La estrategia de 26 contra uno

La canciller alemana Angela Merkel tiene poco m¨¢s de 24 horas para arrancar a Polonia y a Reino Unido el s¨ª a un nuevo tratado que permita a una Uni¨®n Europea de 27 miembros funcionar mejor. Los dos socios m¨¢s d¨ªscolos amenazan con levantarse de la mesa de la cumbre europea sin acuerdo si sus pretensiones no quedan reflejadas en el texto final. A pesar de que la canciller¨ªa alemana no suelta prenda de c¨®mo piensa allanar el camino hacia el acuerdo, fuentes diplom¨¢ticas y expertos negociadores estiman que Merkel podr¨ªa despachar primero el contencioso brit¨¢nico para concentrar despu¨¦s sus esfuerzos en los polacos y aislarlos hasta que cedan en sus aspiraciones de reventar el sistema de doble mayor¨ªa pactado en la Constituci¨®n, aunque sea a altas horas de la madrugada del viernes.

"Merkel quiere que los polacos se sientan responsables del fracaso", dice un diplom¨¢tico

Los brit¨¢nicos, que se oponen a la figura de un ministro de Exteriores europeo como el que contemplaba la difunta Constituci¨®n y a una Carta de Derechos Fundamentales vinculante para la Uni¨®n, se frotan las manos, ante el parapeto polaco. Conf¨ªan en que la necesaria uni¨®n de los 26 para enfrentarse a los Kaczynski har¨¢ que Merkel y los dem¨¢s se ablanden ante sus exigencias, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas europeas.

La idea ser¨ªa conseguir un escenario de 26 contra uno lo antes posible. "Merkel quiere hacer sentir a los polacos responsables del fracaso del acuerdo, avergonzarles hasta que no aguanten m¨¢s la presi¨®n", sostiene Philippe de Schoutheete, antiguo embajador de B¨¦lgica ante la UE y director del programa europeo del Instituto Real de Relaciones Internacionales. "La presi¨®n es enorme, porque si Merkel no consigue ahora un acuerdo, no lo conseguir¨¢ nadie. Alemania es un pa¨ªs con mucho peso y su canciller ha acumulado mucho prestigio", considera.

En ¨¦sta, como en otras cumbres, la t¨¦cnica del confesionario ser¨¢ definitiva. Por el confesionario de Merkel desfilar¨¢n en las pr¨®ximas horas los l¨ªderes europeos. En esas reuniones, la canciller alemana sondear¨¢ en privado hasta d¨®nde est¨¢ dispuesto a ceder cada pa¨ªs para contentar a Londres y a Varsovia, antes de poner un nuevo texto sobre la mesa.

Pierre Defraigne, antiguo negociador comercial de la UE, aconseja en los casos de aislamiento, en los que un pa¨ªs se hace fuerte y se niega a cambiar de posici¨®n, ampliar el marco del acuerdo. "Se trata de ampliar el paquete con otras concesiones, presupuestarias por ejemplo, hasta que acaben por comprar". Ofrecer a los polacos un aplazamiento de la entrada en vigor del nuevo sistema de voto y un retoque del mismo o el derecho a una cl¨¢usula de salvaguarda para oponerse a acuerdos que les perjudiquen, eran algunas de las tesis que se barajaban ayer en Bruselas.

La negativa polaca al sistema de doble mayor¨ªa pactado en la Constituci¨®n que franceses y holandeses sepultaron en 2005 en refer¨¦ndum es m¨¢s complicada, porque deja poco espacio para la negociaci¨®n. Los gemelos Kazcynski han llegado a decir que defender¨¢n su propuesta de la ra¨ªz cuadrada (los votos de cada pa¨ªs resultar¨ªan de aplicar la ra¨ªz cuadrada al n¨²mero de habitantes) hasta la muerte. "Lo que piden tiene sentido, yo mismo lo defend¨ª en la cumbre de Maastricht. El problema es que llega demasiado tarde. Polonia pretende reabrir el mel¨®n", explica De Schoutheete.

Las exigencias de los brit¨¢nicos podr¨ªan subsanarse, al menos en el caso de la Carta de Derechos Fundamentales, de cuya aplicaci¨®n podr¨ªan quedar exentos mediante lo que llaman un opt-out. La negativa brit¨¢nica a una robusta pol¨ªtica exterior europea con ministro incluido presenta m¨¢s problemas. Stephen Wall, ex asesor de Blair y embajador brit¨¢nico ante la UE hasta 2000 cree que el problema brit¨¢nico es hasta cierto punto resoluble. "Blair no se puede ir de Bruselas diciendo que lo que era bueno para Europa y para Reino Unido hace tres a?os ya no lo es. Lo importante para Blair es lograr un texto que le permita salvar la cara cuando vuelva a Londres frente a la opini¨®n p¨²blica euroesc¨¦ptica de lo que consideran injerencias de la UE, y sobre todo, que le permita evitar un refer¨¦ndum que no ganar¨ªa", apunta Wall.