Matas contradice la palabra de Rajoy
El presidente del PP dijo tras las elecciones: "Aqu¨ª no dimite nadie". Par¨® la fuga del extreme?o Floriano, pero no la de Matas
Mariano Rajoy se mueve muy a disgusto entre el ruido medi¨¢tico. Odia los titulares de prensa. Alguna vez ha comentado a los periodistas que ¨¦l har¨ªa los peri¨®dicos sin titulares, porque le gustan los textos, pero no las letras grandes con mensajes cortos y, por tanto, malinterpretables. Por eso, en la direcci¨®n del PP no ha sentado muy bien, aunque entiendan los motivos personales, la retirada de Jaume Matas. El presidente balear ha desautorizado nada m¨¢s y nada menos que al l¨ªder del partido, que al d¨ªa siguiente de las elecciones, hace menos de un mes, lo dej¨® clar¨ªsimo: "He hablado con todos [los cabezas de lista] y aqu¨ª no dimite nadie".
Entonces nadie pensaba que Matas pudiera dejar la pol¨ªtica. Rajoy estaba respondiendo a los periodistas sobre el l¨ªder en Extremadura, Carlos Floriano, que despu¨¦s de unos resultados muy modestos hab¨ªa anunciado en rueda de prensa su dimisi¨®n. La direcci¨®n del PP se lo impidi¨®, y Floriano acat¨® la orden. Se presentaba por segunda vez y no logr¨® apenas mejorar los resultados -repiti¨® porcentaje, el 38,7%, a 14 puntos del PSOE; logr¨® uno de los tres esca?os que perdi¨® IU, el PSOE se llev¨® los otros dos, y subi¨® 150 votos, mientras los socialistas ganaban casi 8.000-. Y eso a pesar de que enfrente ya no ten¨ªa al todopoderoso Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, sino al hasta hace poco desconocido Guillermo Fern¨¢ndez-Vara, ex consejero de Sanidad.
"Matas no es un profesional de la pol¨ªtica y siempre quiso dejarlo", dice un dirigente del PP
Floriano fue obediente, y espera su momento para dejar la primera l¨ªnea. Matas no. Y el PP se enfrenta as¨ª a la cruda realidad que Rajoy se empe?¨® en negar: los populares han ganado votos y han logrado superar al PSOE en toda Espa?a, pero tras estas elecciones se confirma la lenta pero constante p¨¦rdida de poder que sufren desde 2004.
El PP par¨® la salida de Floriano precisamente para evitar que la prensa tuviera argumentos para propagar este tipo de an¨¢lisis. "No tengo una sensaci¨®n agridulce, para nada", contest¨® Rajoy tras las elecciones preguntado por esa p¨¦rdida de poder -ha dejado de gobernar en 11 capitales de provincia y, si se confirma lo de Baleares, en una comunidad, a la espera de lo que suceda en Navarra-. "Al contrario, tengo una gran satisfacci¨®n personal", se?al¨® Rajoy.
La salida intempestiva de Matas, que s¨®lo avis¨® a Rajoy el d¨ªa anterior, est¨¢ siendo a la vez comprendida desde el punto de vista personal y criticada desde el plano pol¨ªtico en el PP. Los que han trabajado con ¨¦l en los ¨²ltimos a?os se?alan que Matas siempre ha dejado abierta la puerta de la salida de la pol¨ªtica. "No es un profesional de la pol¨ªtica. Desde que fue ministro estaba decidido a dejarlo. Quer¨ªa cambiar de vida. Aznar le orden¨® que fuera a Baleares en 2003, pens¨® que perder¨ªa y gan¨®. Pero quer¨ªa dejarlo. Y ahora Mariano le hab¨ªa convencido para que siguiera, pero con el compromiso de dejarlo. Ya ten¨ªa el relevo a punto [Rosa Estar¨¢s] para dejarlo dentro de un a?o. El problema es que ha perdido, que no estaba en los planes. En todo caso se hubiera ido en 2008 al extranjero, ya lo hab¨ªa pactado. La actitud de Munar ha terminado de precipitar las cosas", se?ala un miembro de la direcci¨®n que estuvo con ¨¦l en el Gobierno del PP.
Otros dirigentes, sin embargo, a¨²n comprendiendo los motivos personales, creen que al menos deber¨ªa haber esperado un tiempo para evitar que quede en evidencia a menos de un mes de las elecciones que no todo era tan perfecto como lo dibuj¨® Rajoy. Y sobre todo porque ha dejado en nada la palabra del l¨ªder, y su "aqu¨ª no dimite nadie", en un partido donde la coherencia y la fidelidad a las ¨®rdenes de la jerarqu¨ªa son un valor incontestable.
"Yo entiendo los motivos personales, todos los tenemos, pero a Matas el partido siempre lo ha tratado muy bien, y al menos pod¨ªa aguantar un poco. Cuando tuvo la desgracia de quedarse a un tris de la mayor¨ªa absoluta, en 1999, y el mismo pacto que ahora le quit¨® el Gobierno, Aznar lo hizo ministro y lo trajo a Madrid. Es cierto que fue forzado las dos ¨²ltimas veces, pero pod¨ªa haber esperado un poco m¨¢s", sentencia otro dirigente, que insiste en que tiene un gran afecto por Matas, un hombre sin enemigos visibles entre los barones del partido.
El PP, adem¨¢s, hab¨ªa preparado todo un argumentario para la p¨¦rdida de Baleares: culpar a la Ley Electoral. De hecho, Eduardo Zaplana ha anunciado en el Congreso que el PP promover¨¢ una reforma para evitar que un partido peque?o -UM tiene el 6%- pueda condicionar un Gobierno hasta el punto de exigir la presidencia, algo que sin embargo no se da en Baleares ni en el Ayuntamiento de Mallorca, como tem¨ªa el PP. Ese cambio de la Ley Electoral era su estrategia de choque contra la p¨¦rdida del poder en Baleares. Pero la huida de Matas ha concentrado la atenci¨®n en otro punto, y los titulares que tan poco gustan al l¨ªder han sido provocados esta vez por alguien de su partido.
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