Pasiones turcas
Cuando en 1981 realic¨¦ mi primer viaje a Turqu¨ªa, era imposible encontrar una gu¨ªa de ese pa¨ªs en nuestras librer¨ªas. Una d¨¦cada m¨¢s tarde, hab¨ªa llegado a ser uno de los principales destinos tur¨ªsticos, hasta el punto de convertirse, merced a Antonio Gala, en un para¨ªso donde las pacatas provincianas, de sexualidad insatisfecha por unos hispanos impotentes, son colmadas por la virilidad desbordante del macho turco.
A la vista de la oleada que comentarios vertidos entre nosotros sobre Turqu¨ªa en los dos ¨²ltimos a?os, los l¨ªmites de la pasi¨®n turca en Espa?a han desbordado el espacio del turismo er¨®tico para entrar de lleno en el plano pol¨ªtico. Con tanta mayor intensidad cuanto que un ¨¦xito de Erdogan supondr¨ªa para el discurso oficial la prueba de que el islamismo moderado es la soluci¨®n a favorecer en toda Europa. Si a esto sumamos la necesidad de que sirva de algo la Alianza de Civilizaciones en versi¨®n Zapatero-Erdogan, cabe ya temerse lo peor.
Lo peor es que esa opci¨®n por el islamismo se lleve por delante tanto al conocimiento de la realidad turca de hoy, incluido el riesgo que entra?an los inequ¨ªvocos antecedentes doctrinales de los actuales gobernantes turcos, como a la revisi¨®n con un m¨ªnimo rigor de una historia muy pegada al presente. Est¨¢ en su papel Erdogan al decir que con ¨¦l est¨¢ "el pueblo", mientras con los laicos s¨®lo se encuentra una "¨¦lite" arcaizante. As¨ª como al fundir la historia turca en el crisol religioso. Sorprende en cambio que alguien que se considera especialista en el tema, d¨¦ por bueno semejante planteamiento y a?ada de su cosecha, o imitando a lo que ya nos dijo aqu¨ª un colaborador del diario islamista Yeni Safak, una condena dedicada al "fundamentalismo laico" que habr¨ªa actuado "como un rodillo erradicador de la identidad religiosa isl¨¢mica". Ni los cientos de miles de turcos que defendieron en la calle la condici¨®n laica del Estado son esa minor¨ªa sectaria, ni los turcos que son musulmanes tienen problema alguno para cumplir con su creencia. El propio Erdogan se educ¨® en una imam yatip, escuela confesional. Tampoco fue ¨¦l quien puso en marcha la integraci¨®n en la UE, sino el Parlamento dominado por lo que Gema Mart¨ªn califica de "¨¦lite laica-kemalista", "anclada en un pasado ultranacionalista, antioccidental". Su Ley de Adaptaci¨®n a la UE, de 3 de agosto de 2002, hizo posible la primera apertura a Turqu¨ªa del Consejo Europeo en diciembre de ese a?o. ?Por qu¨¦ enga?ar?
Lo que pretenden los laicos, en su gran mayor¨ªa, es mantener una forma de vida europea, siendo musulmanes, y no verse sometidos a la islamizaci¨®n que prometi¨® el Erdogan de los a?os 90 y esbozaron sus reformas frustradas. Con retazos de shar¨ªa y anuncios de bikinis prohibidos por "incitar a la lujuria" no se va hacia Europa.
Para que la imagen de Epinal funcione, hay que jugar a fondo la baza del falseamiento hist¨®rico, empezando por ocultar que la europeizaci¨®n de Turqu¨ªa tiene un nombre, Kemal Atat¨¹rk, que no se limit¨® a dar el voto a las mujeres, sino que instaur¨® la igualdad legal recurriendo al C¨®digo Civil suizo. Algo incompatible con cualquier dosis de shar¨ªa. Y terminando, c¨®mo no, con lo m¨¢s doloroso: el negacionismo respecto del genocidio armenio, ese tab¨² absurdo cuyo reconocimiento le cost¨® la persecuci¨®n al escritor turco Orhan Pamuk, y que ahora Juan Goytisolo "se inclina" a negar, apuntando nada menos que a una incre¨ªble sublevaci¨®n armenia en 1915 como origen de la tragedia. Antes menciona matanzas de musulmanes en 1913. Basta comparar la entidad de las minor¨ªas de origen turco en Grecia y Bulgaria, con el barrido total de armenios en Anatolia, para inferir d¨®nde est¨¢ una verdad abrumadoramente probada.
El tab¨² es absurdo, dado que en sus postrimer¨ªas el propio Estado otomano reconoci¨® entre dientes la matanza, procediendo a la ejecuci¨®n de culpables. Mantener hoy el rechazo s¨®lo puede da?ar a la propia Turqu¨ªa, hacia s¨ª misma y en relaci¨®n a Europa. Si queremos de veras la integraci¨®n de Turqu¨ªa, sobran las visiones hagiogr¨¢ficas de quienes tienen el velo puesto delante de los ojos. Ojal¨¢ la democracia se afirme con un Gobierno de origen islamista. Pero es la cr¨ªtica cordial lo que puede propiciar la incorporaci¨®n de un gran pa¨ªs musulm¨¢n y laico, salvando el muro Sarkozy. Otra f¨®rmula no existe.
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