceconsejero de Cultura.
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