El comp¨¢s del buen baile

Hace ya tiempo que Elia Barcel¨® (Elda, Alicante, 1957) reside en Innsbruck (Austria) donde trabaja en su universidad impartiendo clases de literatura, y es en esa ciudad y en un d¨ªa de abril con el viento soplando fuerte donde da comienzo su ¨²ltima novela, que adem¨¢s es uno de los primeros t¨ªtulos de 451 Editores. As¨ª se inicia: un hombre entra en una milonga porque quiere bailar tango. Encontrar¨¢ a una desconocida y con ella compartir¨¢ pasos. La mujer apoyar¨¢ la cabeza en el hombro de ¨¦l, quien a su vez le regalar¨¢ una rosa de color rojo oscuro. Luego se buscar¨¢n. Pero eso es ahora. Despu¨¦s, y sin embargo mucho antes, otro tanguero, esta vez en el barrio de La Boca, en Buenos Aires y en 1920, pegar¨¢ su cuerpo al de una mujer que se desliza como una diosa. Dos historias y dos tiempos que discurren paralelos.

En Coraz¨®n de tango, Elia Barcel¨® ha decidido poner letra al baile porque su novela no es sino una canci¨®n porte?a donde reinan la pasi¨®n y la fatalidad. Una historia protagonizada por tres que son cinco: ella, ¨¦l, el alem¨¢n, t¨² y yo. Amor y celos, emociones en estado puro. Sobre todo en los personajes del pasado: la ingenua Natalia y sus confusas emociones, Berstein el alem¨¢n, celoso, rudo y primitivo que no comprende el tango, y Diego, el periodista bailar¨ªn enamorado de un imposible. Lugares comunes y previsibles, pero la autora ha sabido contar esta historia sencilla manteniendo el ritmo. Como en el tango. Y aqu¨ª, la magia, el baile y lo suavemente fant¨¢stico se a¨²nan para caminar la novela. Y tambi¨¦n, como suced¨ªa en El secreto del orfebre, otra historia triste y m¨¢gica con dos tiempos y dos ciudades, la autora trata de retener el pasado, de devolver la voz a quienes desaparecieron. Una misi¨®n de antemano perdida, pero tambi¨¦n un gran empe?o.

En Coraz¨®n de tango el equilibrio est¨¢ sabiamente repartido y frente al conmovedor sentimiento amoroso de las voces que se alternan y nos hablan, el baile y la historia siguen y la acci¨®n se tensa y se muestra sensual en el encuentro de dos que se abrazan que son cuatro, mientras la mano se ajusta al talle, los labios rozan la mejilla y la pierna avanza, de tal modo Elia Barcel¨® camina la novela como se camina el buen tango, siempre dentro del comp¨¢s. Y quien lee la acompa?a.