ETA s¨®lo cambia de frontera
Cien kilos de componentes para fabricar bombas y un manual en euskera con indicaciones sobre c¨®mo hacerlo: es evidente que se trata de ETA. El veh¨ªculo aparentemente abandonado por sus ocupantes cerca de la frontera portuguesa, con placas de ese pa¨ªs, estaba probablemente destinado a transportar ese material para entregarlo a alg¨²n comando dispuesto a llevar la zozobra a localidades de la costa andaluza o a matar. As¨ª lo ha hecho ETA durante muchos a?os, de acuerdo con una l¨®gica consistente en sembrar el miedo a voleo y amargar las vacaciones a gente pac¨ªfica como forma de presi¨®n para que las autoridades cedan a sus exigencias.
Con posterioridad a la bomba de Barajas, la polic¨ªa ya hab¨ªa detenido, en enero, cerca de la frontera de Port Bou, a un activista que se propon¨ªa organizar una red para realizar atentados en la costa levantina; y a ocho m¨¢s, en marzo, en el Pa¨ªs Vasco y Navarra, cuando trataban de reconstruir el llamado comando Donosti, y en cuyo poder se hallaron informaciones sobre personas a las que la banda consideraba asesinables. La de ayer es, por tanto, la tercera ocasi¨®n en que la polic¨ªa, ayudada por la colaboraci¨®n ciudadana y quiz¨¢ la buena suerte, consigue frustrar los prop¨®sitos criminales de ETA en lo que va de a?o. Pero es evidente que la decisi¨®n de atentar est¨¢ tomada, aunque no se sepa si la banda se propone lanzar una ofensiva contra personas se?aladas o, como auguraba un informe policial de abril, realizar atentados con coche bomba, "de car¨¢cter alarmista", con o sin aviso previo, en una escalada que podr¨ªa iniciarse en torno a las vacaciones de verano.
Sea cual sea el plan de los jefes etarras, pocas dudas hay sobre la forma de hacerle frente: la misma que llev¨® a varios ex dirigentes presos, encabezados por Francisco Mugica, Pakito,
a concluir, en agosto de 2004, que "nuestra estrategia pol¨ªtico-militar ha sido superada por la represi¨®n del enemigo", lo que les llevaba a proponer el abandono de la lucha armada y el traspaso a la izquierda abertzale de la decisi¨®n sobre la estrategia a seguir; la misma respuesta policial y judicial que a comienzos de 2003 hab¨ªa llevado a sectores de esa izquierda a sostener (en un debate abierto en el peri¨®dico Gara) que lo que ETA aportaba a su causa era menos de lo que les quitaba al dar motivo para la actuaci¨®n del Estado contra ellos.
Desde Imaz a Rajoy, todos los dirigentes pol¨ªticos democr¨¢ticos est¨¢n de acuerdo con el Gobierno en que su primera obligaci¨®n es ahora, en palabras del presidente del PNV, el "apoyo a los mecanismos policiales para hacer frente al terrorismo", y la "deslegitimaci¨®n social del discurso" con que ETA trata de justificarlo. Las divergencias existentes sobre si el final de ETA requerir¨¢ o no una fase de di¨¢logo en nada influyen en la convicci¨®n compartida de que la prioridad pol¨ªtica del momento es crear las condiciones para que no s¨®lo Pakito piense que ETA no sirve.
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